La televisión, qué gran mentira (2)
Concha G Campoy e Hilario Pino
En un post de febrero de 2009, recién nacido el blog, prometíamos que algún día hablaríamos en serio de la tele. Parece que ha llegado ese día. Cada vez que oigo la expresión “televisión basura” me siento incómodo, por la falta de rigor de quien se explica de manera tan convencionalmente tosca y porque quienes se desahogan con tanta alegría suelen ser consumidores bulímicos de la susodicha. No negaré yo, para no ir contra la evidencia, que abundan los programas de inspiración chabacana cuando no grosera, banal otras veces. Sin embargo, aquel espectador exquisito que quiera prepararse un buen menú televisivo no lo tiene difícil, incluso echando mano exclusivamente de la TDT, no digamos ya si dispone de alguna plataforma televisiva de pago. Si yo quisiera podría estar de la mañana a la noche contemplando entretenidos documentales, clásicos del cine, series de estupenda factura, programas hechos con esmero y gusto, espacios deportivos de calidad, buenos concursos y entrevistas. Muchas noches procuro no enterarme de la oferta de la tele para no caer en la tentación y dedicar un rato a la lectura, pero cuando decido quedarme ante la pequeña pantalla no tengo problema en buscar un espacio selecto, o cuando menos aceptable. Y digo más: hay ratos en que me apetece enfrascarme en uno de esos programas que llaman basura, tanto los del famoseo como los políticos, porque resultan relajantes y todos los vemos, muy especialmente los que con más énfasis reniegan de ellos.
Un espectador adulto y formado no tiene porque quejarse del contaminado bosque audiovisual, porque le basta un golpe de mando para fulminarlo. El problema es otro, el problema es social y alude directamente a la oferta mendaz de los canales de televisión que favorecen la ignorancia de una parte sustancial de españoles que consumen casi en exclusiva televisión y además de la peor especie. Algo podrían hacer ahí los poderes públicos, que son los que otorgan las licencias de los canales. No es verdad que los espectadores pidan unos determinados espacios, distinto es que si se los ofrecen los consuman. Luego hay otra cosa, los programas con peor fama, a veces están hechos con recursos técnicos interesantes. “Crónicas marcianas”, “Tómbola” o ahora “Sálvame” merecen la atención del entendido o del interesado por la televisión.
Mi programa favorito hoy por hoy se llama “Salvados”, lo emite los domingos por la noche la Sexta y está dirigido y presentado por Jordi Évole, “El follonero”, uno de los grandes ingenios televisivos del momento. Se trata de una hora de televisión entretenida e imaginativa. Aunque aborda con frecuencia asuntos políticos, lo hace desde un prisma distendido, lejos de la crispación. Una golosina, frente a las omnipresentes hamburguesas audiovisuales.
En general, me parece acertado tu escrito. Pero no estoy de acuerdo con tu afirmación de que todos los que renegamos de los programas basura de la tele nos deleitamos viéndolos a escondidas. El otro día, en una conversación con amigos salió el tema de una tal Belén Esteban, y, todos se quedaron muy sorprendidos cuando afirmé que ni sabía quién era la tal señora ni la había visto nunca por la tele. Por lo oído es conocida como “La princesa del pueblo”. Y yo sin enterarme…
De todas formas, amigo Juan Antonio, qué se puede esperar de un país que visita más un campo de fútbol (el Camp Nou, 19 € la entrada) que el Thyssen (8 €). Creo que algo muy grave está sucediendo.
Totalmente de acuerdo con tu análisis, Tirado. Me pasa igual, siempre encuentro cosas muy interesantes y muy bien hechas en la oferta televisiva, incluso sin tener plataformas de pago y solo moviéndome en la franja TVE1, La 2, canal 24 horas, Cuatro o la Sexta. Y no se me caen los anillos si un día me apetece desconectar de la información densa y el análisis profundo y hacer zapping para ver que se cuece por ahí e, incluso, ver unos minutos de algún programa Telebasura. Descubro novedades interesantes en la forma de hacer televisión, el lenguaje audiovisual, el despliegue técnico y la innovación que bien se puede aplicar a otros terrenos. Manejan las técnicas del entretenimiento y confieso que a veces me sacan uan sonrisa. Cuando llega la parte que me cabrea, cambio y listo. El poder lo tengo yo en mi mando a distancia. No me interesa la vida de Belén Esteban, pero claro que sé quién es. Estoy en este mundo, me relaciono con mis vecinas, con amigos, con compañeros, mi entorno es amplio y diverso y, sobre todo, he aprendido que yo no soy mejor por ver documentales que mi amiga que ve programas del corazón.
