La muerte como fuente de vida

El pasado viernes 23 de marzo de 2012 fue un dia mas que especial para mi, porque se le puso la voz al tema Lágrimas de Vida, compuesto e interpretado por la cantante sevillana Melu Raigada, acompañada por la mitica voz malagueña de Javier Ojeda, quien apadrina esta canción apoyando así la gran cadena de solidaridad de las donaciones de órganos.
Gracias a Melu y a Javier, por ser la voz de los que han sido silenciados,los donantes de órganos,que ya son mas de 4000 en Andalucía, para hacer posible  10.000 trasplantes.

Siempre recuerdo los pensamientos de mi querido y entrañable amigo franciscano Francisco Castro, especialmente hoy que he tenido la oportunidad de contar mi experiencia de vida en un encuentro de franciscanos de Andalucía…realizado en Sevilla, donde hemos compartido historias que perfectamente entrelazan la belleza que nos va dando la vida.

El ser humano es vocacionalmente transmisor de un mensaje. Todos tenemos esta posibilidad de  tratar de transmitir lo mejor de nosotros mismos. Hablando siempre  desde el corazón, porque la palabra dicha es siempre una palabra que evoca lo que uno siente y vive. y siempre una palabra bien dicha, en el momento oportuno, puede hacer mucho bien, pero con la diferencia de que la palabra escrita te la puedes llevar a casa, y aunque lo que dices puede llevárselo el viento, pero lo escrito quizás con el tiempo puedeincluso  revitalizarse.

El arte de comunicar es ser persona humana. Es una forma de dar voz a la vida misma, la que está  constantemente brotando.

Tratar de compartir esa experiencia vital ayuda a crecer como persona. De alguna manera todos tenemos una misión que realizar en la vida y tiene que ver  con la experiencia del amor, que es lo mas profundo y significativo del ser humano .Por eso en ese sentido nadie debe de abdicar de su responsabilidad y de su compromiso con la vida.

La protagonista es la vida. Poniendo rostro a la persona. Y por supuesto creo que hay permitir poner voz a quien no la tiene. Historias que no son portadas de grandes periódicos pero que han de ver  la luz porque tienen mucho que comunicar.

No es buscar reconociemientos, porque el mayor premio que tenemos es que en el día a día tratemos de vivir coherentemente,  comprometidos con la realidad. Consecuentes con nuestra fe en la vida. Y la vida misma es el gran regalo que se nos ofrece y en la medida que vayamos generando una cultura de la solidaridad lograremos que al final  de nuestra vida podamos sentir la satisfacción del trabajo bien realizado.

Aunque el egoísmo a veces  parece que rige el mundo, yo estoy convencida que el anima mundi, lo que sustenta el mundo, es la experiencia del amor. Ese es el amor que mueve el mundo…En la medida que amemos es el mayor premio que podemos recibir y el mayor reconocimiento de la vida. Ya lo decía Jhon Lennon : “La vida es eso que sucede mientras nosotros nos dedicamos a otra cosa”.

–         Hoy el ritmo de vida acelerado que llevamos nos impide valorar los pequeños detalles cotidianos, esos que nos engrandecen el alma, pero pasan desapercibidos porque no los vemos, y suele ocurrirnos que ante cualquier contrariedad a veces no sabemos reaccionar. Es importante estar preparados para la vida , por eso es necesario desenmascarar el gran tabú existente sobre la muerte., porque sin duda la muerte es parte de la vida. Y si antes el gran tabú era el sexo, ahora es la muerte.

–         Hacernos presentes en todo el proceso como si de ello dependiera el resultado global, ayudando a encontrar respuesta, sentido y valoración de la propia muerte, transmitiendo siempre un atisbo de esperanza.

¿Creen que en esta sociedad estamos preparados para el acompañamiento del duelo? ¿Debería haber una mayor educación, una mayor instrucción para ello?  ¿Enseñamos a nuestros hijos hacer frente a la pérdida?

–         ¿Es importante el contexto socio- cultural donde nos encontremos para afrontar esta etapa?

–         ¿Existen obstáculos para afrontar y superar el duelo?

