La calle es de la gente
Como el bloguero vive a salto de reportaje le toca ir muchas veces a remolque de las cosas importantes, por ejemplo el 15 M que tantas esperanzas ha suscitado y tanto escozor causa en políticos de orden y comentaristas acomodados. Yo estoy con los chicos y los mayores acampados en las plazas. Si llevamos años rasgándonos las vestiduras, asegurando que la situación es insostenible, que hay que acabar con una democracia de listas cerradas y cartas marcadas, con un poder judicial sometido a los dictados del poder político, si estamos hartos de oír que los jóvenes no reaccionan, que viven en la burbuja de la indiferencia, ¿a qué viene ahora la demonización del movimiento?
El fenómeno es prólogo de una forma novedosa de estar en la vida pública. Esto no quedará en anécdota como presumían muchos. Internet, las redes sociales tienen unos instrumentos cuyo uso será cada vez mayor. La aparición del M- 15, una semana antes de las elecciones, llevó a lecturas simplificadas de los comentaristas y los políticos, cuya mirada no iba más allá de preguntarse qué influencia tendría sobre los comicios, a qué partidos iba a beneficiar o a perjudicar. Soy de los que piensan que en ese momento no hubo una traducción significativa en las urnas, porque estas movilizaciones son de más largo alcance. No son ajustadas tampoco las comparaciones con el mayo del 68. Aquella era una época de abundancia y los jóvenes buscaban una ruptura imaginativa y epicúrea. ¿Qué ocurre hoy? La desesperanza se ha convertido en un escenario intergeneracional. El futuro se presume oscuro, no sin motivos. Se están rompiendo las clases medias. Los jóvenes recién licenciados que cobran mil y pico euros pertenecen ya a un segmento social distinto del de sus padres. Hace veinte años la diferencia salarial entre el personal que ocupaba el último tramo de una empresa y los directivos no pasaba de 1- 40, hoy se ha disparado hasta 1- 400. Los que han provocado la crisis económica se reparten bonos alegremente, en tanto los ciudadanos que menos han tenido que ver en este carrusel de euforias y dinero cachondo nos vemos obligado a apretarnos el cinturón, con el anuncio de más y más ajustes duros. ¿Cómo no sentir que los integrantes de esa élite están riéndose de nosotros? Empezamos a dar por hechos los recortes en el estado de bienestar, mientras la llamada clase política mantiene sus privilegios, ajena a la realidad. Es más, en una situación dramática como la que atravesamos no vemos en los partidos la menor grandeza, solo un afán desmesurado por conseguir o mantener el poder a cualquier precio.
Escucho a los analistas políticos de Onda Cero, casi sin excepción, poniendo el acento en el carácter antipolítico de los indignados, en la peligrosa deriva que el fenómeno conlleva porque pone en entredicho la democracia representativa. No lo creo. La democracia no puede prescindir de la voz de la ciudadanía para quedar en una escenificación puramente formal. Las nuevas tecnologías de la información ofrecen herramientas asombrosamente influyentes para que lo que piensa y dice la calle no quede ahogado en un espeso y viscoso silencio. Supongo que a los comentaristas acomodados y al Herrera de sus millones y sus placeres (los cojo como ejemplo, porque los escucho habitualmente) no les gustará que un grupo de ciudadanos impidan el desahucio de una familia a la que no le basta con perder la casa, sino que tiene que seguir pagando la hipoteca durante veinte años. ¿Por qué los bancos han dado créditos por encima del valor de los pisos? ¿Cuál es realmente ese valor? Comprendo a los Herreras y Cia pero a mí me conmueven esas estampas. Lo que le ocurre a Herrera, y tantos otros, es que se llevan millones de euros al año en tanto los redactores de la casa (las Ramos Puente de turno) cobran en miles de euros, pocos.
Los paranoicos de la teoría de la conspiración han puesto en marcha una hipótesis delirante según la cual el movimiento de los indignados estaría patrocinado o al menos alentado por Rubalcaba a la espera de conseguir un vuelco electoral del estilo del conseguido tras los atentados del 11 M. Ganas de marear la perdiz, lo único verdadero es que en un país con casi cinco millones de parados, sin brotes verdes ni casi esperanzas, muchos empezamos a darnos cuenta de que las movilizaciones de masas no deben tener como pretexto único las alegrías deportivas. La calle es de los castigados por el sistema, que son los más. Los privilegiados que tenemos un sueldo razonable trabajando en una empresa pública, por citarme, no somos ajenos a ese aliento o desaliento general, porque no tenemos seguro nuestro futuro y sobre todo porque tememos por el de nuestros hijos: empieza a ser un lugar común decir que vivirán peor que nosotros, y eso mientras los que se están llevando el botín a manos llenas se divierten. El botín, sí, tiene gracia.
Suscribo lo que dices y, además, sugiero la lectura del Manifiesto 15M con sus ocho puntos iniciales. Ahí cualquiera puede encontrar puntos de identificación. Supongo que, a gusto del consumidor, y no todos. Pero, ¿quien no está a favor de cambiar la Ley Electoral o hacer una ley para la dacción en pago?.
