Los catalanes

Si Cataluña fuera exacta y concretamente una y España fuera exacta y concretamente una, si ambas entidades fueran organismos uniformes al modo en que lo son las personas, entonces no cabría duda: Cataluña debería independizarse de España por vía de urgencia, recurriendo al divorcio express. No se debe obligar a vivir a alguien con alguien contra su voluntad. Pero hay que tener cuidado con estas metáforas organicistas porque una nación o un país no son equiparables a una persona de una pieza, sino en todo caso a numerosas piezas coincidentes con opiniones y modos diferentes de entender la vida y la política. No hay una sola Cataluña como es obvio que no hay una sola España, y el grupúsculo ultraderechista que irrumpió violentamente en la sede de la delegación de la Generalitat en Madrid durante un acto de la Diada es solo una manifestación tangencial de la peor España. En el caso de Cataluña es obvio que la parte que formó la cadena humana de 400 kilómetros es un sector muy significativo de la sociedad. Según algunas encuestas el 52 por ciento de la población estaría a favor de la independencia. El problema es que si eso es así, incluso celebrando un referéndum, no es posible la secesión. Sería tanto como recurrir a la fórmula salomónica de partir un niño en dos para contentar a las dos madres que lo reclamaban. Para llegar a la independencia tiene que haber una parte muy relevante de la población a favor de romper el statu quo. Por otro lado, los defensores del llamado derecho a decidir están en torno al 80 por ciento. La Constitución prohíbe estas consultas ya que para llevarlas a cabo habría que plantearlas en todo el territorio español.

imagesLas relaciones entre Cataluña y el resto de España siempre han sido difíciles, pero en la última década han empeorado mucho. El hecho diferencial catalán hace siglos que está ahí. Los catalanes, aun sintiéndose españoles, se han considerado españoles de otro modo y así lo han sido, de una u otra forma, menos en las épocas de unidad a la fuerza, como el franquismo. Que los catalanes y los demás no nos hemos querido del todo o lo hemos hecho con recelos es cierto, pero no lo sería menos, por nuestra parte, no destacar la importancia de Cataluña como motor de desarrollo y en ocasiones, no ahora, vanguardia de lo español. Desde los años 60 del siglo pasado hasta los 80, Cataluña fue motivo de orgullo para los españoles de ideas más avanzadas. La cosa se fue agriando, la historia de las autonomías registra una Cataluña en permanente queja sobre lo español, eso sí colaborando con los gobiernos nacionales y rebañando de la caja común hasta donde se podía. Estas no son historias de buenos y malos, y desde luego a mí no me gusta plantearlas así, ahora bien, a mi juicio, el asunto catalán, complejo siempre, se convirtió en imposible por culpa de una ocurrencia de Zapatero, una más, la del día en que dijo que aceptaría en Madrid todo lo que pidieran los catalanes. El Estatut terminó por romper cualquier consenso a uno y otro lado del Ebro. Lo que intuyo ahora son dos  aproximaciones a la realidad completamente distintas: Cataluña vive en estado de efervescencia soberanista, con una expresión de la política como pasión impensable en otros lugares. Parece que muchos catalanes, más de la mitad, han encontrado su causa, están enamorados de la independencia. En el resto de España se vive esto con una completa indiferencia. La opinión publicada dedica muchas horas y páginas a la cuestión, pero la opinión pública, la gente de la calle lo ve como quien oye llover. ¿Que se quieren separar? Ah, vale, que se vayan. Quienes peor lo pasan son los que estando en Cataluña defienden una solución constitucional, el reconocimiento a la vez de la ciudadanía catalana y española. Entre esos ningún grupo político ha desarrollado la musculatura y el olfato político de Ciudadanos. Ellos son el espejo en el que nos miramos quienes creemos que la ruptura es nefasta para todos. Toda esto me recuerda a lo que contaba Baroja que ocurrió en España en 1898 la tarde en que se conoció la pérdida de  Cuba: la gente se fue a los toros y a los teatros con perfecta indiferencia, como si la cosa no fuera con ellos.

9 Responses to “Los catalanes”

  1. Viva España!!! Viva la Selección Española!!! Viva Vicente del Bosque!!!

  2. Me niego a hablar acerca de los incendios provocados, y únicamente diré que a los pirómanos hay que encerrarlos a tiempo. El señor Mas es un pirómano capaz de incendiar la casa común para que no encuentren más pistas de su corrupción organizada. La República fue más inteligente: cortó por lo sano cuando algo similar sucedió en aquellas provincias españolas. En aquella ocasión la izquierda tenía in mente que lo peor que puede pasarle a una nación es ceder al chantaje cotidiano de un grupo fascista como es CIU.

