Otro 21 de Junio.  Solsticio de verano en el que hoy celebro tu 15 cumpleaños mi pequeño José Andrés, y sigo mirando al cielo con los pies en la tierra.

Cada solsticio de verano la música se hace presente.  Las calles de muchos países del mundo se llenan de sonidos, canciones e instrumentos musicales para celebrar la Fiesta de la Música, y esa música me vuelve a acompañar, como cada año,  en esta tu fiesta, en que se sigue coronando la naturaleza y arranca la época estival.

Otro 21 de Junio. Tuviste que nacer en el día mas largo del año…el día  con más horas de luz para inundarme de ella, aunque sintiera al marcharte fisicamente como una hemorragia, y esa pérdida de sangre me privara de oxigeno para respirar, y sentirme al borde de la muerte.

Pero todavía no tocaba mi fin. Aunque sentí como si me marchara contigo, y a  la vez resucitara y me  llenaran de  tubos. Me conectaran y encendieran máquinas y las bombas comenzaran su trabajo al decir “SI”  a la donación de tu hígado y tus riñones.

Un gélido líquido se abrió paso por mis venas, enfriándolo todo a su paso. Mi corazón se detuvo, y mis pulmones dejaron de funcionar. Mi cuerpo inerte se quedó ahí, haciendo equilibro en el filo entre la vida y la muerte; ni aquí ni allí; se quedó congelado en el tiempo. Y como si los cirujanos (de la propia vida) comenzaran ahora su trabajo. Me grapan. Me cosen el alma, y me reparan. Entonces la bomba me resucita de una sacudida, y vuelve a introducir sangre caliente en mi cuerpo. Fui reanimada a la vida al saber que tu muerte no fue en vano, y hoy tres niñas celebran sus cumpleaños, como hoy celebramos el tuyo.

Hoy hijo mio, como ellas, también he sido trasplantada. Trasplantada de hígado, de riñón, de pulmón, de córneas, de huesos, de médula, de sangre…y sobretodo de corazón.

He  sobrevivido a la vida contigo, y doy gracias por tenerte, por guiarme, por cuidarme… y esperarme desde el cielo.

Como dice  el profesor Sam Tisherman, a veces hay que  suspender la vida para poder salvarla. Tsherman cree que con la hipotermia inducida podemos prolongar la “hora dorada”, esos instantes en que los médicos luchan por salvar la vida de los pacientes en estado crítico, ganar tiempo para salvar a los vivos. Algo así sentí yo…

Y hoy aceptándolo todo, sobrevivo a la propia vida.

Hoy el Sol salió más pronto y también se pondrá más tarde, como cada año, pero en él vivo siempre contigo.

Cada día cambio tu ayer por mi mañana

Te quiero en presente y la vida se suspende, porque cada amanecer tengo el privilegio de subir al cielo contigo.

Feliz cumpleaños mi pequeño José Andrés.

Tu mamá…

Tags: Sin Categorizar // 1 Comment »