Jesús carpintero
Lc 4, 21-30
Jesús, tú quieres tallar nuestro corazón como buen carpintero y maestro de la sabiduría. ¿Lograrás sacar del tronco de nuestra existencia una obra agradable a tus ojos? ¿Lograremos entender que tú nos ofrecemos de la madera una escalera para llegar al Cielo?
En tu pueblo no te hicieron caso. No creían en el hijo del carpintero. A veces la sencillez y la humildad no “vende”. Más bien, quieren “despeñarte”. Tú, sin embargo, sigues empeñado en tallar nuestra alma, a pesar de todos los riesgos. No te canses nunca, Maestro carpintero, de realizar esa noble tarea, a ver si consigues que latamos a tu ritmo, que nos empleemos en tus opciones y en tu manera de afrontar los desafíos de la vida.
Dios carpintero, pule la madera de nuestro ser con el cepillo de tu misericordia y de tu amor. Jesús, hijo del carpintero de Nazaret, haz que nuestra miopía no impida contemplar tu plan que sobrepasa nuestras cortas miradas.
Dibu: Patxi Velasco FANO
Texto: Fernando Cordero ss.cc.
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