“Y EL TIEMPO PASA…
nos vamos poniendo viejos, el amor no lo reflejo como ayer…” Bellísima canción de Mercedes Sosa que siempre me emociona. Si una cosa ha marcado este último viaje ha sido el encuentro con personas que hacen parte de mi historia. Olores, colores, sensaciones de un ayer que enraizó mi corazón por estas tierras brasileñas. Es curioso el vaivén del tiempo. Estando lejos en años y distancias, el pasado permanece como si no hubiese muerto. Existe la tentación al mirarnos de nuevo de dejarlo todo como era, pero que va, las cosas han cambiado. Más arrugas, un poco más de barriga, mil bondades y maldades nos han acometido. Nos hemos hecho más sabios o estúpidos. Nos hemos ido del ayer aunque no queramos y aunque nos encontremos como que encantados a través de él. Habrá que tener coraje para amarnos de nuevo sin conocernos. Habrá que tener coraje para dejar de ser lo que fuimos, aunque la nostalgia nos exija volver.
“Cambia, todo cambia… así como todo cambia, que yo cambie no es extraño” insiste Mercedes Sosa. Y con todo, la inmensa magia de permanecer con lazos inexplicables. Un volver a la guarida. La araucaria al viento contando nubes. Recordándome las primeras utopías. Lluvias torrenciales fortaleciendo el río Jordao que se come los márgenes sin piedad. Nosotras miramos desde un puente que nos deja transitar las orillas. ¡Que ganas de explotarlo y bucear!
Discussion area - Dejar un comentario