Salvador Pániker y las entrevistas

Salvador Pániker

Salvador Pániker

Principio de Pániker para las entrevistas de prensa: “Toda persona entrevistada acaba reducida a los límites mentales de su entrevistador”. La regla de Salvador Pániker es acertada, aunque deja ver que él se sabe y se cree más inteligente que sus entrevistadores. En su caso puede ser cierto, mas no vale como ley universal. Yo, sin buscar más allá, he entrevistado a muchos tipos, futbolistas por ejemplo, cuyas palabras vertidas en prensa no han reducido el límite mental del jugador sino que lo han ampliado hasta el mío. Es verdad que caigo en lo mismo que señalo de Pániker, en creerme más listo que los otros. Será, supongo, condición indispensable para establecer una regla. Nadie formula una teoría para demostrar que es más tonto que los demás. Recuerdo un entrenador que tuvo el C.D. Málaga, Antonio Benítez, cuando yo era joven, indocumentado y barroco. Por entonces me dedicaba al seguimiento deportivo en las páginas de la edición malagueña de Diario 16. Benítez le comentó a Juan Antonio Morgado, un compañero del  diario SUR, que cuando yo le entrevistaba hablaba de una manera que ni él mismo se enteraba de lo que decía. Vemos que la ley de Pániker se cumple, lo único es que conviene reformularla: “Toda persona entrevistada acaba trasladada (reducida o aumentada) a los límites mentales y verbales del entrevistador”.

Me reencuentro con Cuaderno amarillo, el diario publicado por Salvador Pániker hace tiempo. Desde que llegué a su prosa, va para veinte años, me he convertido en lector gozoso y goloso de sus páginas. En ellas abrevo con placer de cabra loca de la literatura y el pensamiento. Pániker ha nacido para contarse, para medirse con el exterior, para traducirlo todo a palabras. Sus dos libros de memorias, Primer testamento y Segunda memoria, contienen quizá lo más afortunado de su prosa. En Filosofía y mística (una lectura de los griegos), vuelve a contarnos su peripecia vital, esta vez echando mano de Heráclito, Platón, Aristóteles, Parménides o Plotino. ¡La modestia no está entre las cartas de presentación de este elegante caballero indiocatalán! Pániker es un mosaico de sapiencia, de suficiencia y de gracia narrativa. Ha hecho de su vida una teoría y del pensamiento filosófico una novela.

Pániker dice que hay que dedicar media vida a crearse un ego fuerte y la otra media a desprenderse de él. A juzgar por las apariencias, él se debe creer todavía en la primera mitad de su existencia. Contaré una anécdota al respecto. Acudí a entrevistarle (a reducirle a mis límites mentales) a su magnífico chalet situado en la parte más noble de Barcelona. La cordialidad presidió nuestro encuentro. Es verdad que yo le toqué las cuerdas de su narcisismo y  vanidad, demostrándole un conocimiento entusiasta de su obra, cosa que no me costó esfuerzo, puesto que era cierta. En la despedida me dedicó alguno de sus libros y me estrechó la mano con fuerza, tras decirme que había sido una charla muy grata y que esperaba repetirla con más tiempo. Ocurrió, no obstante, algo muy común en cualquier redacción, y es que el reportaje en que aparecía Pániker fue retrasándose. Pasaban las semanas y el reportaje no salía. Y mes a mes llamaba a la redacción del programa la secretaria de Salvador, para preguntar por la suerte de la entrevista. Pasaron diez meses y llegó un nuevo verano. Llamó la secretaria de Pániker y me puse al teléfono. Le dije que probablemente el reportaje se emitiera en agosto. La secretaria del escritor me contestó que don Salvador pasaría ese mes fuera de Barcelona y que no habría forma de que pudiera grabar su intervención. Yo la tranquilicé, le dije que no se preocupara, que le enviaríamos una copia, pero éste no llegó a emitirse. En septiembre volvió a llamar la secretaria de don Salvador, preguntando si, puesto que no se había emitido era posible que le enviásemos su intervención. Le dije que teníamos grabado el documental y que se lo haría llegar en una cinta; la secretaria me contestó que Pániker no precisaba el reportaje, que se conformaba con su intervención personal. Se la mandé. Unos meses después, varios compañeros del programa fueron a casa de don Salvador a entrevistarle sobre la eutanasia, y éste les contó que estaba muy dolido porque le habíamos hecho una entrevista y nunca la habíamos sacado. ¿Cómo creerme, entonces, la confesión de Pániker de que se ha desprendido de su ego y busca su unión con la sustancia universal?

