El cansancio del desamor
El Corazón de Jesús es lugar para nuestro reposo, sosiego en nuestros agobios y consuelo en los momentos más duros. Ese descanso no nos paraliza, sino que dinamiza nuestra entrega. No es descanso del que huye responsabilidades y trabajos. Es descanso para centrar la vida y sentir en manos de quién estamos. La situación más grave que podemos atravesar es la de renunciar a amar por cansancio. Cansados de que nos hieran, de críticas amargas, de diferencias irreconciliables, quizá pensemos que el yugo es una carga demasiado pesada para nosotros.
El combate de la fe nos lleva a amar sin descanso, encontrando nuestra dicha en descubrir los misterios del Reino revelados a los sencillos. Tratemos de cargar el yugo con humildad, para acoger a los compañeros de camino como amigos, sin creernos sabios ni maestros, confiando en que el Espíritu está presente antes de que nosotros lleguemos.
Dibu: Patxi Velasco Fano
Texto: Fernando Cordero ss.cc.
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