¿Ejercemos una medicina deshumanizada?

En el último año, según parece a raíz de los recortes salariales, algunos miembros del staff notamos que el trato dado a los pacientes no era, en algunos casos, tan idóneo como pensábamos que debía ser. Contrasté esta impresión con la psicóloga del hospital, quien me la confirmó y amplió: ella escuchaba en su consulta expresiones como “ser tratado como un saco de patatas”. Esto nos preocupó a algunos y contactamos con un miembro de la revista del hospital, “Infomédula”, acordando dedicar un espacio al tema del trato. El número que ya se puede consultar online y que se publica este miércoles tiene como tema principal “El trato: la primera medicina”, y hay una colaboración mía, que transcribo a continuación. En ella me pregunto cómo ejercer la medicina en el momento presente.

“¿Ejercemos una medicina deshumanizada? (infomédula número 26, puede leerse en www.infomedula.org

La medicina se dedica al cuidado del ser humano enfermo. En este proceso intervienen un buen número de factores, no solamente científico-técnicos (que incluirían además diversas disciplinas como física, química, biología, incluso matemáticas). Entran en juego factores psicológicos, antropológicos e incluso teológicos. El profesional sanitario pone en marcha todos estos componentes en el ejercicio de su profesión, tamizados además por su propia historia personal: las experiencias vividas, sus propios sufrimientos y los de sus seres queridos, las enseñanzas recibidas, modelos de comportamiento aprendidos en el colegio y la familia, en la sociedad en la que nació y vivió. Por eso la medicina es un campo tan bello, tan retador y tan complejo, porque además la ejercemos en un contexto: de una forma multidisciplinar donde interactuamos con personas del mismo u otro estamento (es decir con un background personal y profesional diferente al nuestro) y en una situación social y económica determinada (que puede influirnos grandemente, si no pensemos en los dos últimos años en nuestro país).

Es imprescindible equilibrar todos los factores citados si queremos prestar una asistencia exitosa e integral: de nada sirve que sea técnicamente perfecta si carece de empatía (la capacidad cognitiva de percibir lo que la otra persona puede sentir, participar afectivamente en el sentimiento del otro) y de humanidad. Ejercer de un modo técnicamente capaz pero además empático y humano no se aprende en la universidad, no hay una asignatura que lo enseñe. Además es un proceso dinámico, nunca se acaba. Y además el HNP es un lugar exigente a este respecto: los pacientes están mucho tiempo ingresados y han perdido lo más apreciado después de la propia vida, la autonomía para un buen número de actividades. Ello les coloca en una situación de mayor vulnerabilidad que otros pacientes: en algunos casos necesitan ayuda para tareas elementales y cotidianas, las más simples y naturales, tales como sonarse, limpiarse los dientes, lavarse, tomar el alimento necesario para seguir vivos.

Por eso es conveniente preguntarse a menudo cómo ejerzo las tareas asistenciales que son mi responsabilidad. ¿Lo hago como me gustaría que lo hiciesen conmigo? En último término ese es el paradigma de un comportamiento, eso es algo aceptado por la mayoría, no hace falta ser una persona con creencias religiosas para comprender eso, aunque su formulación haya sido cristiana (evangelio de Mateo, quien lo pone en boca de Jesús de Nazaret). Puede ser una buena norma de conducta personal y profesional. Preguntarse por ejemplo: ¿Lo hago de forma mecánica o brusca? ¿Pienso que la persona a la que atiendo tiene sus sentimientos y su sensibilidad? ¿Cómo lo haría con mi madre o mi hijo? ¿Pongo en marcha componentes humanos de mi persona o me limito a ejercer de forma técnicamente correcta? ¿Soy una persona integral en el ejercicio de la sanidad o solamente un (buen) técnico? ¿Me limito a ver un cuadro clínico o miro más allá y veo la persona sufriente en la que el hecho ocurre?