Es cierto que, si uno busca, raro es que no encuentre algo interesante por esos pagos televisivos.
Pero la ramplonería y el mal gusto, por no hablar del copaje mediático de la derecha , la extrema derecha y otros personajillos que no sé ni como calificar (mi brújula del espectro político llega sólo a ciertas latitudes), no han hecho sino aumentar cada año, especialmente desde que se implantó la TDT.
Como me hago viejo, tengo la sensación de que antes había una oferta televisiva muy restringida, pero de calidad media-alta, mientras que ahora tengo infinidad de canales a mi alcance cuya programación, en general, es chusca y aburrida.
¿Televisión-basura? Puede que el término sea equívoco, pero soy de los que piensa que sí existe una ingente cantidad de basura televisiva.
Y, puesto que la gente es responsable de sus actos, algo de culpa tendrán los televidentes que la consumen ¿O no es penoso que el canal ese, como se llame, haya triplicado su audiencia desde que dejó de dar las noticias de la CNN para ofrecer las andanzas del Gran Hermano” las 24 horas del día?
PD.: A mí también me pasó con Belén Esteban lo que a Luis de Oleza. Cuando empezó a aparecer citada en artículos y columnas creí que se referían a Belén Rueda, la actriz, y no entendía el porqué de tanta popularidad.
Hasta que alguien, para mi ridículo, me explicó quién era la tal Belén Esteban (a la que, en honor a la verdad, todavía no he tenido la ocasión de ver; todo se andará).
¿Habèis pinchado en el enlace de Salvados? Es mundial el encuentro entre Federico Jiménez Losantos y Zapatero, con el Follonero de celestino. Ese tío es un crack.
Nunca el acceso a la cultura, al conocimiento, fue tan fácil y prolífico como hoy día, y también nunca todo estuvo tan contaminado, tan corrompido. Cierto que el entumecimiento del gusto y el abstenerse de las demandas de calidad es un derecho universal. Todos nos ufanamos de nuestro libre mercado. Aunque yo apuntaría a un derecho no-libre, a un derecho “narcotizado”, porque ese detritus televisivo es calculado, rentable, interesado. La liberación y autonomía de la mente, de la capacidad de interpretar y entender, pone en peligro los intereses de las implacables multinacionales que lo engendran. Mejor que no piensen. “La inteligencia deformada, degenerada, es aún peor que la barbarie, los fomentadores de la ignorancia, los fanáticos de tantas falsedades, no quieren la libertad de la mente, la libertad de aquellos a quienes, de sutiles maneras, subyugan y explotan porque les roban el único, verdadero, tesoro del pensamiento, de la libertad de conciencia” (Emilio Lledó). Y en medio esos lacayuelos de periodistas, tertulianos, chalanes y mercachifles vendiendo el producto: de ellos son la pornografía de la insignificancia.
Lo cierto es q cada uno tenemos nuestra particular medida para calibrar a qué nivel empieza la “telebasura”, lo rechazable, y en el otro extremo, qué es tv interesante.
Un buen indicador es el uso q realmente hacemos del mando de la tv. El “sharing”. Y es lo q es. Ahí en conjunto se nos ve lo michelines.
Todo es mejorable, pero me pregunto si es mucho peor la programación española q la de otros paises.
Con la llegada de la TDT tenemos más programas de los que escoger en la “parrilla”, tb hay más de los otros, los q rechazamos. Como en el supermercado.
Trato de ser positivo. Con internet tenemos la tv a la carta, la tv en diferido, o incluso ver canales internacionales.