  3. Un análisis tan exacto como una ecuación. Juan Antonio eres grande.

  4. El proximo año se celebrará el 300 aniversario de la derrota de cataluña frente a las tropas borbónicas que arrasaron el barrio antiguo de Barcelona y obligaron a sus habitantes a construir, a sus expensas, una ciudadela militar española en su lugar, convertida hoy en zoo, donde deberian estar enjaulados los Borbones, que mediante el nefasto “Decreto de Nueva Planta” intentaron aniquilar la nacion catalana y su lengua. El 11 de septiembre se celebra ahora el dia nacional de Cataluña: derrota tras derrota hasta la victoria final.
    El gran éxito de la casta depredadora , extractiva , faraónica española es hablar en nombre de los olivareros de Jaén , los esparteros de Almería o los jornaleros extremeños , aunque ya no quedan olivarerosr , esparteros ni jornaleros . Esta oligarquía de raíces históricas necesita el enemigo catalán para aglutinar los sentimientos primarios de la España eterna y continuar fagocitando el estado y devorando sus recursos .
    El eslogan de Convergencia ‘ La España subsidiada vive a costa de la Cataluña productiva ha levantado las iras inmediatas tanto de la caverna como de la izquierda solidaria ‘ y ‘ internacionalista ‘, que se han apresurado a sacar el ‘ crucifijo ‘ gordo ‘ los santos inocentes ‘: el burgués opulento que niega el pan al peón descalzo , el gordo que no quiere dar las migajas al hambriento , la voracidad sin entrañas , Dickens al sol .
    Es un discurso transversal en España y se remonta al siglo XVII : ‘Son los catalanes el ladrón de tres manos’ ( Quevedo ) . La presidenta entrante de la Junta de Andalucía, en ‘ el primer discurso del siglo XXI’ , según definición de la vice- secretaria general del PSOE , vociferó contra ‘ el desafío soberanista ‘ y rebasó a Rajoy calificándolo de tibio con los catalanes . Derecha e izquierda , Intereconomía y La Razón , el socialista Guerra afirmando que ‘es xenófobo decir que España roba Cataluña ‘ o el comunista Anguita con el histórico ‘ la burguesía catalana es la peor de todas ‘ . Hoy no se puede hacer política en España sin atacar a los ‘ separatistas insaciables ‘ y es el en la manga de Rajoy para ganar las próximas elecciones : si somete los catalanes , todo lo demás no tendrá importancia -ni siquiera Bárcenas – . De ahí el interés de administrar los tiempos y dilatar las acciones .
    Ojalá que la España subvencionada fueran los olivareross , los jornaleros y los niños desnutridos ( sólo se ha dicho que los haya en Cataluña , no en Andalucía ni en Extremadura ) : con un 0,1% del PIB habría de sobra. La España que en realidad desangra el 8,5% de ‘la Cataluña productiva ‘ es una oligarquía atávica y opulenta de troquel franquista , que viene del XIX y con raíces anteriores , que no tan solo deglute los esfuerzos de los catalanes , sino los de todas partes allí donde le llegan los tentáculos . En Madrid , un sanedrín de unos pocos cientos de familias controla todos los mecanismos del estado , la administración , el ejército , la Iglesia, los bancos y las empresas que van de manos públicas a manos de amigos . Se pasan los cargos y los privilegios de padres a hijos y no tienen ningún inconveniente en saltar de la derecha a la izquierda desde que la situación política lo permite . Este grupo es el responsable directo del desastre histórico de España y los primeros interesados ​​en regenerarla deberían ser sus mismos connacionales . Esto explica la jugada de la casta de atizar el clásico enemigo exterior , ya sea la Cataluña ‘ insolidaria ‘- el recurso habitual – , la pérfida Albión con Gibraltar o el matapobres alemán .
    Empieza a haber una abundante bibliografía sobre la cuestión que presenta datos historiográficos y económicas incuestionables : ‘ Delenda est Hispania’ ( Albert Pont ), ‘ España, capital París’ ( Germà Bel ) , ‘ El expolio fiscal . Una asfixia premeditada ‘( Ramon Tremosa ),’ Madrid es una isla . El Estado contra la ciudadanía ‘( Óscar Pazos ) … El Círculo Catalán de Negocios ha estudiado a fondo los desastres que origina esta sanguijuela y ha hecho una divulgación exhaustiva . Manuel Tuñón de Lara describió ya hace años la oligarquía financiera y terrateniente , que está en la base del atraso español . Aquel ‘ hidalgo ‘, para el que trabajar era un deshonor aunque a menudo vivía en la miseria ( un caso único en la sociología universal , según el historiador Jaume Fàbrega ) , se complementa con el ‘ señorito’ , otro prototipo local , reciclado en diputado o asesor .
