Anécdota de una abuela
El cuento de “Lipi, de la Sierra de Cádiz a Mozambique” realza la figura de las abuelas. Aparecen dos abuelas: la abuela de Lipi y la abuela de Julia. La función de los abuelos, de las abuelas en este caso, es fundamental. Gracias a las narraciones, a los cuentos, van posibilitando en sus nietas un lenguaje capaz de acercarlas a valores profundos que van más allá de las necesidades inmediatas. Las historias de las abuelas van creando un horizonte de sentido, una cosmovisión, que ayudará en el futuro a una toma de decisiones comprometida y solidaria.
María Torrejón, de 10 años, hizo su valoración del cuento y nos contó, en la presentación del mismo, esta simpática anécdota que le sucedió a su abuela:
Este libro cuenta la historia de una niña llamada Lipi. Ella tenía una abuela que le contaba muchas historias y así aprendió a ayudar a los demás.
Al igual que Lipi, a mí me gusta escuchar las historias de mis abuelas. Y hoy os voy a contar una de las que vivió mi abuela Manuela a la que conocéis todos en la parroquia:
Unos meses antes del carnaval de San Fernando, mi abuela Manuela que tenía entonces ocho años, recortaba muchos papeles para tener el día de la cabalgata una gran caja de papelillos.
Fue entonces, cuando empezó a escuchar a muchas personas decir:
– “¡Va a llegar el fin del mundo! ¡Va a llegar el fin del mundo!”.
Tanto se agobió mi abuela Manuela, que se puso frente a la caja de papelillos, y sin decir nada… ¡se los tiró por encima!
Llegara o no llegara el fin del mundo mi abuela ya habría disfrutado del carnaval.
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