Desenrédanos de la pasividad cómplice
Jn 10, 11-18
El Buen Pastor da la vida por sus ovejas. El Buen Pastor es Cristo Resucitado. El Buen Pastor es el que nos “desenreda” de perder el centro, el sentido, el rumbo de nuestra existencia.
Al Buen Pastor le duelen sus ovejas, porque ha dado la vida por ellas. En estos días de Pascua, noticias como la de la muerte de setecientos inmigrantes, setecientas personas, setecientos hermanos nos llevan a “desenredarnos” de nuestros esquemas y actuar.
No podemos quedarnos igual ante esta cultura del “descarte”, de números vacíos cuando no sentimos que los que mueren son hermanos nuestros.
El Buen Pastor llora por la muerte de este precioso rebaño. Y nos invita a no compartir la indiferencia cómplice.
¡Desenrédanos, Señor Jesús, Buen Pastor, del egoísmo y la pasividad, de no implicarnos en una fraternidad universal, según tu Corazón!
Dibu: Patxi Velasco FANO
Texto: Fernando Cordero ss.cc.
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