“Una promesa”

Ahora que vamos a recordar la fiesta de los difuntos, podemos aprovechar para abordar de una manera hermosa y sugerente el tema de la muerte con los niños -un asunto que también se recoge en “Kamiano y yo”-. Carmen Pellicer escribió no hace mucho un cuento llamado “Una promesa”.






A los 33

Kamiano tenía 33 años cuando fue a la isla de Molokai. Esa misma edad tenía Cristo cuando sucedieron los acontecimientos de su Pasión. ¿Y tú a los 33? ¿Qué te gustaría hacer, ser…?






El eje de “Kamiano y yo”

 Con estas palabras, Carmen Pellicer nos indica el eje central sobre el que gira “Kamiano y yo”. 






El padrenuestro de Patxi

Nuestro amigo Patxi ha preparado este padrenuestro para que los peques aprendan a rezar con la oración que Jesús nos enseñó.






Los “héroes” de Carmen Pellicer

Como anunciábamos en nuestro blog, Carmen ha escrito una columna en el número de agosto de 21rs que hace referencia a “Kamiano y yo”. Os invitamos a sacarle todo el jugo posible a estas sabias palabras de esta gran pedagoga.






De vacaciones con Jesús y con Kamiano

  Muchas familias están ya de vacaciones. Otras quizá tengan que quedarse en casa. Pero es indudable que el tiempo de verano es un tiempo especial para estar juntos y disfrutar de la convivencia. Alguien que no puede faltar es Jesús. Tanto si viajáis como si os quedáis en vuestro lugar habitual, no os olvidéis […]






Despertar al compromiso

  Jesús deja la carpintería y a su familia para anunciar el Reino de Dios. Damián abandona la granja familiar para dar a conocer a Jesús y al Evangelio a aquellos que viven en la más absoluta pobreza y exclusión.  En este dibujo de Patxi vemos a un mundo dormido. ¿De qué cosas crees que […]






Despertar del sueño

  Nuestro mundo actual, igual que sucedía en la época de Damián, se queda dormido en muchas ocasiones.






Como en las pateras de hoy…

 Charo, una profesora de la Escuela Hogar “Sagrados Corazones”, de Jaraíz de la Vera (Cáceres), nos ha hecho llegar este mensaje, que nos resulta muy motivador.






Jesús nos sostiene aunque no le veamos

  En “Kamiano y yo” leemos lo siguiente: