Recentralizar la gestión sanitaria

Tenemos un sistema sanitario público envidiable y envidiado, básicamente gracias al esfuerzo del personal que trabaja en él y a las inversiones hechas durante años. Ciertamente no gracias a la mayoría de sus actuales gestores ni a cómo está estructurado. El Estado de las Autonomías, que en algunas cosas ha funcionado, puede afirmarse que no lo ha hecho en el aspecto sanitario: la existencia de 17 sistemas diferentes condiciona inequidad en los servicios, una burocratización alarmante y un gasto cuantioso. Aun cuando está bien que decisiones locales se tomen localmente, hay que tener intereses muy espurios o ser parte del problema para negar lo que la mayoría de personas con sentido común ven con claridad: disponer de un sistema sanitario público e igual para todos los ciudadanos del país, sin trabas administrativas o burocráticas, gestionado por profesionales cualificados, con la misma tarjeta sanitaria en todo el territorio nacional y con un sistema electrónico común y compatible.

Sólo así se evitará lo que ha ocurrido al permitir que los recursos se gestionen localmente: un derroche insostenible e insoportable, mediante obras faraónicas que nadie necesitaba; una política de recursos humanos en muchos casos absurda; que hayan medrado en los sistemas sanitarios autonómicos personas infracualificadas para el cargo que ocupan, nombradas siguiendo criterios exclusivamente políticos. Sólo así puede entenderse que en tiempos del Insalud menos de cien profesionales coordinasen todos los hospitales del país y ahora sean decenas de miles los funcionarios que se encargan de eso. Sólo así puede entenderse que dirijan los hospitales personas sin plaza en propiedad y que jamás habían trabajado en un hospital, o lo hicieron poco tiempo y cuyos currículums dan vergüenza. Sólo así puede entenderse que cada sistema sanitario tenga su sistema informático -en ocasiones pagado a precio de oro y cuajado de problemas e ineficacia- y no sea compatible con el de la Autonomía vecina. Sólo así puede entenderse que ingresar en el Hospital Nacional de Parapléjicos -centro de referencia para la lesión medular en España- se demore durante semanas por motivos administrativos, con la angustia que eso provoca en pacientes, familiares y médicos responsables. Sólo así puede entenderse que se desoiga a los Jefes de Servicio en la contratación de profesionales (como ha ocurrido en el Hospital de Puertollano, tal como informa hoy la prensa), y las decisiones las tomen los políticos y no los técnicos sobre el terreno.

Pues bien, a pesar de todos los problemas y de ser algunos de los profesionales sanitarios peor pagados de Europa, nuestro sistema sanitario funciona a pleno rendimiento y en general con la satisfacción de los pacientes, atendidos por personas entregadas y excelentemente cualificadas, que demuestran su competencia allá donde van. Y que todavía podría mejorar más si se deshiciese el entuerto de las Autonomías en la gestión sanitaria y se recentralizase, volviendo a la toma de decisiones en el seno del Ministerio (pasaría lo mismo con la educación y algunas otras competencias, pero hablo de la sanidad porque es el campo que conozco). Del mismo modo que las personas nos equivocamos y rectificamos si podemos, lo mismo deben hacer los países cuando equivocan sus políticas, y la fragmentación del sistema sanitario ha sido un error garrafal que deberíamos corregir.

Sin embargo, soy consciente de que esto no lo verán mis ojos, que posiblemente no ocurrirá en mi periodo vital, en la vida que se me permita vivir; por eso, aunque con retraso, lo he escrito en la carta a los Reyes Magos (ya la del año que viene …).

Recen por los enfermos y por quienes les cuidamos.

One Response to “Recentralizar la gestión sanitaria”

  1. Tu artículo está impregnado de sabiduría y sentido común. Lástima que los interesados no lo lean. Gracias

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