Huir de la cruz es rechazar a Jesús
Lc 9,51-62
En el seguimiento de Jesús no podemos estar continuamente mirando hacia atrás. Hemos de mirar hacia delante, con ánimo, porque el Señor nos conduce.
“El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios”. El que usa el retrovisor en todo momento, termina por caerse de la moto, porque pierde el norte y la referencia. Jesús nos acompaña, sin necesidad de espejos retrovisores, para que transitemos las sendas que nos conducen hacia el Reino del Amor y de la Paz.
Almacenemos los retrovisores. Agarrémonos fuerte a Jesús. ¡Siempre hacia delante, sin excusas! Porque, no lo olvidemos, huir de la cruz es rechazar a Jesús, a pesar de que las tareas que nos busquemos sean de lo más interesantes y justificadoras.
Dibujo: Patxi Velasco Fano
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