Por cierto, hace varias semanas, sin ruido, con la mecánica rutinaria del duopolio que se reparte el poder en administraciones y territorios, el Senado echó abajó una propuesta del BNG en ese sentido. O sea, que al PSOE-PP le da igual que a un pensionista o una familia los echen a la calle por no pagar su hipoteca, se queden con el piso y ¡ les sigan cobrando el préstamo ¡
Creo que el 15M está envuelto en nobles y grandes ideales, pero no es óbice para que logre conquistas concretas. Aquí, en Málaga van a reunir 75.000 firmas para que el Parlamento Andaluz baje de 75.000 a 10.000 la presentación de iniciativas legales populares.
La infiltración de violentos antisistema, sobre todo en Cataluña, y la falta de cabezas dirigentes reconocibles y claras son los lastres del 15M. Pedro Miguel Lamet lo explica en http://www.eltiempodelaesperanza.blogspot.com
Muy buen análisis.
En mi opinión, el movimiento 15-M se irá diluyendo y acabará en un mero recuerdo, por dos motivos:
1) Su mismo carácter asambleario y contrario a utilizar las herramientas del sistema le convierte en un actor pasivo, incapaz de crear canales de interlocución con quienes toman las decisiones y, por tanto, incapaz de convertirse en un dinamizar real de la democracia.
2) Parece que el movimiento se ha quedado en una simple protesta, lo cual está muy bien para manifestar el hartazgo social, pero es inconsistente a la hora de concretar las propuestas. Las propuestas que hace son genéricas y están mal comunicadas a la opinión pública, que sólo se ha quedado con la sensación de protesta. Sin propuestas concretas, se me antoja imposible implementar cambios reales en nuestra democracia, ni siquiera en el sistema organizacional de los partidos dominantes.
Ojalá me equivoque.
Estoy totalmente de acuerdo. Y suscribo lo dicho al final de su comentario por Luis Santiago. Falta una cabeza visible, un nombre, un grupo de responsables del movimiento 15-M. Si no se espabilan, van a ser absorbidos por los antisistemas y por los violentos que iompondrán su voluntad en la multitud. Así que adelante con el Movimiento, pero cabezaS dirigentes… y pensantes.
Me ha sorprendido la cantidad de personas que salieron a las manifestaciones convocadas por DRY-Indignados-15M. Después de varios casos violentos en Barcelona y Valencia me parecía que podían perder apoyo popular. Pero sí han tenido el apoyo de muchos miles de personas, y se han desarrollado con normalidad, por lo que su éxito ha sido rotundo. Y cobran más fuerza.
Del 15M me atrae su mensaje de denuncia moral, la evidencia de que la infantería, el ciudadano de a pie, los jóvenes, la generación mejor preparada, parados y trabajadores, estamos pagando y pagaremos por largos años las consecuencias de la crisis. La sociedad está indignada y escandalizada de que políticos y financieros procesados decidan nuestro futuro. Que las fórmulas sean de las mismas élites que nos llevaron a este ingente país de lunes al sol, de gentes sin pisos y pisos sin vender.
Que las manzanas no huelen…
Disiento contigo RD en que no hay propuestas. Las ahí y muy concretas algunas, pero coincido en que la sensación es de protesta general. No acaban de concretar -yo he puesto un ejemplo en Málaga y está por desarrollar- y el paso del tiempo juega contra el movimiento. La dirección que llevan si no concretan PROPUESTAS USANDO LOS CAUCES LEGALES DEL SISTEMA Y NO DESIGNAN LIDERES:
1) Quedar como una red bien comunicada entre sí que convoca manifestaciones con agilidad y arrastra a una parte de la población. UNA MANIFESTACIÓN CADA MES
2) Siempre contará con el respaldo de los jóvenes, parados, perfiles profesionales que les apoyan y colectivos vecinales que se están añadiendo. EL DESAHOGO COLECTIVO PASA DE LOS BARES A LA CALLE DE FORMA ORDENADA
3) La clase política empezará a coger las ideas, tomarlas para ejecutarlas convenientemente edulcoradas y rebajadas. Esperanza Aguirre defendió el otro día las listas abiertas. PP y PSOE han empezado a hacer guiños. A PARTIR DE AHÍ INTENTARÁN HACER ALGUNA REFORMA QUE LES PERMITA RENTABILIZAR EN VOTOS
Excelente reflexion, Juan Antonio.
