HISTORIAS GUANACAS. Primera entrega: primas hermanas.

Al llegar a el Salvador me sale lo guanaco. Lo que digo, lo que huelo, lo que siento… aflora en mi memoria como si nunca me hubiera marchado de aquí, como si no viviera al otro lado del charco, en otra tierra, en otra cultura, con el mismo idioma, pero tan abismalmente distinto. Por eso para mí volver siempre es un regalo. Desentrañar mis raíces. Sentir más cerca el calor de mi gente que me envuelve por fuera y por dentro.
Pero no se equivoquen. No es que todo sea idílico y maravilloso, ni mucho menos. La realidad se encarga de darme alguna que otra bofetada para que espabile y ponga los pies en la tierra. Y merece mucho la pena.
Una de las experiencias que más me ha conmovido estos días es la visita a unas primas de mi abuelita. Aunque viven relativamente cerca, también en San Vicente, no es tan fácil llegar hasta su casa, mucho menos para una octogenaria como es mi abuelita. Por eso se puso feliz cuando le propuse acompañarla para hacerles una visita. Nos pusimos en camino.
Llegamos a eso de las dos de la tarde. La tía Catalina, aunque tiene ochenta y cuatro años, sigue trabajando en la casa de al lado donde ha criado a hijos, a nietos y ahora también cuida a su patrona -aunque es más joven que ella- que no se mueve de la cama y que, al parecer, se pasa los días y las noches añorando sus tiempos de bonanza, cuando ofrecía grandes fiestas y banquetes en honor a la gente importante del pueblo. Tía Ángela por su parte, a sus ochenta y ocho años, tuvo mucha más “fortuna” porque trabajó toda su vida fregando ropa y limpiando suelos en el Hospital de san Vicente, lo que le da el “privilegio” de percibir una pensión de cien dólares al mes. Con todo se sienten muy afortunadas, no todo el mundo llega a su edad gozando de salud y de memoria, me dicen.
Al llegar llama la atención la fachada de la casa, comparadas con las que hay a su alrededor, desentona a leguas como un hueco en medio de unos dientes blancos y bien cuidados. Su portón -si puede llamarse así- está hecho de láminas de zinc que si viniera el lobo del cuento de los tres cerditos y soplara, saldrían volando con las tías y todo lo que hay dentro.

IMG_20160224_205708230Al cruzar el zaguán, te das de bruces con la minúscula casita: un pequeño porche y dos pequeñas habitaciones de ladrillo y techo de zinc, en contraposición con el enorme patio -el corazón de la casa- lleno de árboles de mango, plátanos y un limonero que se extienden majestuosos en medio del monte despeinado, en el que campan a sus anchas las gallinas y que sirve de cobijo a algún que otro animalito del campo.
Así pasamos la tarde. Tres amigas de infancia, tres primas, comadres, compartiendo su cariño, sus alegrías, sus esperanzas y también sus penas, porque con ellas han ido tejiendo la historia de sus vida.
¡Cuánto bien puede hacer escuchar! Pienso. Intenté intervenir poco en aquella reunión. Fui espectadora privilegiada, testigo de un momento único y memorable, de esos que hacen mella en tu interior. No quería interrumpir aquella atmósfera que me envolvía generosamente, aunque de vez en cuando lo hice con alguna pregunta para ir tejiendo también mi propia historia.
¡Cuánto amor sentí en aquellas vidas! ¡Cuánto sufrimiento también! Abandono. Miseria. La muerte de un hijo. Vidas entregadas a duros trabajos por sueldos miserables. Pero también una vida llena de historia tejida de momentos felices, alegres, luminosos. Así se forja la vida de uno, pienso. Entre las luces y la sombras encontramos la felicidad. Una felicidad que viene de lo más hondo y que te hace disfrutar durante el trayecto del camino, aunque al parecer no haya motivo.
Aquella tarde recibí una buena dosis de realidad y una gran lección para la vida. Pese a todo lo que escuché, no percibí amargura ni desesperación en las palabras. Tampoco reproche, ni resignación. Sólo agradecimiento. Agradecimiento por vivir tanto y tener fuerza para levantarse cada mañana. ¿Qué más se puede pedir? Me dijo tía Catalina. Yo, mientras, sigo rumiando la respuesta.

Discussion area - Dejar un comentario






He leído y acepto las condiciones generales y la política de privacidad


Información básica sobre protección de datos
Responsable: REVISTA REINADO SOCIAL 21RS (más info)
Finalidad: • Gestión de la adquisición del producto, suscripción o donativo, así como la tramitación de los mismos.
• Envío de comunicaciones relacionadas con el proceso de compra, las suscripciones o los donativos.
• Envío de comunicaciones y ofertas comerciales, por diferentes medios, incluidos los medios electrónicos (email, SMS, entre otros). (más info)
Legitimación: Ejecución de una compra online, suscripción o donativo. (más info)
Destinatarios: No se cederán datos a terceros, salvo obligación legal. (más info)
Derechos: Acceso, rectificación, supresión, cancelación, y oposición. En determinados casos derecho a la limitación del tratamiento de sus datos. (más info)
Información adicional: Puede consultar toda la información completa sobre protección de datos a través del siguiente enlace (más info)
Los enlaces de (más info)