Estoy esperando q Don Pancracio nos hable de la tv de aquel primer canal…
Señor Tirado, señor Luna de Valencia, señora Ana R., señor Seitaridis, señora meg, señora Salus Populi, señores blogueros. Amigos y amigas. El señor Tirado sabe lo que lo aprecio y respeto su opinión, pero esta vez estoy en total desacuerdo con él. La televisión está cada día peor. La televisión era considerablemente mejor en la época del Generalísimo Franco. Empezaba con la Carta de Ajuste. Para que pusiéramos bien la imagen. Pancracio, toca el televisor, que se ve todo apepinado!!!, me decía mi Encarnita, a quien Dios tenga en su Gloria. Luego, a las dos, empezaba el ’Show de la Señora Frankel y la Perrita Marilyn’, que yo no sé si se escribía así, porque en mi época sólo sabían inglés algunos recepcionistas de hotel y los espías, como dijo alguien. Y el Telediario, con Jesús Álvarez (padre), un periodista simpático, sonriente, con su bigotillo, muy inteligente, que hacía una inclinación suave al saludar y despedirse y murió joven. Y el Hombre del Tiempo. Don Mariano Medina. Un hombre tímido y bajito. Parecía un Don Nadie, pero era militar. Un respeto. No acertaba nunca, pero es que no tenía medios. Y a las tres y media, señores, el profesor Criado del Val, una eminencia del lenguaje, hablaba diariamente durante media hora sobre el uso correcto del español. ¿Ustedes se imaginan actualmente a un académico hablando en lo que llaman abierto durante media hora en esa franja horaria sobre el idioma español? Luego la Carta de Ajuste. Y se retomaba, a las siete, la programación. Todo producción propia. Hubo la serie ’El Séneca’, escrita por Don José María Pemán. Antes de emitir cada capítulo, un prodigio de ambientación andaluza y diálogos bien construidos, Don José María Pemán hablaba durante otros 30 minutos. Y aquellos ’Estudios 1, grabados en Prado del Rey, que representaban actrices como Ana María Vidal o Elisa Ramírez, y actores como Fernando Guillén, Jesús Puente, o el más grande e irrepetible, Don José Bódalo. Y todos los días, de ocho a ocho y media y de lunes a viernes, ’Novela’. Alguno de ustedes seguro que recuerda aquel inolvidable ’Conde de Montecristo’ que protagonizó Pepe Martín. Señores, esa televisión, comparada con la actual, sería de lo que los rojos llaman de arte y ensayo. Y las series extranjeras, Bonanza o Embrujada. ¿Había censura? Sí. Pero el censor era un hombre del Régimen. Ahora, los censores están en los Gabinetes de Prensa. Son Licenciados en Ciencias de la Información, Rama de Periodismo, como el censurado, lo que para el periodista debe resultar mucho más humillante. Reconózcanlo, han fracasado los políticos y ha fracasado la sociedad. El Parlamento y la calle. Porque, además, ahora está la censura económica. Es el caso de CNN Plus. Pero a mí, eso me importa un pimiento. Yo me voy ahora mismo a dormir la siesta. Vamos a la cama, que hay que descansar, para que mañana, podamos madrugar. Y Valentina, Locomotoro y el Capitán Tan. Locomotoro, conductor de todo menos del Codo. Y un Millón para el mejor. Y Joaquín Prat y José Luis Peker. Y Pilar Cañadas y Marisa Medina -que luego nos salió un poco pendón-. Y todo gratis, hasta el fútbol, que los domingos televisaban un partido- a las siete, luego se pasó a las ocho- desde el estadio de Pasaron y decían que Franco buscaba alienar a las masas con el fútbol. Por Dios. Y era un único partido. Y ya está dicho, me voy a la cama, a mi plin, yo duermo en Pikolín, porque hoy sábado me he tomado un Soberano, porque Soberano es cosa de hombres. Gracias, señor Tirado, por la oportunidad de escribir en su blog. A sus órdenes, General Rodrigo!!! Viva España!!! Viva la Carta de Ajuste!!!
Yo a este hombre me lo como. Es usted una mina, don Pancracio, y no esos caballeros jovencitos y mutilados a los que les arreglo el pelo. ¡Qué buen pasar debió tener su Encarnita! Yo también me voy a dormir.
