Siembra nuestra tierra

Mc 4,26-34 ¡Qué delicia de parábolas! A los que nos gustan los cuentos, encontramos en ellas el mejor lugar de inspiración, porque son del propio Jesús, ¡tan ocurrente, con la sabiduría del que vive para el Padre! Entusiasmarnos a leer el Evangelio es algo que debería ser connatural en nuestra vida cristiana.