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Esta semana empieza un nuevo Foro Social Mundial,  espacio de encuentro plural y diverso que busca fortalecer la participación, el debate descentralizado y formulación de propuestas entre movimientos sociales y organizaciones no gubernamentales de los más diversos, para la construcción de ese Otro Mundo Posible del que se viene hablando desde 2001. Un mundo verdaderamente democrático (ya no nos vale cualquier democracia), justo (no nos vale cualquier justicia), solidario (no nos vale cualquier cooperación). El mundo del respeto, de la dignidad, del amor. De los derechos para TODOS. Por eso la actual búsqueda de alternativas a este neoliberalismo, que nos lleva a la destrucción sin límites, se hace primordial.

En el 2001 nos juntábamos por primera vez en Porto Alegre, parejos a los movimientos globales contra el neoliberalismo que se desencadenaron en Seattle. Era necesario romper el cerco del pensamiento único. Rescatar la esperanza y ampliar la visión. Salir de lo local hacia lo global, para volver a las bases oxigenad@s, orientad@s, motivad@s, encantad@s. Pensar globalmente, actuar localmente. Auque hoy tengamos que adecuarnos a la complejidad reinante y ésta no exija también, actuar globalmente y pensar localmente. Brasil, Venezuela, India, Paquistán, Mali, Quênia. Nos dimos cuenta que éramos muchos. ¿No hay caminos? Los habrá si los abrimos.

Los foros se han multiplicado por todos los continentes. Se apoya en una Carta de Principios que nació en 2001 y que reza lo siguiente:

– El FSM es un espacio abierto de encuentro para reflexionar en profundidad, para el debate democrático de ideas, intercambio libre de experiencias y articulaciones eficaces de entidades y movimientos de La sociedad civil que se oponen al neoliberalismo  y al dominio del mundo por el capital y por cualquier forma de imperialismo, y están empeñadas en la construcción de una sociedad planetaria orientada a una relación fecunda entre os seres humanos y estos con la Tierra.

– El FSM se opone a toda visión totalitaria y reduccionista de la economía, del desarrollo y de la historia y al uso de la violencia como medio de control social por el Estado. Propugna los Derecho Humanos, la práctica de una democracia verdadera, participativa, relaciones igualitarias, solidarias y pacíficas entre las personas, etnias, géneros y pueblos, condenando todas las formas de dominación así como el sometimiento de un ser humano por el otro.

 – El FSM se articula regional e internacionalmente pero no pretende ser una instancia representativa de la sociedad civil mundial[1].

Este nuevo FSM que se inicia en Belém, ciudad del Estado de Pará, tiene algunos retos importantísimos. No es casualidad que haya sido elegida esta región amazónica de numerosa populación indígena. Analizar el momento actual principalmente en tres vertientes importantísimas: el colapso medio ambiental al que nos estamos abocando, el exterminio de los pueblos y culturas minoritarias, la criminalización de los movimientos sociales y luchas de la sociedad civil.

Frente a esta bendita crisis del capital que nos arrastra a todos ¿cuáles los caminos para ese Otro Mundo Posible?

Esta semana leía del  artículo de Leonardo Boff (www.cartamaior.com.br) en donde se refiere a una noticia que fue lanzada a finales de año: grandes institutos que acompañan sistemáticamente el estado de la Tierra anunciaron que desde septiembre de 2008 el consumo de la humanidad ultrapasó el 40% de la capacidad de soporte y regeneración del sistema-Tierra. O sea, dice Boff,“La humanidad está consumiendo un planeta entero y 40% a más, que no existe. El resultado es la insostenibilidad global de la Tierra y del sistema de producción y consumo operantes”. Lo que nos parecía lejano y exagerado veinte años atrás está sucediendo ahora.  No es mi intención crear alarmismos inútiles pero tampoco huir de la realidad y navegar en el mundo de Antoñita la Fantástica. Tal vez sea el momento de pensar en salir de “la crisis” cambiando el rumbo. Del caos nace lo nuevo. Asumamos el caos, co-responsabilicémonos con la búsqueda de un nuevo equilibrio que no podrá ser igual al supuesto equilibrio anterior.

Los políticos de antaño, estilo cowboy, tendrán que lacrarse en el baúl de los recuerdos. Lo nuevo. ¡Que venga lo nuevo!

En estas llamadas democracias que vivimos en América Latina, la sociedad civil organizada cuando levanta la voz, a los ojos de los diversos Estados, es criminal. En estas llamadas democracias, no se puede gritar. Hay que hablar fino y bajo, saber negociar siempre, lograr equilibrarse sobre los muros. Sonreír. No hay espacio para las revoluciones y las desobediencias civiles… está mal visto, porque al fin y al cabo, estamos en una “democracia” y no se justifica (a menos claro, que no sean tan democráticas nuestras democracias).

Pues bien amig@s, el Foro Social  Mundial es un lugar de grito. Un lugar para romper miedos. Un espacio para rasgar lo postizo y vernos tal cual somos, porque, como diría  Jesusa Rodríguez[2],  “cuando se acaban las apariencias se comienza a vivir la sustancia”. Sustanciémonos. Motivémonos, responsabilicémonos. Que no gane el sillón sino la estela. Toda y cualquier transformación necesita de cada uno. Hay que cambiar hábitos, pensamientos, formas de mirar. Movimiento.

“…- por qué me dijiste que cuando uno no sabe qué es lo que sigue hay que mirar para atrás? ¿no es para encontrar el camino de regreso?- pregunté

-No pues -responde el Viejo Antonio- No para encontrar el camino. Es para ver donde te quedaste antes y qué es lo que pasó y qué querías.

– ¿Cómo?

–Sí pues. Volteando para mirar atrás te das cuenta donde te quedaste. O sea que así puedes ver el camino que no te hiciste bien. Si miras para atrás te das cuenta que lo que querías es regresar y lo que pasó es que tú respondiste que había que encontrar un camino que no existe. Había que hacerlo –el Viejo Antonio sonríe satisfecho.

– Pero, ¿por qué dices que hicimos el camino? Lo hiciste tú, yo nomás camine atrás tuyo- le dije un poco incómodo.

– No pues -sigue sonriendo el Viejo Antonio-. No lo hice yo solo. Tú también lo hiciste porque un tramo lo caminaste tú adelante.

– ¡Ah! Pero ese camino no sirvió -le interrumpo.

– Sí pues. Sirvió porque así supimos que no sirvió y entonces ya no lo volvemos a caminar o sea, a hacer, porque nos llevó a donde no queremos y entonces podemos hacernos otro para que nos lleve- dice el Viejo Antonio.

– Entonces ¿tú tampoco sabías si el camino que estabas haciendo nos iba a traer hasta acá?

– No pues. Sólo caminando se llega. Trabajando pues, luchando. Es lo mismo. Así dijeron los más grandes dioses, los que nacieron el mundo, los primeros…”[3]

Lo dicho pues: ¡Movimiento!

[1] Podéis encontrar todas las informaciones en el site  www.forumsocialmundial.org.br que también está en castellano.

[2] Jesusa Rodriguez, teatróloga mejicana, milita en movimientos de resistencia. La podéis ver y escuchar en Youtube. Merece la pena.

[3] Relatos de El Viejo Antonio. Subcomandante Insurgente Marcos. Ed/ Virus editorial Barcelona. Pag. 104

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