Nuestro entrañable don Pancracio nos ha recuperado con su memoria histórica (excelente, por cierto, para un señor de 78 años) recuerdos expresados con valentía, rigor y sentimiento. Semejante muestra de franqueza sería la deseable en las manifestaciones verbales tanto de los franquistas como de las “boquitas” socialistas. Hablar de esta forma en público y no sólo en la intimidad evitaría tanta descalificación gratuita y resentimiento. Tal vez incluso algunos de nuestros blogueros se animarían a expresar así de libremente sus ideas sean coincidentes o no con las de don Pancracio: con respeto y nobles sentimientos (si los hubiere).
Coincido plenamente con lo expuesto en el blog por el maestro Tirado respecto a la situación actual de la televisión. Suscribo también cada una de las palabras expresadas por Macaón, que hace además alarde de una espléndida prosa.
En efecto, aún se puede encontrar buena televisión, incluso en los programas de siempre que han sobrevivido a tantos avatares políticos a lo largo de los años. Me refiero en concreto a Informe Semanal, cuyos reportajes y música de inicio forman parte ya de la banda sonora de nuestras vidas. Siempre nos quedará la TVE1, pase lo que pase y pese a quien pese.
Que Pancracio es un reaccionario candoroso al que hay que querer (¿quién de este foro no quiere a Pancracio? Levante la voz, por favor) lo demuestra este comentario sobre la televisión. Adviertan que Pancracio no alaba a la derecha aldeana de Intereconomía o Libertad Digital, esos espantajos de la TDT, sino a una televisión, la del franquismo, que nos guste o no era en general bastante mejor que la de hoy. Aquélla era, como dice Goded, una televisión muy diversa dentro de la unidad, ésta es muy uniforme (y ramplona y descaradamente mala) dentro de una supuesta diversidad. ¡Arriba Pancracio! ¡Viva la España democrática!
Noche blanca, noche desapacible y fría, como dice ella que escribiría un crítico taurino, noche desapacible y fría, pero ella está aquí, llueve bajo la luna blanca, bajo la luna blanda, bajo una luna como de García Lorca, y la casa de ella, con la calidez de ella, con el calor de ella, y su olor, que no es su perfume, que es su olor, olor a hembra joven, más madura en la mente que en su cuerpo joven, y lee en voz alta párrafos y párrafos del libro que le he regalado, con su voz de locutora que no es locutora, y luego prepara dos cola caos, el whisky no es bueno para el resfriado, y estamos los dos muy resfriados, dice, las sábanas blancas, las sábanas blandas, que también huelen a ella, hasta que se queda dormida, profundamente dormida, abrazada a la almohada creyendo que soy yo, y pongo la televisión, no importa el canal, sólo importa ella, alguien habla y se mueve en la pantalla sin sonido. Escucho como respira.
Pues no, esta tele de “n” pulgadas, no le lleva los niños al cole, ni le hace la colada, ni plancha, eso si, si ves House, la sangre te salpica, y no le quiero contar si ve Vd. El canal Play boy.
Vamos para el niño y la niña, y hasta para el militar, HIGH DEFINITION.
Las teles del mañana, van a venir con gafas, pero todas diferentes para cada canal
Serán gafas de pago, las teles las van a regalar, por que así, cada mes te puedes comprar gafas nuevas con “sensurraum” y a la última moda.
Desde que quitaron los rombos a la televisión, somos más felices. Tropecientos canales y los que vendrán. El teletexto. El tele cupón, el telepizza, el telechino, y dentro de poco el teleagenciatributaria, pa no molestarnos ni en poner el ! stand by¡ .
Esta tele moderna, ha mejorado mucho el nivel de vida de los niños, antes tenían que hacer ejercicio. Niñooooo cambia a la 2, Niñoooooo cambia a la uno, ahora tenemos el mando a distancia. Y todos están más llenitos.
Y que me decís de la carta de ajuste. Antes todos a la cama que hay que descansar, ahora te puedes quedar toda la noche en el sofá, y te dice la parienta, en un momento voy, vete acostándote tú, ¡ya no le duele la cabeza! . ¡Ha mejorado la salud!
Crecimiento personal, formación integral….¡Venga ya!
Lo siento Don Pancracio hay que evolucionar