Le quiero, le leo con placer. Entre sus frases hallo algunas tardes entretenimiento. Atisbo ilusiones, principios de seducción, ingenio de alta escuela. Le amo, le acepto en su condición de vanidoso universal. Saco de mi gozado Cuaderno amarillo unas palabras en las que el propio escritor reconoce su egocentrismo y su narcisismo, y lo justifica así: “Sucede que la gente, en general, me impresiona poco, y para compensar esta falta de interés tengo que relacionar a los demás conmigo mismo. Entonces –y sólo entonces- los demás cobran una cierta consistencia, un cierto relieve”. He aquí a Pániker al natural, sin entrevistador que lo reduzca a sus límites mentales.

22 Responses to “Salvador Pániker y las entrevistas”

  1. La descripción que haces de la suerte de la entrevista inédita es para estar dolido. Convengo con Pániker en que la entrevista, como cualquier otro género periodístico, la asume el que la firma no el entrevistado. Su frase me parece acertada.

  2. Hubo un tiempo que leí mucho a Pániker. Es un verdadero seductor, al menos intelectual, puesto que en otros campos no he tenido oportunidad de comprobarlo. Me alegra tu recordatorio, con la que está cayendo leer a Pániker es toda una garantía. ¿Por qué no hablas un día de su hermano Raimundo? ¡Ese sí que tiene ego, un “ego pánico”!

  3. Para egos revueltos, el que conocí yo en julio en un curso de verano de una universidad española. Catedrático y escritor de los mayores “best sellers” en su materia. Reconocido intelectual, director de documentales y jurado de premios varios. Advertida estaba de su falta de modestia. Insufrible pedante, como su prosa engolda y barroca, se permitió insultar y ningunear a escritores ” fulano es un imbécil”, sotana me llamó porque “no tiene ni idea”, alardear de sus importantes amistades…Ante un auditorio que rió todas sus gracias, escuchando su repetido discurso pensaba, ahora, ahora se levanta alguien y le tira un huevo, un tomate… nada de eso. Su público estaba entregado a sus ofensivos comentarios antinacionalistas.
    Él estaba encantado de conocerse y yo decepcionada de haberle conocido. Evidentemente dejé de admirarle. Se me cayó el ídolo. Por cierto firma en la feria supongo que para seguir agrandando su ego insaciable.

  4. Beatriz, la curiosidad me come. Podría preguntarte en correo privado, pero creo que el público que nos sigue merece alimentar su afán por conocer. Si quieres deja un par de pistas más, ayúdanos a descubrir el rostro embozado con tu discreción. Y si alguien, Ana R, Talavante o Sin Reflejo ha descubierto ya al incógnito que lo diga. Bonita apuesta y hermosa descripción del marco y la situación, Beatriz. Ah, lo de la feria no es una pista, porque aquí firman todos. Si acaso la pista sería decir que no firma, como otro ego, Reverte, que vuelve después de un puñado de años, según parece que dice por ayudar a su editor en una situación de crisis como ésta. O sea, con la que está cayendo.

  5. Hay bastante narcisismo en el “post”. Y no solo el relativo al Sr. Pániker.
    Confieso que nunca le he leído. Es más, si exceptuamos a Tirado y Ana R., no conozco a nadie que lo haya leido. Y es raro.
    Habrá que leer a alguien que consigue que Tirado sea un lector “goloso y gozoso” de sus páginas en las que “abreva con placer de cabra loca”. Le quiere, le ama.
    Yo, seguramente por inculto, me declaro contrario a cualquier tipo de narcisismo. Incluído el “pániko”.

  6. Salvador Pániker es un mortal que se sabe sabio, como poneis de manifiesto. Parece que este filósofo vital y místico necesita, vanitas vanitatis, reconocerse en sus propias respuestas, oh paradoja, con la única certeza quizá de ganar unos minutos de inmortalidad… mediática.
    Entre índico y mediterráneo, me pareció estupendo su “Cuaderno amarillo”, menos gris y más (mortal y) rosa. En él se dibuja un filósofo borroso y vital, mujeriego y en zapatillas. Escrito a modo de diario íntimo, que yo diría diario próximo.
    Admiro a S. Pániker. Creo que es una eminencia intelectual, atesora una cultura enciclopédica, y le incluyo en mi top ten particular de buenos escritores, Triple A. No me defrauda, para releerse, Pániker.

