Cielo de medianoche
La última película postapocalíptica llega con la firma de George Clooney, que evidencia estar más interesado en el drama humano que en la acción. Cielo de medianoche es la historia de supervivencia de unos astronautas y el desesperado intento de un hombre por evitar que lleguen a la tierra por el bien de la especie. ¿Logrará George su obejtivo?
La última década no solo rescató el subgénero de películas ambientadas en el espacio, sino que lo dignificó. Algunas de estas películas no solo consiguieron acaparar los primeros puestos de la taquilla, sino que lograron asomar la cabeza entre lo más destacado del año. Gravity (Alfonso Cuarón, 2013), Insterstellar (Christopher Nolan, 2014), Marte (Ridley Scott, 2015) o más recientemente Ad Astra (James Gray, 2019) forman el póker de ases de esta resurrección del género. Tras cada una de ellas hay un director reconocido. En algunos casos se trata de un experto en el cine de ciencia-ficción, y en otros de realizadores que ya han demostrado su versatilidad. Cada una de esas películas contaba una aventura que no había sido vista antes en este tipo de historias, y eso les ha permitido hacerse un hueco entre tantas producciones del mismo corte. Y, por último, todas hacían gala de una factura técnica impecable.
Ese es quizás el único aspecto en el que Cielo de medianoche puede atreverse a competir con sus predecesoras, aunque para igualmente acabar saliendo mal parada en la comparación. Es cierto que se aprecia un cuidado en el uso del sonido, de la fotografía y de los efectos especiales; aunque lo mejor que se puede decir de ellos es que no distraen y están muy bien puestos al servicio de la narración. Otro elemento a destacar, y que probablemente sea lo mejor de la cinta, es la partitura compuesta por el francés Alexandre Desplat. Probablemente se trate del compositor de Hollywood más importante del siglo XXI junto con Hans Zimmer, pero mientras este ha evolucionado hacia músicas más experimentales, Desplat ha sabido conservar la delicadeza de sus primeros trabajos en Europa y mezclarlos con la deliciosa tradición melódica de los compositores de los noventa. En este último trabajo logra entrelazar a la perfección el derrotismo ante el cataclismo que asola el planeta, la ingenua esperanza de quienes desconocen la triste verdad y la emoción que se desprende de los pequeños grandes gestos de humanidad en medio de un panorama tan desolador.
Dicho de otra manera, Desplat logra el equilibro que el guion y George Clooney como realizador no consiguen. Y es que Cielo de medianoche propone dos historias conectadas entre sí pero que discurren prácticamente en paralelo. Por un lado, está la de la tripulación espacial que intenta volver a casa y que se topa con las mismas dificultades de siempre; y por otro, la del personaje que Clooney se reserva para sí: un científico un poco traumatizado que intenta ponerse en contacto con la nave para informarles de que la Tierra se ha vuelto inhabitable e instarles a no volver para que la especie pueda sobrevivir gracias a ellos. Ambos relatos funcionan como dos películas independientes y solo se conectan por el hecho de que se buscan mutuamente a pesar de los problemas de comunicación. La aventura en el espacio carece por completo de originalidad, la acción es previsible y los diálogos pobres, por lo que queda claro que a Clooney solo le interesaba su parte. Sin embargo, la suya no llega a funcionar a pesar del descarado intento de dotarla de profundidad dramática y de apelar a la emotividad mediante el pasado de su personaje, la aparición del de la niña y la revelación final sobre una de las astronautas.
El conjunto resulta tan descompensado que incluso podría pensarse que toda la película ha sido concebida para que Clooney pueda lucirse como actor, puesto que suyas son las mejores escenas del film. Y aunque puede que haya algo de verdad en esto último, parece claro que la cinta ha sido concebida como vehículo de propaganda del discurso de concienciación medioambiental que ha actor y director lleva a gala por donde quiera que va. Ahora bien, dotar de un discurso de este calado a una cinta de ciencia-ficción no está mal, siempre que el espectador reciba la dosis de acción y emoción que espera y que son propias del género.
En definitiva, es una pena que un realizador como George Clooney, que sorprendió a todo el mundo con sus primeras películas como director, y que ha dejado claro con su trayectoria delante y detrás de las cámaras que tiene una clara ambición artística, siga desafinando en sus últimos trabajos. Objetivamente Cielo de medianoche no es una mala película. A ratos funciona y a ratos no, y el juicio del espectador dependerá mucho de las expectativas con las que se acerque a ella. Pero, desde luego, no es un título memorable y no sigue la estela de ese revival del cine del espacio del que comenzamos hablando. Así que no, George no logró su objetivo.
Nota: 6/10
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