Al morir mi madre

El lunes murió mi madre, Mercedes. A pesar de que era algo esperado, dado que llevaba dos años de demencia avanzada y cada día su situación era más precaria, resulta doloroso, aunque más allá de la pérdida haya sentimientos de agradecimiento por todo lo vivido, por la gran familia que deja, por el cariño de mil formas expresado a lo largo de estos últimos tiempos y desde su muerte.

He decidido compartir con ustedes lo que leí en su despedida, y que resume mi percepción de su vida. Y desde estas líneas les pido que rueguen por los que quedamos: teniendo en cuenta que ella está ya en la cercanía de Dios Padre, ojalá los de aquí podamos llorarla con paz, acompañarnos y aprender de su vida.

“Aquí estamos, como tantas otras veces, para celebrar la vida. Aunque en este momento sea, dolorosamente, desde la muerte.

Así comenzó Javier la eucaristía-funeral por nuestro padre, hace ya más de veinte años. Y ahora nos reunimos, también en fe y desde la fe cristiana, para despedir a nuestra madre. A mamá, a Mercedes, a doña Mercedes. A esa mujer tan importante para todos nosotros, a la que hemos cuidado lo mejor que hemos podido en estos últimos años de ancianidad, que ya le pesaban demasiado y quizás nos pesaban a todos, porque no es fácil ver envejecer a una persona tan capaz, con tantas capacidades y carismas.

Porque nuestra madre ha sido una persona fuera de lo común. Como todas las personas, hija de su historia, que en su caso fue dura y rica. Su historia explicará su fuerte personalidad, su fuerza de voluntad (muchos recordaréis sus frases “querer es poder” y otras semejantes) … todo ello sólo puede entenderse conociendo que fue la mayor de muchos hermanos y que tuvo que crecer aceleradamente, su adolescencia en medio de una guerra civil, haciendo de madre y de padre porque l´avia se ocupaba de la subsistencia cuando l´avi estaba detenido. Mucho más tarde, cuando llegó la democracia, había cosas que le evocaban momentos dolorosos: perdieron todo, hubieron de huir y su padre estuvo preso, fue maltratado y sentenciado a muerte, de la que se libró gracias al cónsul argentino. Sin embargo, como tantos otros de ambos bandos, supo comprender que el país necesitaba otra oportunidad y la posibilidad de convivir, y nunca hizo de la política un problema, no recuerdo que nunca le separase de nadie ni le enemistase con nadie.

No podía ser de otra manera: si algo ha distinguido en vida a nuestra madre ha sido una fe cristiana profunda y total, e intentó vivir en fidelidad al padrenuestro; al fin y al cabo el perdón es algo fontal en nuestra fe. Con los años, su fe también se fue adaptando a los tiempos nuevos, del Vaticano II, de Arrupe, de la expresión más abierta en la Compañía de Jesús, que tanta importancia tuvo en su vida y ha tenido en la de tantos de nosotros.

Su caminar dentro de la Iglesia ha sido denso, en la medida en que sus obligaciones familiares –un marido, nueve hijos, nueras y yernos, veintidós nietos, 37 bisnietos …- le dejaron. Primero en la acción católica de San Gil, en la plaza de la Seo, en el centro Pignatelli, en su misa diaria, en sus devociones, en una vida de fe que tanta importancia tuvo para ella y para los que le rodeábamos. Hacia el final de su vida, muchos lo recordaréis, sus paseos al Pilar, primero a pie, luego ya en la silla, a rezarle a la Virgen, siempre unos minutos delante suyo, luego la visita al Pilar. Esa ha sido la última etapa de su vida, en continuidad con lo que habían sido las previas.

