Recuerdos de la Habana (1995)

La Habana es una ciudad incendiada de nostalgia y cercanía,images el corazón roto de una isla en que las fábulas se agavillan a las puertas de las casas y las almohadas sirven indistintamente para soñar despiertos o dormidos. Entras de noche en un hotel de la Habana vieja, rodeado por mujeres jóvenes como ángeles de la guarda desnutridos y felices. Te acuestas con la cabeza bullidora de presagios y cuando a primera hora de la mañana te asomas a la terraza descubres que en la plaza que limita con el hotel ha brotado, antes de que salga el sol, un mundo de colores, palabras moduladas, risas como fondo de alcancía y belleza urgente. Sales a pasear y pronto encuentras una calle que parece una estampa después de la batalla: cascotes y grietas, agujeros donde hubo puertas, muros resquebrajados. Lo que ves no es producto de una guerra cercana, sino fruto de otra guerra cotidiana, muda y remota.

Al turista, los policías le parecen insignificantes y descreídos, faltos de pan y de ron. En cualquier esquina oyes una canción revolucionaria, con impostadas nostalgias del Che y alabanzas al Comandante. La gente inventa, de la mañana a la noche, la manera de seguir comiendo en un delicado infierno en que no importan los relojes, el amor es dulce y la felicidad real como la risa mulata de una chiquilla. Conocí en La Habana a un anciano que soñaba con emigrar a España donde vive una hija. Era aquel hombre una mixtura de don Quijote mujeriego y coronel Aureliano Buendía pacifista. De pronto se paraba en medio de la calle, se colocaba la mano a modo de visera y sacaba un recuerdo de su memoria profunda y herida. Había estado en la sierra con Fidel y ahora no se detenía ante la autoridad a la hora de lanzar sus proclamas contra el tironosaurio caribeño.

En La Habana, el corazón del mundo y el estómago del deseo, coincidí con españoles como Frasco el Malo o Marcos Colilla, que iban con la maleta llena de bragas compradas en tiendas de todo a cien. Aquellos paisanos habían salido por primera vez de España, guiados por la leyenda de que en la isla a las mujeres las ataban con longanizas. Leyenda tonta y triste, de tan cierta. La Habana es una puñalada en la entrepierna, como es también la música más hermosa del mundo, las palabras dichosas de quien perfuma cada sonido. Es una tormenta breve y caliente en la tarde, el calor pegajoso con el que no pueden ventiladores prehistóricos, una farsa democrática con niños serios y marciales presidiendo las urnas. La Habana es un beso de tornillo, el dolor de una mirada, la lentitud de las horas y Carlos Cano con más negritos.

13 Responses to “Recuerdos de la Habana (1995)”

  1. Señor Tirado, hacía tiempo que no leía algo tan bueno, tan emocionante, tan bien escrito. Me ha gustado tanto que, con su permiso, voy a copiarlo para darlo como propio en el pregón que pronunciaré en la residencia de mi amigo Ricardo. No conozco La Habana, pero siempre me ha gustado Cuba. Hasta Fidel Castro me cae bien, no se vaya usted a creer. Porque Fidel Castro es un Generalísimo Franco con barba y en flaco. Los dos con largas agonías. Este invierno vi con mi amiga Lidia la película ‘Chico y Rita’, que se desarrolla en La Habana. Muy buena. Su artículo, señor Tirado, si fuera libro, ganaría el Planeta y el Nadal juntos. Enhorabuena. Viva España!!! Viva La Habana!!!

  2. Descripción mágico-realista de La Habana. Narrativa de la buena.Me ha gustado mucho Juan Antonio, con ese guiño a Garcia Marquez y al gran Carlos Cano.Sigue deleitándonos con tu buenísima prosa.Un abrazo.

  3. ¿Por qué La Habana y no Oporto? ? ¿O Setúbal? ¿Por qué? ¿Por qué? ¡Por qué?