    El fenómeno ha sido estudiado a escala internacional por los economistas Daron Acemonglu y James A. Robinson en ‘ Why Nations Fail : The Origins of Power , Prosperity , and Poverty ‘ ( 2012), donde acuñan el término élite extractiva ‘ : lo que es determinante para el desarrollo de un país es la calidad de las instituciones y el control democrático de las actuaciones de los políticos . Los países ‘ cerrados ‘ donde una minoría egoísta domina los mecanismos del estado fracasan económicamente y socialmente . Es el caso de España .
    Esta élite (‘ casta ‘, según la versión latina más cercana de Gian Antonio Stella y Sergio Rizzo : ‘ La casta ‘ , 2007) es fundacional del estado castellanoespanyol . En la Villa y Corte de los últimos años , la extracción se convierte ‘ depredación ‘ por las dimensiones de la voracidad , o ‘ faraónica ‘, por evocación del antiguo Egipto , donde la sociedad entera dedicaba toda su energía en construir las sepulturas de los dirigentes . Es el reflejo del momento actual , donde una minoría de banqueros , políticos y especuladores bien conectados han llevado a la miseria al país entero . Todos los recursos se han destinado a sus caprichos y su ensalzamiento , empezando por el entramado político- bancario : 97.000 millones a fondo perdido , o la familia real , la cabeza visible y notorio de todo el sistema .
    Hay nadie que pueda pensar que los aeropuertos sin aviones , el AVE sin pasajeros , las autopistas sin coches o los contratos de las monarquías árabes no han tenido unos beneficiarios concretos . Los nombres constan en el BOE y todos forman parte de la casta . La UE acaba de ordenar de investigar las concesiones de dos autovías españolas porque han costado el doble que las alemanas con trazados similares . De hecho , Isabel II ya llevó al estado a la quiebra para construir líneas ferroviarias que enlazaban el Palacio de Oriente con los ‘ Reales Sitios ‘, naturalmente sin productividad . El AVE , que debía unir España ‘ con cables de acero ‘ , según la insigne Magdalena Álvarez , ha repetido la experiencia ciento cincuenta años más tarde.
    No aprenden o , más bien , no aprendemos . El CCN explica que , desde que la aislada Madrid se convirtió en capital por un misterio no aclarado , el estado ya ha quebrado veintidós dos veces . La media es superior a una por generación , lo que evidencia las dimensiones del desastre y la insidia de la trepa dominante .
    Lo detalla el gallego Óscar Pazos : Felipe II creó una capital en la nada y para levantarla y proveerla devoró los recursos del estado . La administración de un imperio mundial situada en un erial lejos del mar y de cualquier vía lógica de comunicación , un capricho surrealista sin parangón en el mundo que en el siglo XXI quieren consagrar con el delirante pasillo central . La ciudad -sol , que luego se quiso reflejar en París , tal como prueba Germà Bel , convirtió de entrada en un desierto el país circundante para que los agricultores estaban obligados a vender la producción de trigo en la corte con precios intervenidos, y fue esparciendo la desolación en círculos concéntricos .
    La casta capitalina ha ‘ secuestrado -explica Pazos -los órganos de poder del estado y ha creado una trama de intereses para gobernar desde la distancia y en provecho propio . No sólo ha absorbido la política , la banca , los medios de comunicación , la burocracia , la empresa y las artes , sino que ha puesto todos los obstáculos posibles para aniquilar la iniciativa de las ciudades que le pudieran hacer sombra . El proceso se ha legitimado y exacerbado en los últimos años con la organización de un estado ‘ burocrático , judicializado y funcionarizado que vive de espaldas a la ciudadanía , de la que es el enemigo principal ‘ . También de la andaluza y la extremeña , bien entendido.
    No hace falta decir que la casta tiene delegados en todos los dominios para conseguir la vampirización total , particularmente en Cataluña . ‘ Los que se venden antes no los quieran comprar ‘ , en palabras recientes de Oriol Junqueras , o quizás ‘ los cuatrocientos que nos encontramos en todas partes ‘ , en contabilidad precisa de Félix Millet . Son mayoritariamente los empresarios del BOE ‘, como los define el CCN , oligarcas que se lucran de las concesiones del estado y que abiertamente contra los intereses del 99% de las empresas del país , que son pequeñas y medianas . No hace falta decir que unas son la España subvencionada y las demás la Cataluña productiva . No hace falta poner olivareross ni jornaleros .

