El fin del mundo

imagesPedro J Ramírez, que se fue muy joven a Estados Unidos para ampliar estudios volvió con un sueño: tener su propio Watergate. No es rara su fascinación por los periodistas, el director y la editora del “Washington Post”, ya que Ramírez desembarcó en USA justo por el tiempo en que el Post acabó con la carrera del presidente Nixon. Decía otro presidente norteamericano, el tercero, Thomas Jefferson, que prefería periódicos sin gobierno a gobierno sin periódicos. La historia de su país ilustra que Jefferson no hablaba con la boca pequeña. El caso es que Pedro J regresó a los lares patrios con la idea, entre ceja y ceja, de llevarse por delante un gobierno. No lo consiguió, pero ha tenido notables cargas de profundidad contra ejecutivos socialistas y también populares. Aquí, con todo, es improbable por no decir inverosímil que un diario eche por tierra no ya un gobierno sino un modesto ayuntamiento. Es bastante más habitual que un gobierno acabe cerrando un periódico o la boca de quien lo conduce. A este respecto a Ramírez le cabe el honor de haber sido descabalgado por dos ejecutivos, el de Felipe González, cuyas presiones terminaron con su carrera de director de “Diario 16”, y el de Mariano Rajoy, que ha logrado descabezar al riojano al frente de “El Mundo”. Toda vez que este artículo tiene, figuradamente, algo de obituario se me permitirá que de acuerdo con las convenciones no hable mal del muerto, y eso que podrían escribirse muchas páginas con sus iniquidades. Creo que González, Felipe, que lo aborrece celebrará su caída, pero con más motivo lo hará González, Ignacio, presidente de la comunidad de Madrid, con quien mantenía una guerra abierta. Cospedal, Soraya, Montoro, el propio Mariano tienen un motivo para la tranquilidad. Si han terminado con un gigante como Pedro J que se vaya preparando la muchachada de “El Intermedio”, con  el gran Wyoming, que pueden tener cerrado el chiringuito según y cómo les aprieten las tuercas al jefe Lara. Un gobierno, y más en tiempo de crisis, cuenta con muchos resortes para la guerra sucia, con maneras diversas de hacer “ofertas” que no se pueden rechazar.

Lo mejor que se puede decir de Ramírez es que tiene un olfato formidable de periodista, aun más, de director, que con independencia de sus filias y sus fobias políticas ha repartido portadas incendiarias para todos. No es irrelevante que el diario que esté plantando cara al gobierno y sus desmanes sea el suyo, cuando lo lógico sería ver a “El País” en su papel. El cesado se estrenó como director de periódicos, en “Diario 16”, a los 28 años. Sin más interrupciones que los meses que tardó en sacar “El Mundo” ha ejercido de director durante 34 años. Puede que me equivoque, que no estoy bautizado en Delfos, pero puede que no, que algo va entendiendo uno de estos asuntos de papel: desde hace años vengo diciendo que “El Mundo” es impensable sin su director, que el día en que lo echaran, se fuera o se muriera, sería la condena del periódico. Sigo creyéndolo, porque para bien y para mal, Pedro J no es un director cualquiera, sino el muñidor absoluto de las páginas de su diario. Una presencia obsesiva e invasiva, cuyo desalojo dejará ver un gran vacío. Cuando lo echaron de “Diario 16” arrastró consigo un notable elenco profesional y en un tiempo récord puso en los quioscos su nuevo medio, en tanto agonizaba lentamente “Diario 16”. Las circunstancias nunca son iguales, tiene 25 años más y no sé cuántas ganas de librar batallas, pero parece que tiene comprada una cabecera, “El Universal”. Sería bonito que se repitiera la historia, pero  en todo caso tengo el convencimiento de que la salida de Pedro J Ramírez es el fin del “mundo”. Ah, si me permiten acabo con un chiste: me parece que Marhuenda no pasará por el trago de Ramírez.

