Rosell no será el último
Florentino Pérez
La dimisión, bien que a su pesar, de Sandro Rossell como presidente del F.C. Barcelona podría ser el principio del fin de la fiesta futbolística, esa merendola, ese atracón sin empacho que llevan dándose desde hace una década los dirigentes de los dos grandes clubes españoles, que lo son también, por presupuesto, de Europa y del mundo. Que semejantes potencias hayan florecido en un país asolado y desolado por la crisis es un despropósito que tendrán que explicar los economistas, una anomalía social que debería hacer enrojecer a las más altas instancias del país, gobierno y oposición, pero aquí nadie manda parar, no hay ratón o león que se atreva a ponerle el cascabel al gato. Pan menguante y circo creciente y vengan a nosotros los astros de la pelota, sea un Neymar surgido en el frondoso Brasil o un Bale, galés y quebradizo. Blaugranas y merengues tienen caudales para pagar sueldos (libres de impuestos) de escándalo y de vértigo a Messi y Cristiano Ronaldo, por eso en la España amenazada por la troica no hay año que no recojamos un balón de oro. Todo este despilfarro dicen que es producto de la oferta y la demanda, y el listérrimo Florentino Pérez pretende convencernos de que para el Madrid todo es un negocio redondo. ¿El secreto? El secreto estaría en la venta de camisetas con el nombre y el número de las estrellas. Semejante explicación mueve a la irrisión. Lo que tiene que contarnos es por qué el equipo que preside tiene una deuda superior a los 500 millones de euros; los directivos que arrasaron con Bankia y los pobres “preferentes” tienen que decir por qué sueltan dinero alegremente al club de Florentino en tanto carecen de un euro para las pequeñas y medianas empresas. Por el lado del Barcelona la desvergüenza se ha hecho categoría hasta el punto de llevarse por delante a Rosell, el presidente que fichó, sobre el papel, a Neymar por 57 millones, pero pagó, en la práctica, el doble. El dimisionario Sandro es un “presunto” y en manos del juez Ruz quizá le aguarde un futuro dudoso. En fin, no es que sean solo el Madrid y el Barcelona, sencillamente es
Sandro Rosell y Neymar
que estas dos entidades han hecho saltar la banca a cuenta y cuento de unos derechos televisivos que son, sin más, un robo y solo hay que ver otras ligas, de manera ejemplar la inglesa. Ah, y a punto de entrar en la cárcel, aunque por un asunto ajeno al fútbol, está José María del Nido, expresidente del Sevilla. Un prenda para el que todos los presidentes de primera y segunda división han pedido el indulto. Pero, ¿por qué, quiénes se creen que son estos señores, quién les otorga bula para vivir fuera de la ley? Solo espero que la burbuja del fútbol les explote pronto en la cara y podamos vivir con emoción, como toda la vida, las peripecias de nuestros equipos. Para entonces quizá no seamos la “mejor liga del mundo”, pero tampoco seremos la peor, al estilo de Escocia, donde solo dos equipos pueden alzarse con el título. En España hay un tercero, el Atlético, que este año, por sorpresa, se ha colado entre los gigantes.
Quiero inaugurar este post, que el de Burgos tiene 68 comentarios y ya son bastantes. Pero lo haré contestando a don Pancracio Celdrán Gomáriz, que cierra de momento el post anterior. Verá usted, la criatura que escribió lo de Valle-Inclán y lo defendió en lo de trapisonda- trapisondada (no era necesaria defensa) es mi hermano gemelo don Gerundio. Estuvo bien al quite y eso que su postura en el caso Gamonal es muy distinta a la suya, don Pancracio, y a la mía. Yo soy hombre de ideas templadas, que no tibias, y me sitúo en el centro, pero así como Gerundio se coloca en el centro izquierda yo me muevo en el centro derecha. Lo de Burgos es completamente impresentable. Ahora bien, yo, como buen liberal, celebro la polémica y la discrepancia, sin llegar al insulto, de modo que no debe usted molestarse por quienes discrepan de usted, también hay quien le apoya. Da igual, lo importante es dar la opinión de uno, si es que la tiene, sin miedo ni cortapisas ante el qué dirán. En el tema del fútbol tengo poco que decir, pero me parece que nuestro bloguero ha sido un poco tendencioso al colocarnos en primer plano la foto de Florentino para hablar de la dimisión de Rosell. Por mí tanto me da, que bastante tengo con mi Sevilla y el condenado, en el doble sentido, Del Nido. Mi hermano es del Betis, que nosotros en todo tenemos que discrepar.
Este es el blog de Juan Palomo. Yo me lo guiso, yo me lo como.
Así se puede llegar a 1.000 comentarios.
Me retiro.