  5. Por razones que no vienen al caso no he podido leer el artículo de Juan-Antonio, “Los catalanes”, hasta hoy.
    Y lo primero que me ha llamado la atención es el escaso número de comentarios (solo 4), cuando, en mi opinión, lo que está ocurriendo en Cataluña es un asunto del máximo interés y que puede condicionar buena parte del escenario político durante los próximos años.
    Que a catalanes y resto de españoles (o españoles a secas, ya que de entrada muchos catalanes no aceptan siquiera que se les considere como tales) nos cuesta entendemos parece cada vez más evidente. Buena prueba de ello es el comentario que en este mismo blog ha hecho Juan Martínez Pérez (a quien no tengo el gusto de conocer, ni tan siquiera de ubicar), plagado de topicazos, lugares comunes y afirmaciones que parecen dirigidas a echar cuanto más leña al fuego mejor (dicho sea con el respeto que toda opinión merece).
    Pero que un tema de tantísima importancia, siempre en mi modesto criterio, apenas merezca otros tres breves comentarios más, cuando este blog se caracteriza por las polémicas encendidas, réplicas y contrarréplicas de alcance, generalmente bien escritas y argumentadas, no le encuentro mucha explicación.
    ¿O será tal vez que, precisamente, no queremos ni tan siquiera hablar de una cuestión que a todos nos resulta espinosa, antipática y bastante injusta? Lo digo porque, casualmente, ayer tuve una reunión en la que estaba presente un directivo medio de La Caixa en Madrid y, cuando inocentemente le pregunté medio en broma medio en serio qué iba a pasar con La Caixa cuando Cataluña se independizase, torció el gesto y dijo que prefería hablar de “cosas menos desagradables”.
    Yo no opino así. Es más, pienso que la única forma de racionalizar un problema tan desorbitadamente emocional como éste sería hablar de él sin tapujos, poniendo encima de la mesa todos los argumentos, pros y contras que acarrearía la segregación de Cataluña. Y, por supuesto, una vez debatido exhaustiva y profundamente todo lo habido y por haber, someterlo a referéndum en Cataluña, con el compromiso de respetar un eventual resultado de separación si cuenta con una mayoría suficientemente amplia (no vale el 50,5%).
    Este es mi punto de vista y me encantaría que en el blog de Tirado (que también considero un poco mío) se abriese el fuego y se comenzasen a hacer cuantas más aportaciones mejor a un debate que considero imprescindible.
    Por lo demás, y al igual que Gonzalo Ugidos, no puedo sino felicitar a Juan-Antonio por su análisis, serio, desapasionado y, por qué no decirlo, clarividente (siempre en mi modesta opinión).

  6. Estaba yo cómodo en esa etiqueta prodigiosa, en mi mayoría/minoría silenciosa, pero finalmente en respuesta a la extrañeza que expresa Jaime Goded y su respetuosa petición de opiniones, amén de Juan Antonio Tirado, me animo a escribir unas cuantas líneas.
    Personalmente me duele que un montón de gente, hoy más que ayer, no quiera ser de mi nacionalidad. Me duele porque tengo familia y amistad con esa tierra, por admiración, por interés mío y por la costumbre.
    Y me pregunto, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Y tengo mi opinión. Y al cabo es nostalgia.Y me pregunto otra vez, ¿cómo se va a digerir/encauzar, aquí y allí, tanta frustración?. Y tengo mi opinión. Y al cabo es aprensión.
    Y este tema me toca. Y me duele. Silenciosamente.

  7. Sospecho que Juan Martínez Pérez no sabía qué hacer con su tésis doctoral y la ha soltado aquí… ¡Señor!

  8. Au contraire, señor Goded. “El escaso número” de opiniones refleja muy bien la realidad. Buena suere, Cataluña. Y prou (y hasta me parece mnuy largo)

  9. Al que renuncia a su nacionalidad, puede optar por el pasaporte Apátrida…
    ¿Se merecen mas?…

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