16 Responses to “El fin del mundo”

  1. Jajajajajaja. El chiste del final es acertadísimo. Y estoy contigo. El personaje de Pedro José me parece, como decía González (el de Sevilla), inmundo y con una ética más que cuestionable. Pero no se puede negar que es un emprendedor y un enamorado de la profesión (según la entiende él, que es en un plan muy de conspirar y de “servirse” más que de “servir” al ciudadano). Eso sí, prefiero un Pedro José a mil “Gonzales” (sevillanos y madrileños, que lo mismo me da).

  2. Alá dice que antes de matar a un reptil hay que pedirle que se retire, si no obedece es lícito matarlo.

  3. Siempre me ha caído bien Pedro J. Es un sinvergüenza simpático, lo cual en un entorno de sinvergüenzas estirados y ásperos se agradece mucho. Además, juraría que es un ludópata, o por lo menos se comporta como tal: tiene, como los verdaderos ludópatas, más interés en seguir jugando que en ganar.

    Con todo, ha salido ganando casi siempre (no recuerdo ahora si le llegaron a cerrar la famosa piscina) y de algunas ha salido no sólo ganando sino convertido en un guarro respetadísimo, un pervertido de los nuestros, un vacilón que dió setenta cortes de mangas a los que fueron por lana.

    Lo de El Inmundo no era muy conocido (de hecho he sido yo quien lo ha publicado esta mañana en facebook, yo y no el Sr. Riesco, pero quien fue a hablar de la inmundicia tiene también mucho que callar. En cualquier caso, en el cenagal del poder hace mucho que no nos importa cuáles son los reptiles buenos y cuáles los malos. Todos tienen la misma mirada verdosa y oblícua y todos envenenan a conciencia, como manda su código genético.

    “Pedrojota” ha creado un periódico atrevido, divertido, profundamente sinvergüenza como el, deslenguado, viperino, picante, tramposo, disparatado muchas veces. Ahí han colaborado pelé y melé (incluso yo misma) y daba igual si Pelé o Melé decían unas barnbaridades que temblaba la galaxia (Sostres, sin ir muy lejos) o si al colaborador o colaboradora ocasionales no se les entendía una palabra. Tengo una muy querida amiga a la que durante un tiempo (poco) hicieron un hueco en las páginas de opinión porque tenía amores con un tío importante de esa sección. Como ya he dicho, ni los amores ni la carrera de mi amiga duraron gran cosa. Ella misma reconoce burlona que no entiende todavía como pudieron publicar sus artículos (cuando emplea esa palabra ella misma se descojona, y yo también, claro).

    En El Mundo publiqué mi primer reportaje de viajes (“Dakar, el gran tamarindo”). En El Mundo tuve buenísimos amigos, buenísimos momentos de lectura entretenida, de grandes sorpresas visuales (los directores de arte han sido y son la repera)… El Mundo ha significado el cachondeo editorilal, el guateque punk al que llegas desesperado y aburrido cuando sales de la catequésis. La catequésis es el otro, claro. El periódico bueno y santo en el que no te dejan escribir sin bragas.

  4. La introducción que hace Tirado de los primeros años de Pedro J lo describe bien y trataré de transmitir como ese perfil de periodismo total, con lo que tiene de equilibrio/ control del poder, nos atrajo como un imán a muchos de nuestra generación ¿O es que era más atractivo aquel gris Cebrián salido de la estructura franquista solo por dirigir ‘la Biblia del progre’?
    Estábamos aún en los 70, cuando yo le leía con fruición en su columna muy liberal del ‘Abc’ que mi padre me mandaba comprar cada domingo. Incisivo, crítico y fustigador de la entonces visible y potente extrema derecha. Unos años más tarde, ya arrastrado por ese periodismo de raza que habitaba en Diario 16, me integré en el equipo del suplemento semanal. Para mi, un pimpollo de 20 años en 3º de Periodismo, era un lujo la reunión de cada viernes con los Pedro J, Amestoy y los enormes reporteros Rojo y Múgica.
    Yo creo que trajo a España ese olfato de periodismo contrapoder e hizo de impulsor de jóvenes con talento para el reporterismo, la investigación y el periodismo en general. Los resultados fueron destacados: casos GAL, Roldán, AVE, Filesa y espionaje CESID. El cóctel Gal + Cesid le sirvió para retratar el gigantesco tamaño de sus enemigos, pero también el de su ego. La frustración de que sus watergates no derribaran aquel Gobierno debió ser insoportable. Coincido en su mérito emprendedor de buscar capitales para montar un periódico impulsado solo por periodistas -entrañable aquella estampa de Pedro J y Rojo en una moto moviéndose por Madrid con el proyecto bajo el brazo-, lo que impulsó la mejor versión de ‘El Mundo’. Su afán de confundir el periodismo con él mismo y de intervenir en la política hizo salir a su diario del camino simple de contar las historias que el poder no quiere ver publicadas para flotar en la irrealidad. Hay que acumular mucho ego y rencores para levantar una realidad paralela como la del 11M y mantenerla a viento y marea. Y como esa, otras más. Ya en los últimos años, acorralado por las deudas y los grupos de intereses, habrá que ver cuantos cadáveres de inocentes habrán quedado en el camino con el pretexto del periodismo de investigación.

