NURIA ¡bienvenida!

Tu primer día en nuestro mundo

Querida Nuria:

¡Bienvenida! Imagino que hay niños que cuando nacen son muy  esperados -deseo que sean todos-, creo que son la mayoría. Pero tu espera, que la he conocido de cerca, puedo decirte que ha sido muy especial. No habías nacido y tenías a medio mundo pendiente de ti, hasta a mí pues no sabes la de veces que me he preguntado  desde tu existencia y cómo me ha iluminado a la hora de entender el evangelio todo lo que ha rodeado tu venida.  Y ahora naces el día de la Inmaculada, para que se cumpla la palabra proclamada de que para Dios nada hay imposible.

Álvaro acaba de decirme que ya era tito con una alegría indescriptible.  Me ha sorprendido, sabíamos que estaba  tu madre en  el octavo mes y que tenías un peso de dos kilos , que por cierto no aumentaba en las últimas semanas y nos preocupaba, era este viernes cuando ya se vería cómo iba definitivamente todo. Pero no has esperado al viernes, según cuenta tu tito ayer tu madre María sufría contracciones, Berto –tu papi-   la llevó al hospital, y ha resultado que no era falsa alarma, que las contracciones seguían y que visto cómo venías, tu postura –hasta en esto has sido original-, convenía ayudar a tu madre para que nacieras por cesárea. Y ahora ya estás en nuestro mundo y en nuestra historia con tu yo, que comienza a definirse  en su primer día de vida.

El proceso ha sido arduo y fuerte, pero nada comparado con la alegría que hoy estás provocando aunque te hayas adelantado. Ya no resistías  tanta espera y tanta gente preocupada por ti. Recuerdo el comienzo de la aventura, cuando tus papis con ojos brillantes y alegres, nos comentaban que os estaban esperando. Sí comenzaste el camino con otra hermana, lo has querido compartir todo desde el principio y quisiste venir en clave gemela. Todo bien, ilusionados, hasta con nombres originales buscados con afán. Pero la naturaleza dijo que así no, comenzasteis a compartir sangre y hubo que intervenir, actuar y ver el resultado. Ahí la naturaleza te eligió  a ti y entregó a tu gemela, que estará en el cielo y seguirá unida a ti hasta que os encontréis definitivamente en el cielo y allí podréis tener la unidad total y absoluta sin tener que romperos ni separaros. Fue fundamental en aquél momento contar con los mejores medios del mundo – desde Coruña a Barcelona- , a través de la seguridad social, para poder optar por la vida y luchar por vosotras dos, aunque al final sólo se consiguió la victoria contigo. Es curioso lo público y lo común optó con una radicalidad total por vosotras, no fue así en el trabajo de tu madre, donde al ver que estaba embarazada y con un embarazo de riesgo –por ser gemelas- no le renovaron el contrato, y pensar que era un consorcio en el que tenía parte nuestra comunidad eclesial con lo fuerte que defendemos  en nuestros discursos la vida del no nacido. Pero no podemos olvidar el poder que todavía tiene el pecado original  y sus consecuencias incluso en nuestra propia casa eclesial; todos somos testigos de esto en nuestras propias vidas. El caso es que esa misma Iglesia es la que está en tus abuelos Diego y MariCarmen, los que ha tenido allí a tu mamá mientras ha tenido que hacer reposo total y que han estado atentos a ver cómo sonaba tu corazón y cómo ibas creciendo dentro de tu mami. Berto ha hecho kilómetros  por miles, externa e internamente, unos para sentirte a ti a través de tu madre, otros preguntándose por este misterio de la vida y por la referencia trascendente  en su interior, sin encontrar explicaciones pero queriendo y deseando lo mejor para ti. Por ti todo merecía la pena, aunque aún no estabas en el presente, tu futuro ha sido vivido como prioridad y algo único para muchos. Cuando mamá estuvo bien, volvió junto a su amado para vivir juntos, paso a paso, la espera y el nacimiento. Tú no has querido que esperaran más, has acelerado tu llegada y nos has cogido a todos de improviso. Pero has provocado la alegría más grande del mundo en muchos corazones. Hasta yo estoy tocado por esta galleguiña presurosa, por Nuria que en la Inmaculada  ha hecho  vivo el mensaje de que la vida está en el futuro, en la esperanza y que acelerarla ha de ser  lo propio de los cristianos.

Ahora nos toca acogerte y quererte como el Padre Dios te ha querido al pensarte y crearte, hoy en la parroquia, con motivo del segundo Domingo de Adviento, el lema evangélico ha sido: “Practica la acogida”.  Ya está tus abueletes extremeños haciendo las maletas para salir rápidos a tu encuentro en tus tierras gallegas, la abuela Mamen ya tiene la maletita con todas las cositas que te ha preparado, vas a poder presumir… te lo aseguro. A tu abuelo no le hagas mucho caso que es todo corazón, y tu tito Álvaro ya está pensando la obra que va a componer al piano en tu honor, creo que se llama “Crear en lo que creemos”,  a ti te han querido y te han creado queriéndote, ahora creemos en ti y vamos a creer siempre. Por aquí yo sé que tienes una muchedumbre innumerable de gente que te va a querer: titas abuelas –incluida la monja-, bisabuelos, etc… Bienvenida Nuria¡¡¡