Son tantos los interrogantes, pero mi respuesta, con respeto a los entendidos, es que la muerte es la gran olvidada, por aquello de que nos creemos que a mi no me va a tocar…

No puedo acabar sin agradecer que he sido una gran privilegiada en este tema. La aceptación desde un primer momento, desde que me comunican la muerte cerebral de mi hijo José Andrés, ha sido mi gran aliada. Doy gracias todos los días por verlo así,  y a todos cuantos me han ayudado en este proceso que llegó inesperadamente, hace ya siete años, pero a la vez pido para que otros puedan llegar a esta última fase del duelo, porque muchos se quedan en el camino y se convierten en auténticos muertos en vida. En mi historia personal hubo una frase clave en los primeros momentos que solo quería saber y descubrir cosas sobre la muerte: “Ahora tu hijo, si le has dado tu ser, tu vida, no puede convertirse en tu propio verdugo. Seguro que quisiera verte feliz”

Creo que eso es lo que he intentado desde un primer momento, que no se convirtiera en mi verdugo sino mi referente para crecer desde su ausencia, y desde su presencia mas allá de lo humano…por eso hoy mastico la vida.

 En el programa de televisión que presento, en Canal Sur TV, “Testigos Hoy”, tuve el grandioso privilegio de conocer a Luis Alonso schoekel, experto biblista,  quién me dejó una enseñanza de vida con una frase que me dijo en una de las  últimas entrevistas que mantuve con él poco antes de fallecer, ya en su proceso de enfermedad:  “Aspiro llegar a la muerte vivo”.

Quiero acabar este artículo, aunque  con muchas cosas en el tintero, pero con esta reflexión del profesor Luis Alonso schoekel y unas palabras de Narciso Yepes, el famoso guitarrista de Granada, que falleció de cáncer, y  supe de él a través de Marysia, su mujer, a quien mucho quiero y agradezco  escribiera su historia, como legado de su  vida  recogiéndol en su libro “Amaneció de noche” todo el proceso de su enfermedad y cita una frase de Narciso cuando nos habla de sufrimiento que es para no olvidar:

“El dolor es una caricia de Dios”.

 Lo comparto totalmente, y lo vivo así en el día a día. También quiero citar al Doctor Montoya Carrasquilla quien dice: “a veces no solo enterramos a nuestros muertos, sino que lo hacemos emocionalmente. Los ponemos en un lugar lejano en nuestro corazón para que no duelan tanto, Hay que rescatar a nuestros muertos de la muerte y desenterrarlos, es parte esencial del proceso de sanación”.

Sin duda el duelo es todo un proceso que no debemos pasar por alto. Puede suponer toda una enseñanza de crecimiento y vida. de todos depende que saquemos lo mas positivo de nuestra propia vida y de las personas que nos dejan en el camino.

Hoy mis lágrimas intentan ser una esperanza de vida y desde ese convencimiento he transformado mi dolor en UNA CADENA DE AMOR (tres cosas en la vida….Libro, canción, marcha procesional, comic, cirios, …en definitiva Vida tras la Vida) que cada día crece y crece como hoy a través de esta mujer de fe, Santa Clara, que casualmente redescubro en la charla que he dado hoy entre los franciscanos.  Toda mi vida celebraba el mismo día mi onomástica…tal vez algo de sus enseñanzas cogí coincidiendo en el día de nuestra fiesta…tal vez una mujer de ayer sigue siendo una mujer de hoy, sin la más mínima duda, cuando la fe hace en nosotros maravillas para bien de otros.

Hoy mis lágrimas de vida las dedico a su memoria y a todos los que la mantienen viva y con esta canción Lágrimas de Vida extendemos esta cadena de vida.

Susana Herrera

Mamá de donante y mujer de fe
Gracias a Melu y a Javier,  no sabeis hasta qué punto tiene trascendencia el haber puesto la voz a esta canción, desde hoy sois ejemplo de solidaridad por dar sin saber a quien…como es propiamente la donación de órganos, un auténtico gesto de amor…GRACIAS por hacer que el amor hacia los demás de manera altruista,vaya en cada acorde musical con vuestra entrega a esta causa de todos porque mañana no sabemos en qué lugar de la balanza estaremos,siendo donantes o receptores?
¿Te apuntas a ser uno mas…?

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