Allegro molto

Seguro que lo has hecho en estos días. Buscar la mejor ruta, el mejor itinerario, para llegar a tu lugar de vacaciones, a tu destino de descanso.

Posiblemente no tengas vacaciones. Los medios de comunicación, día a día, nos hacer ver y creer que todos los hogares de España tienen vacaciones, particularmente en agosto. Pero es lo más lejano de la realidad.  La Fundación FOESSA lo constata: el 70% de los hogares no están notando los efectos de la recuperación económica. Existen muchas familias que no tienen los más mínimos recursos para poder sustentarse, por lo que no buscan ruta para las vacaciones.

Pero todos hemos buscado, en alguna ocasión, una ruta en los planificadores que nos facilitan desde los principales buscadores de Internet: la mejor ruta para llegar a una entrevista de empleo, el itinerario más corto para un hospital, el camino más breve para visitar a nuestros familiares…

Las rutas, los itinerarios, las carreteras,… nos van llevando por caminos no fáciles, en ocasiones bastante complicados. Por eso quiero proponerte una ruta, un itinerario para que puedas seguirlo desde este verano, como discípulo misionero.

Nuestra primera guía será el número 24 de Evangelii Gaudium, sobre la que vamos a marcar cinco coordenadas que, indicadas por el Papa Francisco, nos ayudarán a buscar una ruta misionera para el verano y que, ¡además!, servirá para nuestro caminar: Primerear, involucrarse, acompañar, fructificar y festejar:

1. Primerear: “¡Atrevámonos un poco más a primerear!”, nos dice el Papa Francisco. El Señor tomó la iniciativa. Primera en el amor. Por eso cada comunidad evangelizadora debe tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, llegar a los cruces de los caminos.

2. Involucrarse: “Exploradores de periferias existenciales”. ¿Os imagináis qué planazo para el verano? Convertirnos en exploradores. Exploradores siempre en disposición de servicio. Exploradores sin miedo a involucrarse y abajarse. Exploradores dispuestos a lavar los pies, como el propio Jesús. Exploradores que sirven con humildad, con obras y gestos en la vida cotidiana. Exploradores con “olor a oveja”, que son evangelizadores.

3. Acompañar: discípulos misioneros que están con la gente. No en una isla y en soledad, sino estando entre la gente. No es una élite. No somos un grupo de VIP. Al contrario, estar los más bajos para servir y acompañar con mayor profundidad.

4. Fructificar: la cercanía nos hace ver los frutos. El discípulo misionero hará todo lo posible para encarnar la Palabra en la vida concreta, en las situaciones concretas. Quizá deberíamos olvidar la “terrible obsesión por la imperfección de muchos de nosotros, sobre todo de la de los demás”. Hagamos patente la potencia liberadora y renovadora del Evangelio.

5. Festejar: “La Iglesia evangeliza y se evangeliza a sí misma con la belleza de la liturgia, la cual también es celebración de la actividad evangelizadora y fuente de un renovado impulso donativo”. En la Eucaristía festejamos y nos impulsamos como discípulos misioneros. Este verano, y en tu vida, no dejes de lado la celebración, el festejo: festejar y celebrar cada logro, cada acompañamiento, cada momento del camino.

Es un buen itinerario, ¿verdad? Es cierto, si lo buscas en “Google Maps” te dirá que es un destino no conocido. Si buscas esas cinco “localizaciones” o “lugares” tampoco los encontrarás. Requiere de un compromiso, de una involucración, de una responsabilidad. No es algo fácil, pero tampoco difícil, si lo vives con alegría, ¡la alegría del Evangelio!.

Es la Iglesia en salida… “comunidad de discípulos misioneros que primerean, que se involucran, que acompañan, que fructifican y festejan”. Coloca las cinco ubicaciones y comienza tu itinerario este verano.

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