La medicina –como otras profesiones- entraña servicio: si esto no se entiende se sufre bastante porque no nos haremos ricos con ella y las gratificaciones que podamos recibir de tipo profesional (cargos, reconocimiento profesional o académico) o económico serán escasas. Sería importante, y más en momentos en que la situación es incierta y áspera, recuperar tal vez “el amor primero”: por qué elegimos una profesión sanitaria, cómo la veíamos cuando comenzamos los estudios; recuperar el deseo de mediante ella ayudar a otros seres humanos, aliviar sus sufrimientos. Tal vez con el tiempo lo hemos olvidado y la vida nos ha llevado a aspectos más mostrencos de la misma: pagar una hipoteca, sacar adelante una familia, encontrarnos con compañeros de trabajo o pacientes desagradecidos, quizás conflictos … pero hubo un amor primero y tal vez podamos recuperar el antiguo atractivo. Entonces no sólo veremos un paciente a quien diagnosticar y tratar, quizás veamos también a un ser humano en dificultades (que en el fondo es nuestro hermano).

Y entenderemos, como dice aquella anciana que cuida a su esposo con un cáncer terminal, que “el amor es limpiar su porquería y cambiar la ropa de cama cuando se moja y lograr que todavía se sienta digno”.”

3 Responses to “¿Ejercemos una medicina deshumanizada?”

  1. Por experiencia, quiero decir que el personal del hospital de Parapléjicos de Toledo me sorprendió por el trato humano de todo el personal a los pacientes, entre los que se encontró mi marido. En su nombre, dales las gracias a todos, Angel

  2. Ojlalá todos los profesionales que tienen trato directo con las personas (médicos, profesores…) se hicieran esta pregunta. Yo, como docente, siempre pienso que es fundamental el ltrato humano, el cariño,la comprensión, la empatía con el que está enfrente. Como paciente, agradezco la comprensión y la humildad del´sanitario.
    Creo que es una manera de dar un testimonio cristiano dando, amor comprensión y dulzura

  3. Es verdad. Ángel, que este tema que siempre me ha preocupado, me preocupó, especialmente, más, a finales de Junio de 2012 y hablé contigo de ello y nos planteamos hacer algo y de ahí salió el “Especial sobre el TRATO” al que haces referencia.

    Después del verano, las aguas fueron volviendo a su cauce y no he vuelto a oir comentarios generalizados ni en pacientes ni en sus familiares sobre trato no digno.

    Al contrario, el Hospital sale muy bien parado lo que puede comprobarse en las colaboraciones volcadas en la Revista y, si alguien quiere conmpletar más puede acceder a mi blog http://afrontandolesionmedular.blogspot.com/ donde el tema se trata ampliamente y donde se pueden leer Entradas relacionadas (“El Trato, la primera Medicina”; “Hospital de Vida”; “El Hospital de la Clama”; EL Hospital de la Gloria”).

    El Título : “El Trato, la primera Medicina” me lo proporcionó el padre de un paciente que nos ha aportado mucho y al que le hemos aportado mucho.

    Espero que los profesionales del Hospital no nos olvidemos NUNCA de que “El Trato es la primera medicina”

Discussion area - Dejar un comentario






He leído y acepto las condiciones generales y la política de privacidad


Información básica sobre protección de datos
Responsable: REVISTA REINADO SOCIAL 21RS (más info)
Finalidad: • Gestión de la adquisición del producto, suscripción o donativo, así como la tramitación de los mismos.
• Envío de comunicaciones relacionadas con el proceso de compra, las suscripciones o los donativos.
• Envío de comunicaciones y ofertas comerciales, por diferentes medios, incluidos los medios electrónicos (email, SMS, entre otros). (más info)
Legitimación: Ejecución de una compra online, suscripción o donativo. (más info)
Destinatarios: No se cederán datos a terceros, salvo obligación legal. (más info)
Derechos: Acceso, rectificación, supresión, cancelación, y oposición. En determinados casos derecho a la limitación del tratamiento de sus datos. (más info)
Información adicional: Puede consultar toda la información completa sobre protección de datos a través del siguiente enlace (más info)
Los enlaces de (más info)