  5. Nunca he compartido ni una sola idea con Pedro J. Pero lamento el dolor personal que pueda producirle su cese como director del periódico. Yo sé cómo duele.

  6. Muy bien tu análisis Juan Antonio. Has descrito muy bien al Hearst Ibérico.

  7. No se si existirá en el planeta periodístico alguien con quien yo no comparta “ni una sola idea”. Pedrojota parecía haber visto demasiadas películas americanas de periodistas, y en alguna se quedó, ensimismado y exultante de entusiasmo infantil. Podía haberse dedicado al show-bizz, o haberse convertido en el Larry King ibérico (más Larry King que Hearst, aunque también tenía mucho de Heart) si le hubieran acompañado la voz y cierto sex-appeal, del que carecía.

    ¿Por qué todo el mundo habla -hablará- hablaremos- de él en pasado?

  8. Muy bueno… ameno y muy clarito. Y en principio certero, aunque tu de tales entresijos y corruptelas profesionales sabes mas que yo, que de hecho no sé nada.

  9. Es un día negro para el periodismo, la democracia, la libertad y la verdad. Suscribo tus palabras: es el fin del mundo.

  10. Hombre, Antonio… ¡Tranquilidad! La democracia, la libertad y la verdad no son de nadie, sino de sí mismas. A los demás nos toca cortejarlas y enamorarlas. A veces con éxito y a veces no.

  11. He padecido en mis carnes 2 destituciones del PSOE y 1 del PP (y luego el olvido) por perseguir esos principios esenciales del periodismo. Pedro J. Se ha divertido como nadie. Pero de ahora en adelante nadie atacará al poder. A los poderes. La mediocridad se instalará en nuestras vidas y en nuestros corazones. El mundo ha terminado… La independencia tenía un precio.

  12. No se si será así de trágico, Antonio, pero sí creo que Pedro J. es insustituible. Los mejores golfos son necesarios. El poder necesita decaro, descaro del mejor. Eso era el… (Que digo que por qué no va a seguir siendo eso, allá donde vaya?)

  13. No sé quién inventó la chorrada “perro no como carne de perro” pero si algo demuestra el oficio mediático es el placer que tiene los periodistas en atacarse mutuamente.

  14. Interesante la columna de Enric González hoy en El Mundo. Rescato el final del artículo: “El hombre que dirige este periódico es un periodista extraordinario. A veces contradictorio e incoherente, mucho más interesado en vender diarios que en dar ejemplo de comportamiento ético, obstinado en la investigación incluso cuando yerra (como en la mayor parte del 11-M), mucho más fiel a la libertad que al orden. Se va al domingo. Como dijo Enlai, es demasiado pronto para valorar el acontecimiento. Pero en algún momento habrá que hacerlo, y decidir en consecuencia”. Atentos, a la última frase.

  15. Soy optimista xq no me parece práctico ser otra cosa (WC). Pedro Jota es más rico (se ha llevado los veinte, como con la reforma laboral) y está más cabreado. Oh flora intestinal, otro House of Cards.

  16. Qué manera de escribir. Por Dios. Es usted más antiguo que una lápida. Lo mismo que sus reportajes.

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