Caramba, Seitaridis es un hombre eternamente cabreado y, con toda franqueza, cuesta saber por qué. Parece una guerra intestina, es decir una guerra entre sus propias mismidades. Espero que el gran Pancracio Celdrán y los demás cualificados comentaristas sigan dándonos que leer y que pensar. Y que el propio Seitaridis se lo piense mejor antes de irse. ¿Irse dónde? Mi hermano Gerundio y yo vamos a seguir aquí mientras el cuerpo aguante y, en fin, Seitaridis sabrá a que viene lo de Juan Palomo. O a lo mejor es un guiño o un juego privado con el señor Tirado. Cualquiera sabe. ¡Viva el Sevilla! ¡Muera Del Nido!
Cuando llega el empacho tras una merienda repleta de manjares prohibidos por el colesterol y la glucosa,lo mejor es una purga,Hay tantas como golosos.Yo desde mi altura,ya sabeis,impenetrable,recomiendo ayuno y tal vez alguna que otra sangria efectuada con sanguijuelas mas o menos domesticadas.
Florentino y Sandro necesitan ,tal vez,una dieta de pocas calorias tras estos ultimos años de grandes comilonas “ferrerianas”
Don Tocayo, hermano, si llora usted por los que se van, las lágrimas le impedirán ver a (y sobre todo gozar de) los que se quedan (nos quedamos).
Los que van a quedarse te saludan, ¡oh Hammelin! Y los que se van, allá ellos en su banquillo (y no estoy hablando ahora del Sr. Rosell).
Cuando los equipos dan ese paso más allá (como cuando lo dan ciertos cantantes o actores que acaban cotizando en bolsa) ya no hay equipo. Hay fútbol, claro, quintaesencia, ingeniería y modificación genética altamente precisa, pero Vd. sabe bien que, para hiptonizar al mundo, sólo hacen falta el equipo en racha y la afición. Y a la afición le basta con el kit (camiseta, bufanda y banderín) y con una temporada emocionante.
Y si es por el dinero, se lo llevan, mire usted. Se lo llevan siempre, si no el uno, el otro. Ahora sí estoy hablando del Sr. Rosell, en cuyo curriculum hay momentazos fantásticos.
Que se dispersen quienes ahora le quieren colgar. Sobran justicieros.
El desfile ya ha comenzado en cualquier caso por los clubs provinciales, donde se sumaban a las cuentas, los cuentos de las autoridades competentes, juntas de lobo que no come lobo.
A todo sí, J.A. Tirado. Y a Siles cuando escriba, creo que también.
Señores, no he tenido tiempo de leer nada, ni el post ni los comentarios, pues me hallo postrado en cama, con una gripe que se agrava a mis 83 años de edad. Pero en mi dolencia, casi en mi delirio, sí he reflexionado sobre los gerundios, esos tiempos verbales abominables. Y pienso: un gerundio, al ser feo, se mofa de todo lo bello; al ser torpe, abomina de todo lo inteligente y sublime; al ser malo, nada quiere saber de todo lo bueno; al ser vil, es ajeno a todo lo puro y soberbio. Y mientras los gerundios con así, espantosos, Elsa Patacki es bonita, baja, gordita y maciza. Que tengan todos ustedes muy buenas tardes, que es ya mi hora del jarabe.
Todos a la cárcel, todos (sálvese el que pueda) unos golfos y gente de la peor calaña. Ya está bien de que el fútbol esté fuera de las leyes comunes. Y respecto a Pancracio me tiene preocupada por esa obsesión por los gerundios. Me dan lo mismo los gerundios que los participios pero es que este hombre se ha vuelto monotemático. Le quiero y le admiro amigo Pancracio pero cuéntenos usted las historias de su metro, su Encarnita y su José María Pemán y déjenos de rollos gramaticales. Y cuídese usted que a su edad hay que andar con mucho tiento con la salud. ¿Vive usted con alguien o está solo?
Según cuentan los Evangelios, más o menos santos, el señor Jesús, en una montaña cerca de Cafarnaúm, se pegó un gran sermón. Entre otros asuntos dijo algo referido al sexo: «Si tu ojo te escandaliza, arráncatelo» (Mateo 5:1; 7:28). Afortunadamente ningún cristiano hizo caso a tal estupidez. Medito que si hubiese hablado de fútbol algún fogoso hubiese seguido el consejo. Me resbala (perdón por la vulgar expresión) lo que ganen algunos clubes o jugadores mientras sean los “pringaos” que gustan del asunto los que paguen. Pero indigna pensar que algún que otro indigno empobrezca aún más este país por robar un dinero de todos.
Posdata: Don Pancracio, conozco en una onubense playa una bonita residencia frente al mar (allí regozan algunas paisanas con todavía buen jugo) donde suele soplar un amable céfiro que según dicen todo lo cura. Le puedo recomendar.