Interesantes comentarios todos los anteriores. No es justo que los antisistema se lleven toda la gloria y desbirtuen con su violencia un movimiento que representa mucho más; son sentimientos, emociones de muchas personas, los parados, los jóvenes y no tan jóvenes, los deshauciados, padres y madres de familia,… Cierto es que faltan cabezas visibles, organización, alguien al mando. Yo soy de las que piensan que para cambiar una situación injusta hay que entrar a saco, y una vez que el elefante ha entrado en la cacharrería que venga el domador. Espero realmente que el movimiento de mucho más de sí, porque las intenciones y los propósitos del mismo han nacido de una sociedad sana, con conciencia, con movimiento, y sobre todo ansiosa de profundos cambios en un sistema, el nuestro, que está terriblemente corrompido por políticos y banqueros. Ya vale de tomar el pelo a la gente que les paga el sueldo!!!
Por una vez, quién sabe si servirá de precedente, coincido, además de con el análisis de Juan-Antonio (lo que no deja de ser habitual), con el de muchos de los blogueros: Luis Santiago, La luna de Valencia, Magig Johnson…
Y, como los detectives tintinescos, yo aun diría más:
– No es casual, no puede ser casual, la reacción de tertulianos y demás adalides mediáticos contra el movimiento del 15-M, mezcla de desprecio y temor (temor a que los fundamentos del sistema en el que tan cómodamente dormitan se ponga en cuestión).
– Tiene güevos que ciertas gentes reprochen al movimiento del 15-M que sólo saben protestar, pero no son capaces de formular propuestas creíbles.
No supieron detectar la crisis que se avecinaba, llevan 4 años dando palos de ciego, cambiando cada dos por tres de receta (primero había que echar mano del gasto público para incentivar la actividad económica; luego combatir los déficits públicos caiga quien caiga; mañana vaya usted a saber), con consecuencias crecientemente desastrosas.
Y todavía tienen el valor de achacar a quienes ahora salen a la calle que no tengan unas propuestas claras, definidas y “realistas”.
Lo dicho: tiene güevos.
– Pero es que, además, es mentira.
Si algo me ha sorprendido del movimiento 15-M, aparte de su capacidad de organización (la forma en que se ha desarrollado la acampada de Sol debería ser objeto de estudio en muchos ámbitos), es la seriedad de las propuestas que ha ido formulando hasta la fecha.
Ni son demagógicas, ni irrealizables, ni utópicas.
Podrán discutirse y criticarse, faltaría más, pero miente quien diga que son una bobada carente de interés.
– No sé cuál será el futuro de este movimiento. Pero, parafraseando la letra de una canción de “mi época”, es, políticamente hablando, lo mejor que nos ha pasado en mucho tiempo.
Gracias Juan por tu artículo. No me moví de casa porque no supe de la convocatoria en mi ciudad. No soy perroflauta, ni una radical, ni violenta. Soy una ciudadana que paga sus impuestos, una indignada con trabajo, hipoteca que puedo pagar y pocket money. Soy una de ellos porque me siento engañada por TODOS los que mandan, una casta que se gasta el dinero que YO genero con mi esfuerzo en sueldos millonarios, fiestas, coches oficiales, visas oros, palacios y grandes eventos…humo, nada, mientras tanta gente está desesperada. Se acabó. Este es el principio de algo grande. Exijo democracia real ya!
La calle es de la gente (Tirado). El mundo es del viento (Zapatero).
Estoy muy de acuerdo con la tónica de las opiniones. Solamente me choca un poco lo que dice Natalia. ¿A qué viene citar el título del artículo de Tirado junto con una frase de Zapatero? No sé si la cosa es desacreditar a Zapatero, a Tirado o a los dos, pero como quiera que Zapatero está suficientemente desacreditado supongo que la cosa está en golpear el culo de Tirado y así arremeter contra el 15 M. Bueno, es usted muy libre señora Natalia, pero si se trata de eso no hacía falta que nos pusiera a hacer jeroglíficos. Con lo fácil que es llamarle a las cosas por su nombre!!!
Ana R.
Era una ironía. Por supuesto sin poner en tela de juicio con una de las mejorres entradas de Juan Antonio, que comparto en todo.
Pero se me ha ocurrido a partir del título.
Disculpas en todo caso.
Bien, Tirado. Prefiero estos textos de castellano viejo que otros tuyos que dejan a la filigrana cordobesa en pañales.
Entiendo que tu naturaleza andaluza te aproxime más a los segundos.
En líneas generales coincido contigo en todo. Por añadir algo, creo que hay en España muchos más indignados que los cientos de miles que han salido a la calle.
No están todos los que son (de momento). Y tampoco son todos los que están.
Sugiero la lectura de este post de Lamet, blogger vecino, antes de que Alicia nos regale otra entrada al blog. Pone el dedo en la llaga sobre el 15M. Ha superado la infiltración de la violencia, pero cientos de analistas tratan de encasillarlo: antisistemas, izquierda difusa, irrelevantes, acéfalos…
Además, el post incluye enlaces a las páginas sobre las marchas a Madrid y el referéndum que preparan para octubre. Este me trae un sabor agridulce porque plantear una consulta sobre el cambio a una democracia participativa es bueno, pero me temo que se puede quedar en algo simbólico. ¿Cómo le véis?
http://bit.ly/jrR8mN