Nuestro padre y nuestra madre fueron personas muy diferentes, casi opuestas, un matrimonio que duró 54 años, hasta que murió nuestro padre. Gracias a ese matrimonio estamos muchos de los asistentes aquí, nos nutrimos física y espiritualmente en el hogar que ellos fundaron, primero en el Coso 51, al lado de la antigua tienda, luego en el paseo de la Constitución, antes Marina Moreno, en Fuenterrabía en los veranos, más tarde en Jaca … en esas casas siempre hubo un lugar para mucha otra gente: sus amigos y los amigos de los hijos y los nietos. No creo que nunca faltase un plato en la mesa y a veces una cama donde dormir, en una hospitalidad sincera y cordial de la que creo muchos aprendimos y agradecimos. Unas personas compasivas, que ayudaban en lo que podían a los demás, de la familia o de fuera, cada uno a su estilo, somos testigos.

Una familia que evolucionó al tiempo que el país, que disfrutó en muchas ocasiones y sufrió cuando tocó, como todas. Y que hoy se junta aquí, en esta Iglesia, donde nuestra madre, en ese banco primero, escuchaba la misa día a día en los últimos años, mientras su situación lo permitió. Quién sabe lo mucho que rezó por todos aquí, tal vez también por nuestro país, una mujer catalana y española, nunca tuvo problema alguno en vivir ambas realidades, quizás tomar lo mejor de cada una de ellas.

Nuestra madre, abuela, bisabuela, amiga, está ya donde quería estar: en presencia y cercanía de Dios Padre. Descansa en paz, mamá, Mercedes, doña Mercedes, danos el don de llorarte con paz, te queremos mucho.”

5 Responses to “Al morir mi madre”

  1. Agradezco el testimonio que me das ante la muerte, tránsito hacia el buen Padre, de tu madre Mercedes.
    Ella está en la paz. Que interceda por nosotros para que también lleguemos a tenerla.

  2. Angel quiero darte el pésame por la muerte de tu madre pues pienso que los padres, se llevan al fallecer, todo lo que quedaba de nuestra infancia. Un fuerte abrazo y de nuevo muchas gracias por lo que hiciste en TOLEDO por mi marido y por mi

  3. Un funeral muy emocionante y muy concurrido, Colofón a una vida plena. A nosotros nos toca seguir unidos y estar atentos a las necesidades de los que nos rodean. Angel, sigue con tu extrema sensibilidad hacia el prójimo, aunque te hace sufrir , te enriquece.
    Un abrazo, Isabel

  4. Siento mucho la muerte de tu madre, que no por esperada habrá sido menos dolorosa. Creo que expresar agradecimiento por su vida, como has hecho, te ayudará. Un abrazo fuerte, María José

  5. A pesar del dolor de la separación, creo que tienes que sentirte reconfortado con el recuerdo de tu madre, Ellos se marchan de nuestro lado, pero siguen con nosotros. Das gracias a Dios por lo que fue y lo que dio y lo que nos siguen dando porque nosotros, los hijos, somos su cosecha, sus frutos. Nada ni nadie puede arrancarnos su amor de nuestro corazón.
    Gracias por compartir con nosotros ese amor.
    Rezo por todos. Cuídate mucho

Discussion area - Dejar un comentario






He leído y acepto las condiciones generales y la política de privacidad


Información básica sobre protección de datos
Responsable: REVISTA REINADO SOCIAL 21RS (más info)
Finalidad: • Gestión de la adquisición del producto, suscripción o donativo, así como la tramitación de los mismos.
• Envío de comunicaciones relacionadas con el proceso de compra, las suscripciones o los donativos.
• Envío de comunicaciones y ofertas comerciales, por diferentes medios, incluidos los medios electrónicos (email, SMS, entre otros). (más info)
Legitimación: Ejecución de una compra online, suscripción o donativo. (más info)
Destinatarios: No se cederán datos a terceros, salvo obligación legal. (más info)
Derechos: Acceso, rectificación, supresión, cancelación, y oposición. En determinados casos derecho a la limitación del tratamiento de sus datos. (más info)
Información adicional: Puede consultar toda la información completa sobre protección de datos a través del siguiente enlace (más info)
Los enlaces de (más info)