La noria se columpia

Montados en el carrusel de las malas noticias cuesta ver una luz en la noche oscura de la crisis, pero no todo son sombras. Pocas de las  cosas que han pasado en los últimos meses me han subido tanto el ánimo como la reacción en cadena de los anunciantes contra el programa “La noria”. Creo que no se ha subrayado como merece este hecho que, con un poco de suerte y constancia, sentará jurisprudencia social. Es un triunfo incuestionable de las redes de Internet, ese correcalles escrito en el aire con tinta invisible, que tanto tiempo nos hace perder con bagatelas y que tantas posibilidades encierra para hacer la verdadera revolución de nuestro tiempo, como comprobamos felizmente durante la primavera árabe. Llevábamos toda una (media) vida sexando ángeles, encerrados en el círculo vicioso del huevo y la gallina, preguntándonos quién debería acabar con la televisión basura, el público o los programadores, y en estas ha irrumpido un tercer actor, a modo de sujeto colectivo, una voz  social vehiculada a través de Internet y ha puesto la casa patas arriba. Al tahúr del garito, un tal Jordi, se le ha puesto cara de no creérselo y los dueños del casino deben andar tocándose los bolsillos, porque en aquel ventilado tugurio lo que no es noria es tobogán.

Por lo demás, a otro perro con el hueso que pasean María Antonia Iglesias, Pilar Rahola o Isabel Durán, quienes han entonado la canción, a modo de viejo truco, de la libertad de expresión. ¿Por qué lo llaman amor a la palabra cuando quieren decir porno duro? Jefferson, que fue tercer presidente de los Estados Unidos, dejó dicha en 1787 una célebre frase: “Si me viera obligado a decidir entre un gobierno sin periódicos o periódicos sin gobierno, no dudaría en preferir lo último”. Esa es la auténtica libertad de expresión y no debe confundirse el ejercicio libre y responsable del periodismo, que permite acabar con Nixon o descubrir una trama de corrupción política, o que sencillamente deja oír una voz valiente que denuncia una injusticia por pequeña que sea, con el negocio impúdico de un grupo de facinerosos que en nombre de la sacrosanta libertad siembran la infamia, alborotan y nos hacen a todos un poco peores. En la defensa de esa libertad que no me esperen. Aplaudo al bloguero indignado Pablo Herreros, que tuvo la intuición y el talento de poner en marcha un artefacto que ha devenido en poderoso y a las marcas que han secundado la iniciativa y han retirado su imagen de un programa malicioso en el que la mierda se vende envuelta en bonitos papeles de colores.

7 Responses to “La noria se columpia”

  1. Tienes toda la razón, compañero. Ahora creo que van a ir a por el “Sálvame”, no se si el lujoso o el otro, pero cualquiera de los dos merece la misma pena que La Noria. El sálvame del viernes creo que fue bochornoso, por los comentarios que he leído en FB y Twitter. Al parecer, hoy se paga bien -y muy bien- la exposición de relaciones lesbianas, homosexuales o con menores de edad. ¿A dónde hemos llegado?. Y la hija de Bárbara, una tal Sofia, mostrando impúdicamente su relacion con otra señora, por lo que he visto semanas pasadas en otro programa impresentable, donde no tuvieron pudor alguno en mostrar públicamente sus besuqueos..Y una señora que vive de su relacion sexual con un torero desde hace diez años, ordinaria y malencarada, que no se ha quitado el pelo de la dehesa ni ha aprendido algo por mucho que haya cobrado en 10 años…

    Guerra a la TV basura. Y menos mal que alguien ha empezado la lucha como bien dices, desde las redes sociales, y con mucho valor. A ver si cunde el ejemplo. Y no nos hacemos los hipócritas asegurando que NO vemos nunca esos programas. TODOS los hemos visto más de una vez . Yo entono el mea culpa la primera. Hasta que nos hemos hartado de la vida y miserias de mindundis y venidos a más, ansiosos por cobrar sin dar un palo al agua… Y sigue habiendo canales que estan dispuestos a mantenerles con tal de engordar la caja… A ver si acaban desapareciendo estos programas y dejamos de embrutecernos y dedicamos más tiempo a algún libro que valga la pena, o alguna película mítica. (Por eso decía Groucho que la TV era muy instructiva).

  2. Muy bueno, estoy contigo, telecinco no es television, es un medio para vender publicidad, su único fin es ese y eso es lo que venden sus publicitarios… Así es como se les hace daño.

  3. Muy bien Juan ! Lo subscribo completamente. Algunas reacciones sociales aún me sorprenden. A dios gracias!

  4. En la antigüedad clásica se decía que los sabios nacieron el cuarto día de la luna, que poseen el caballo de Sejan o el oro de Tolosa, hoy día se dice que los sabios (¿sociales?) galopan, más menos atropelladamente, por ondas celestes o caminos etéreos o algo así que es Internet. Todo me suena tan simulado como la voz del gallo que persigue a la gallina. Nimio considero lo sucedido en el pringoso programa de marras. Creo que fue Lampedusa en su bella novela “El gatopardo” quien promovió el conocido pensamiento de que cambie algo para que todo siga igual.

  5. En los últimos tiempos hemos visto dos hechos en realidad relacionados y comentados en este blog. Naturalmente, la Noria y su teoría del vale todo porque la audiencia se lo traga todo. Y el otro, la rebelión contra el intento del Consejo de RTVE de supervisar-husmear-censurar el sistema informático de los informativos de TVE. Lo menciono en esta noche de pleamar azulpepé, para que se lo piensen dos veces antes de pensar en RTVE como el cortijo de la Moncloa.

  6. Abundando, desearía ver en la web una campaña presionando a los anunciantes de este tipo de programas así como a las cadenas de tdt para que “incentiven” otras programaciones de mayor calidad.
    Algo así como q las cadenas se comprometieran a destinar cierto porcentaje de los fondos de su sponsor a mantener o proponer los espacios televisivos de cierto valor cultural. Por supuesto serían en horario para todos los públicos de una a cinco de la mañana. Mejor lo dejamos.

  7. Te veo optimista y me gusta, por ello te sugiero no atiendas a mi reflexión, es mas estas a tiempo de no leerla.
    Un triunfo de las redes sociales, de lo social aunque fuere sin red, sería el destierro por siempre de los eternos sálvames y sinónimos en favor de espacios docentes y formativos.
    Un triunfo seria el destierro de los Jordis y los Jorges Javieres en favor de Iñakis Gabilondo, Luises del Olmo, que aunque marcados y cargados ideológicamente, no obstante buscan los adeptos para sus causas mediante las frases bien estructuradas, con respeto, con sosiego.
    Un triunfo sería el destierro del empalagoso negocio futbolero en favor de la promoción del deporte por el deporte. Recuperando aquello de “lo importante es participar”.
    Que las primaveras árabes fueran verdaderamente árabes; que el periodismo fuera libre, LIBRE.
    Un triunfo sería que por fin se descubriera vida inteligente en la Tierra.
    Un saludo a todos

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