Elogio de la confusión

Confieso mi ignorancia. Mi ignorancia general, que tiene algunos islotes de conocimiento, nunca de sabiduría. No entiendo el misterio de la Santísima Trinidad, se me escapan las reglas del rugby y sobre todo carezco de los rudimentos básicos para moverme por el territorio misterioso de la economía. Ciertamente, yo de economía no sé una papa, […]