  7. Me sumo a la petición de Tirado.
    Beatriz, nos has metido el gusanillo en el cuerpo y estás obligada a desvelar el nombre del interfecto.
    En estos tiempos en que se nos han caído casi todos los ídolos intelectuales, uno tiene derecho a saber si alguno de los 2 o 3 a los que todavía admiro son o no son unos insufribles pedantes.
    Pues eso, que no me pienso mover de aquí, puente del Corpus Christi mediante, hasta que no des a conocer al personaje.

  8. Beatriz, por favor, chica, no te hagas más de rogar. Danos una pista, dinos si el susodicho sería buen maestro de esgrima. Dinos algo.

  9. Allá va:
    – Comparte carrera, materia y erudición con su hermano. He estudiado con sus libros
    – Ejerce en una universidad vasca
    – Preside una importante fundación en Madrid
    Seguiré…

  10. Beatriz, no creo pero si estamos con adivinanzas con pistas, y aunque me extraña, pudiera ser el interfecto el ahora ministro de Educación Angel Gabilondo¿

  11. Soy alumna de Bea, y a nosotros nos contó su encuentro con este hombre misterioso. Creo acordarme de su profesión, a lo mejor me equivoco. El nombre ya si que se perdió en mi memoria. Este hombre que Bea ha nombrado es un importante historiador español, si no recuerdo mal.
    Espero servir de ayuda a alguien.
    Saludos!

  12. Beatriz, ¡no desveles su nombre!
    Conserva el misterio del individuo y el tuyo propio, que ese sí que nos tiene atrapado.
    Si hay alguien en este blog que está en las antípodas de la vanidad eres tu. ¡Como no podría ser de otra forma!
    Claro.

  13. Sus libros son ampliamente aceptados, lo cual ya es difícil. Pero cuando aparece en los medios, reparte… responsabilidades. Dejemos su apellido de fama en secreto, ya que es de la Cía. De estos él no nos dice nada.

  14. Creo que Beatriz, inteligente y perversamente, se está quedando con la peña. Empiezo a sospechar que el personaje misterioso y el del post son el mismo, o sea que el ego revuelto que ella conoció en una universidad de verano es el del propio Salvador Pániker. Me malicio.

  15. Copos, es verdad que las pistas coinciden con el metafísico-ministro, pero no.
    Talavante, ojalá fuera musa de un Dante!
    Eolo, no tengo el gusto o disgusto de conocer a Pániker.
    Jaime Goded, Ana R, ¿ya lo teneis?
    Rocio, tu pista es la clave.
    La Luna de Valencia, efectivamente. Pero tampoco das el nombre. Has sido muy sutil en su explicación. Si, es de la Cía aunque no lo parezca.
    Y el anfitrión, ¿lo sabe? Me temo que sí.
    Besos desde el mediterráneo.

  16. El último comentario, que no va firmado es mio. He retado con rapidez a los Captcha y se me ha olvidado escribir mi nombre. Disculpas…

  17. Después de un buen rato, escuchando a un escritor (que los hay de todo tipo) y estando muy calladito pues decía mi abuelita que “muy guapo estoy cuando me callo”, conseguí escapar. Días después un amigo común, me comento que el escritor le había dicho que mi conversación había sido muy inteligente. Solo dije “hola y hasta la vista”.

  18. Beatriz, amiga, ¡cómo lo estás pasando!
    ¿No fue en la UIMP?

  19. Si no recuerdo mal, entre otras cosas pintorescas, en ese Cuaderno amarillo, el Sr. Pániker presume de estar dotado de un gran pene—¿No será por ello por lo que atrae a tantas mujeres como las que aquí insertan sus comentarios?.
    Recuerdo también que en tal cuaderno se presenta como la antítesis de su hermano…

  20. Soy hijo de Sebastian Reinoso, si Salvador Paniker oye el nombre, sabra de sobra quien soy, y el traera profundos y buenso recuerdos, fue un gran amigo mi padre de Salvador Paniker…

    Y si saben como contactar con Paniker, denle esta web y le agradara ver el programa que hay en ella:

    http://www.astroclima.org

  21. Yo creo que se trata de Buesa, que está lleno de odio.

  22. La figura de Salvador Pániker es actual y nos deja muchas enseñanzas que nos permiten vivir mejor la modernidad. Creo que estas ideas deben ser difundidas especialmente a los jóvenes que estan desencantados con el mundo enajenado en el que se mueven.

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