  4. Espléndido, Tirado, estás muy inspirado!. Coincido con Astorga en tu calidad narrativa. Yo, al igual que don Pancracio, también vi la película “Chico y Rita”. Sorprende el buen gusto que tiene este señor para elegir películas y lo al tanto que está de la cartelera, considerando su edad. Los que no hemos visitado La Habana, siempre tenemos el recurso de deleitarnos sobre lo que se escribe y se filma sobre ella.
    Pepinos aparte, esta vez te has lucido, maestro!.

  5. ¿Vale más una metáfora que mil ideas?
    ¿Y mil metáforas?

  6. Muy buena la descripción de La Habana. A medio camino del realismo mágico y muy cerca del realismo crudo. Enhorabuena ¡ por esa prosa ¡ Y entiendo que 1995 fue el año en el que viajaste a esa ciudad, ¿no?

  7. En tal caso, como no puede ser de otra forma, seguiremos atentos.

  8. La crisis es brutal. ¡Y sostenible! La salida será social.

    Con la que está cayendo…y sin seguir la hoja de ruta. Todos y todas deberíamos arrimar el hombro. Y no como otros. Respetando y acatando, como no podría ser de otra forma (Luna) las sentencias del Tribunal Constitucional. Y del Supremo.
    Hay que respetar la presunción de inocencia (¡Camps?) ¡joder!. Chaves no está imputado, a ver si nos enteramos.
    No es lo mismo unas primarias que un dedazo. Chacón. “quería…”.
    Los pepinos amargan.
    Siempre nos quedará Rubalcaba, que es del Madrid.

  9. Yo no conozco todavia La Habana, aunque es un viaje pendiente por hacer ,a corto plazo, pero si que es verdad que con la calidad de la descipción de Tirado y su marcada sensibilidad con la prosa , se hace un poco más mágica aún con lo malo imaginarla…
    Los indignados no representan a toda la juventud,está bien que protesten pero como en todo con respeto.

  10. Una ciudad fascinante, señor Tirado. Yo la conocí hace ya veinte años. Y me sorprendieron las ruinas del tiempo marcadas en las casas y en los rostros de los habaneros. Y el malecón largo, largo, largo vigilado por la Giraldilla y serpenteando hasta el Nacional que se yergue orgulloso, con sus años encima, a la orilla del mar…

    Y el mercadillo permanente de artesanía en el paseo de los virreyes, frente al palacio virreinal, donde compré dos cuadros y dos “flacos” que aún me recuerdan las noches habaneras y el sabor de lima y a ron de sus mojitos y sus sonrisas de mulatas…

    Enhorabuena por tu artículo.

  11. El país patas arriba y nosotros en La Habana. Con mucha lírica…aunque, ni allí ni aquí, corren buenos tiempos.

  12. Aunque te llames casi como yo, no te comprendo, Natalia. ¿Qué tiene que ver el culo de las cubanas con las témporas de la crisis y el griterío de los indignados? Vengan más piezas de buena factura, amigo bloguero, y muéranse los tristes. ¡Viva Cuba y al carajo Fidel!

  13. Yo ya ni me acuerdo de La Habana.

Discussion area - Dejar un comentario






He leído y acepto las condiciones generales y la política de privacidad


Información básica sobre protección de datos
Responsable: REVISTA REINADO SOCIAL 21RS (más info)
Finalidad: • Gestión de la adquisición del producto, suscripción o donativo, así como la tramitación de los mismos.
• Envío de comunicaciones relacionadas con el proceso de compra, las suscripciones o los donativos.
• Envío de comunicaciones y ofertas comerciales, por diferentes medios, incluidos los medios electrónicos (email, SMS, entre otros). (más info)
Legitimación: Ejecución de una compra online, suscripción o donativo. (más info)
Destinatarios: No se cederán datos a terceros, salvo obligación legal. (más info)
Derechos: Acceso, rectificación, supresión, cancelación, y oposición. En determinados casos derecho a la limitación del tratamiento de sus datos. (más info)
Información adicional: Puede consultar toda la información completa sobre protección de datos a través del siguiente enlace (más info)
Los enlaces de (más info)