La verdadera vida. Por MACAÓN

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Soy de esos que gustan de tirar piedras y al caso esconden el puño en el bolsillo y si me pillan no me guardo incluso provoco con alguna mueca de boca. Soy de esos que no creen en mucho (menos en uno mismo) y así es difícil escribir de algo, como no sea escribir de nada. A veces hasta  la interrogo: ¡Eh de la vida! ¿Quién responde? Y no oigo nada. Mejor. Mejor la nada que escuchar una máquina que trate de venderte el arreglo. Mejor simplemente existir mientras el cigarrillo acaba. Quizá sea eso la verdadera nada, la verdadera vida. La verdadera vida consiste en sentarte fláccidamente y contemplar la vacía pared de enfrente, a lo más se puede pensar en el desayuno o en la cena (siempre pacifica pensar en cuestiones escasas de entelequias). Está bien levantarse de la cama pero procurando dejar el alma, con sus complicados sueños, entre los pliegues de las sábanas (¿para qué despertar el alma?). También la verdadera vida consiste en exponerse al tibio sol y contemplar la nube que asoma por la ventana. Todo ello con el corazón cerrado, las ingles secas y lacio el pálpito: que haya paz en los sentidos. La verdadera vida es la nada de no hacer nada, acaso oír lo que dice el viento o la lluvia (si es que llueve) o la susodicha nube, por lo demás el viento, la lluvia, la pared o la nube no dicen nada. La verdadera vida siente el paso de los días como una cuestión de luces y sombras, como tiempo de naturaleza, y no como tiempo que se lleva la vida, no como tiempo que muere. Hay que mirar sin ver mucho y oler sin hablar, que nada o nadie requerirte pueda. Las palabras no son necesarias para vivir la verdadera vida (quizá sólo cuando hacemos el amor). Las palabras son como océanos de malentendidos. Las alcantarillas rebosan perdidos barruntadores que ordeñan rumores como crían liendres. No comprendo quien piensa que detrás de cualquier palabra siempre hay un fondo con destino. Guardar silencio, reservar la mirada, (que sonría el estómago), buscar la bendita simplicidad. ¿Qué importancia tiene no ser nada ni nadie? Vivir con ganas de no tener ganas, emocionarse sin emoción, desear sin deseo, ser sin tener que ser. Contemplativos sin éxtasis, pensadores sin conclusión. Pensar sin pensar es la mejor forma de pensarlo todo. Hay que purgar la imaginación que es de donde proviene el sentimiento y su dolor. La verdadera vida consiste en vivir lo indolente, con fe en la resaca mientras desciframos los cordiales alisios. Ser solo suspiro sosegado con paz en los bolsillos para repartir por los rincones. Insisto, la verdadera vida consiste en buscar lo imperturbable en esa indescifrable pared vacía o contemplar esa nube que no sé qué significa esa nube. Vaya, ha caído en mis pantalones, por su propio peso, la ceniza del cigarrillo (soy un fumador que sólo sabe fumar en tu boca, mujer).

4 Responses to “La verdadera vida. Por MACAÓN”

  1. Señor Macaón, le felicito por este extraordinario texto, que habla de la nada pero está lleno de cosas. De vida. De la nada de la vida. La nada se nadifica, escribió alguien, pero nunca de la que usted habla. No sé si ha escrito el texto en Madrid o en su chalet de la playa, que yo creo que debe de estar en Torremolinos, pero me ha gustado mucho. Hasta el punto que, desde mi humildad, me permito proponerle que cree usted su propio blog, y yo, con su permiso, escribiría en él, y no en este del señor Tirado, que ya parece definitivamente entregado a la indolencia, a la vaguería y no quisiera yo pensar que también a la bebida. Pero volviendo a su emocioante texto, señor Macaón: he apuntado dos frases: “la verdadera vida es la nada de no hacer nada”, y “las palabras son como océanos malentendidos”. Magníficas. Como otras. Como la idea que se desprende de su escrito. Sólo una pega: esa frase de la vida es la nada de no hacer nada, puede ser aprovechada por el señor Tirado para permanecer en su estado de hibernación. Enhorabuena, señor Macaón, y vuelva usted pronto con lo mucho que le queda por decir. Buenas tardes.

  2. Macaón, yo lo felicito porque lo que usted ha escrito supone casi un análisis perfecto de la situación que vive el Real Madrid. Ni cronistas, ni analistas, ni nada: Lo que usted ha puesto. Dice usted: “soy un fumador que sólo sabe fumar en tu boca, mujer”. Esa frase es magistral y cierta: pero siempre que no se trate de la boca de S. Carbonero. Yo lo avisé: No tengo equipo. A muchos puntos del Barcelona, que acaba de marcarle seis goles al Getafe. Eso es la nada. Esta Liga es la nada para el Madrid, ¿por qué, por qué, por qué?

  3. Excelente texto

  4. De la nada nada puede salir,Macaon,y si del todo del que somos parte.Se le acusa a mi amigo Tirado de perezoso.Ni el puede dejar morir este blog.Ni usted, ni nadie, ni la misma Nada puede quedar indiferente a los que se estan quedando sin techo.y tú, o usted, no podria haber escrito esta bella retórica sin el vacio blanco, de una pared limpía, como su estilo. USTED, tú copias muy bien el vacio de la nada.Los labios frios de la muerte donde te fumas la vida. Un abrazo poético. Y,¡viva Alicia!

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