El país de Alicia

Macaón

Quien capta una las capta todas, pero no es este mi caso (S. Beckett). Parezco una hueca momia que flota, claro que sin su energía oscura, si acaso es que la tiene. Me asiste el suave sentimiento de ser un frágil cristalino que se duele ante el movimiento, el ruido, el pensamiento, la palabra. Creo vivir instalado en el pináculo de la árida ignorancia, en un indescifrable laberinto de torpezas, vamos, que me hubiesen drenado el cerebro no sé cómo ni cuándo.Refrigerada tengo la razón. Entiendo lo justo para que no me atropelle un autobús. Como los que invocan a los muertos yo me invoco a mí mismo y no encuentro nada. Mecido en la ausencia de todo me avergüenzo ante el espejo. No sólo no conozco gran cosa de la vida sino que incluso lo que sé tampoco creo saberlo, me parece que tendré que aprender hasta lo que ya sé. Ignoro a dónde va o de dónde viene este místico embrutecimiento, estas tendencias al retroceso, a la dispersión, embeleso e incluso enajenamiento. Siento dormida voluntad ante el más simple gesto, una suerte de laxitud, de fatiga moral y física, impresión de estar cargando pesado cuerpo, pesada alma, músculo y sentimiento, pura herramienta de vacío, espacio desierto.  Si soy es a mi pesar. Cluecos sentimientos, cluecas palabras, siempre yendo tarde para existir. Todo me confirma que desde que nacemos avanzamos hacia atrás. Debería buscar un camino lleno de signos o mensajes o manchas de olores que puedan reiniciarme en la sabiduría de algo, pero creo dirigirme hacia  un éxtasis de extinción. No hay mucho donde esconderse con tales ropajes. Me derrota la idea de que todo es matemática, incluida la depresión. Incapaz de juntar lo abierto, incapaz de remediar lo roto, sólo alcanzo a entender cómo funciona un pestillo. Existo apretado a mí, haciéndome sólo, frágil, cada día más exiguo. La parda ignorancia como boca parda. Negado para el magnífico salto pero también para andar la calle como es debido. Dad y os será dado dicen algunos. ¿Doy yo algo? No sé, creo que no, pero qué puedo dar, daré mi nada a quien la quiera ¡derrame la nada los chorros del vivir! Sé que no sé nada y no sé si eso tiene algún provecho. ¿Saber qué? ¿Saber nada? La nada no gusta compararse con nada ni con nadie, la nada está sometida a un orden que yo no entiendo, pero si alguien pudiera explicarme lo que la nada dice lo meditaría con atención, aunque no creo que lo entendiese. Me parece necesitar alguna dosis de reacción, claro que reaccionar contra la nada me conduce a un encogimiento de hombros. Sólo extraigo la quintaesencia del humo de mi cigarrillo. Lo peor es que mi ignorancia aviva algo que ignoro lo que es.  Cada vez que tengo alguna idea al poco me suelo arrepentir, nunca sabes si lo que piensas o dices  es verdad o mentira, nada es lo que parece y todo es lo que parece ¿cómo cerrar el agujero? Parezco una rata que sólo suda por la cola. Tendré que tener cuidado al afeitarme no me chupe el desagüe del lavabo. Todo deviene por un lado turbio, pero prefiero no quejarme, ni protestar ¿a quién protestar como no sea a mí mismo? Claro que cada día estoy más convencido de que no es posible saber grandes cosas. Lo que sabemos es como una bola que cuanto más se hincha en más puntos tiene contactos con lo que no sabemos. Nunca sabes realmente las cosas que sabes. ¿Cómo saber lo que sucede tal como sucede?El mundo está lleno de gente que parece saberlo todo y lo mismo lo saben pero la cantidad de verdades que manejan son infinitas. A veces las cosas son como uno cree que son, pero son opiniones no verdades.Puede que en lo oculto se hallen las certezas pero si no sé lo que está encima cómo voy a saber lo que está debajo. Quizá la verdad me atropelle, me azote, y no me entere, quizá las verdades se encuentren en la sexta cifra de los decimales. De cualquier forma sospecho que las verdades no sirven para mucho. Poseer la libertad del que ni sabe ni conoce puede ser ventajoso, aunque tampoco estoy muy seguro de poseer tal libertad. ¿Cuántas veces lo posible se vuelve imposible y lo necesario inútil?¿Me nacen las preguntas por ignorancia, por renuncia, destierro, escasez? Me encantaría escribir la historia de la duda. Uno no se posee, se sufre.Uno es un azar, un pedazo de tierra sobre un pedazo de tierra. A veces ansío lo que ignoro ¡cómo me gustaría saber cómo y por qué mueve la lengua un pez! Lo bueno, o malo, del ignorante es que sueña con ser lo que no es. Yo soñaba ser domeñador del tenebroso bramido que los hombres tanto temen, triunfar sobre las sinuosas banderolas, traspasar el arrebato, mirar con ojos de piedra y poseer el don de tutear a lo oscuro, pero me quedé en las conjeturas vanas, en la gallina ciega, la sucia tapadera, el regocijo de lo informe. Soy como esos gusanos que avanzan a fuerza de intestinos. Cada vez más cerca de ninguna parte me dirijo irremediablemente a la indigencia. ¿Es deshonrosa la pobreza de espíritu?  Supongo que sí. Qué importa, tampoco busco signos de respeto, y un algo de estupidez siempre humaniza. En las noches espesas mastico saliva. Sé que toda esperanza está en mí, lo que quiere decir que no existen esperanzas. ¡Oh sol caliéntame que estoy aterido!

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