LA BUENA SUERTE

Desde aquel 21 de enero de 2005,

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cada año que llega esta fecha, no puedo evitar sentir que ha sido maravilloso el hecho de haber tenido el privilegio de contar con un ángel entre nosotros. Un ángel en nuestra familia.
Lo pensé desde el primer instante en que pude sentir su cuerpecillo sobre mi cuerpo, y achucharlo sobre mi pecho aceptando que ya había salido de mi vientre.

José Andrés llegaba a estos padres primerizos con toda la expectación, el deseo y el amor que unos corazones podían ofrecer.
No podía dejar de mirarlo, y sentir que parecía imposible sentir el cielo con la punta de los dedos…y con él se hacía posible.
No podía dejar de pensar que por fin mi deseo de ser madre se cumplía con él, y junto a ese deseo , ser la madre de los hijos de mi marido, lo que Andrés me pidió justo en el momento de conocernos: ¿ Quieres ser la madre de mis hijos?.

Quién me iba a mi a decir que esa frase conllevaba tanto detrás…y que encerraba tantos enigmas que la propia vida iría resolviendo y dando respuestas.

No nos paramos a pensar lo que puede llegar a significar un deseo o un sueño, hasta que vemos que se cumple, y con nosotros se cumplió y con creces…con nuestro primer hijo.

Hoy 21 de enero de 2018, hace trece años de la separación física de nuestro pequeño José Andrés… y no pasan los años. Me resulta como si fuera ayer (inexplicablemente). Como si me hubiese dormido y al despertar ver que ya no está con nosotros pero sentirlo…y como siempre digo: sin ti pero contigo, en mi…

Este año número trece sin ti, para mi no es solo un día sin calendario, con el valor de rebelde y con causa, porque año que pasa, año que señala uno mas multiplicando el valor de la vida y no de la muerte como final, sino la muerte, como dicen algunos, portadora de un cambio que permite el renacimiento y la transformación. Así lo siento yo.

Un interrogante constante y respuestas diarias en cada paso que vamos dando entre nosotros, padre y madre de José Andrés. Entre nuestros hijos Álvaro y Gabriel. En nuestra familia y amigos… A veces acertamos. Otras no. Otras nos tambaleamos, pero siempre nos levantamos, y celebramos la buena suerte de tenerte. Celebramos haber saltado obstáculos como familia y como un salto al vacío nos hemos vuelto a reconstruir.
Celebramos que tus hermanos, Álvaro y Gabriel, han ido creciendo contigo sin haberte conocido, pero sabiendo y experimentando valores, que le impulsan a ser unos buenos niños. Unos buenos hijos amantes de sus padres, y unos hermanos que te tienen como un valiente por haber salvado a tres niñas ´dandoles una segunda oportunidad en la vida con su hígado y sus riñones. Así se lo cuentan a sus amigos y conocidos, y yo como madre doy las gracias cada día por tenerlos a los tres. Por ser la familia que somos, y porque los cinco, a nuestra manera, vamos entendiendo nuestro lugar en el mundo, dándonos la mano y la libertad en nuestro corazón.
Mi querido José Andrés, querido hijo, sigue cuidándonos y mostrándonos el camino, donde el amor nos envuelva y seamos capaces de crecer en él.
Te quiere siempre mamá…

One Response to “LA BUENA SUERTE”

  1. La Buena Suerte la que tuve yo al conocerte, Susi.
    Es una historia feliz que transforma a quien la conoce y tú, con tus palabras, conseguiste cambiar mi vida.
    José Andrés es VIDA.
    Gracias por escribir algo tan bonito.
    Un beso muy grande a este Ángel de carne y hueso encarnado en el AMOR de tu familia: Susana, Andrés, Álvaro y Gabriel… Pero también en esa cadena de todos los que formamos “Lágrimas de Vida”.