En verano, interpelados por la misión
Durante la época estival solemos llevar otros “ritmos” y “velocidades”. Parece que, en parte, el tiempo se “detiene” y que podemos avanzar de manera diferente, desconectados, un poco más ausentes. En algunas ocasiones se trata de vivir una aparente “evasión”, huyendo de las preocupaciones, del ruido, de los silencios, en definitiva escapar.
Pero existen cientos de personas que no quieren escapar, sino que quieren vivir de otra forma su camino. Cientos de personas que asumen otros “ritmos y velocidades” para ponerse a disposición del otro, para acercarse a otras realidades, para vivir la entrega plena al Evangelio, para asumir el discipulado misionero.
Es cierto que esos cientos de personas, en su mayoría jóvenes, no ocupan titulares en los medios de comunicación generalistas. Pasas inadvertidos, como si no existieran, como también suele pasar con los países en los que en estos momentos se encuentran, sea en África, Asia o América.
Son los “invisibles” del verano, jóvenes que se han sentido interpelados por la misión y que están entregando su tiempo, sus energías, su alegría en proyectos misioneros en diferentes lugares del mundo. Son los jóvenes que viven #VeranoMisión.
Estos “invisibles”, desapercibidos en grandes titulares, han sido valientes para poder dar un paso decidido de entrega y ponerse en camino para vencer la globalización de la indiferencia. Esos jóvenes asumen el rostro de una Iglesia que mira al que está en dificultad, creando relaciones, puentes de fraternidad y solidaridad.
Estos jóvenes de #VeranoMisión son el rostro de la Iglesia sin fronteras, que viven el arte del acompañamiento, que se caracteriza por “la delicadeza que se acerca a la tierra sagrada del otro” (Papa Francisco).
Los cientos de jóvenes que viven su discipulado misionero, de otro modo en verano, caminan con el ritmo de la projimidad, con una mirada siempre llena de compasión y respeto, que les alienta para madurar en la vida cristiana.
Jóvenes misioneros, interpelados por la misión, de los que tenemos mucho que aprender.
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