La dama boba. Una colaboración especial de Pilar Pineda

Hollande y la ya ex primera dama Valérie

Hollande y la ya ex primera dama Valérie

¡Tu lo que tienes que hacer es mandar, Paco, mandar! Ni la propia Carmen Franco hubiera podido ajustar esa mirada de rata con tanta precisión como lo hizo en Dragón Rapide la barcelonesa Vicy Peña, espléndida en su papel de dictadora consorte. Más recientemente (a las órdenes de Agustí Villaronga) y más perfeccionados aún los agudos y el latido de la vena, Ana Torrent y Julieta Cardinali, Carmen Franco y Eva Perón, respectivamente, compusieron el bordado absoluto de las first ladies caníbales: con mejor resultado todavía la segunda que la primera (y mira que la primera estuvo fantástica). Esas son las que molan, porque las que no se enteran, o no se atreven, se quedan ahí con el ramo y la sonrisa digital, esperando que se las lleve el alcohol, un chulo del tenis a tropecientos la hora o esa larga enfermedad que al principio solo parecía un noviazgo feliz y prometedor. La primera dama-canibal, en cambio, es dura como un marine y no va a dudar en  zamparse a su marido y escupir a continuación los huesecillos.

Sin cámaras y sin paparazzi metidos debajo de la cama, poco podemos decir de Abigail Jackson, Mary Todd o Eleanor Roosevelt. Las crónicas cuentan que fue Abigail Adams, esposa y madre de presidentes (John y J.Quincy Adams, respectivamente) la que acuñó, o propició que los demás adoptaran, el término “primera dama”. Abigail Adams era ilustrada e influyente, y de su ardor epistolar salieron magníficos documentos sobre la vida social, cultural y política de su país y de su época. Una especie de Hillary o de Michelle dieciochesca en las turbulentas aguas de la Revolución Americana. Una que mantuvo el tipo, en cualquier caso, porque no de todas se puede decir lo mismo. Manirrotas, alcohólicas, depresivas, ignorantes, vulgares… Desgraciadas, al fin.

Si las paredes de la Casa Blanca pudieran hablar, nos contarían lo solas e incomprendidas que vivieron muchas en esa zona de sombra de la

Jackie Kennedy

Jackie Kennedy

que se supone no deben salir. Betty, Tricia, Claudia “Bird”, Nancy, Bárbara… La única americana que de verdad sacó los pies del tiesto fue aquella primera dama canadiense sin sujetador que se tiraba a Mick Jagger, o sea, una mutante desembarcada en el amor libre a través del pacifismo y la no proliferación. Hizo bien Margaret Trudeau en hacerselo con el famoseo del rock y el lujo, porque al muermo de la política nacional canadiense sólo le ganaba el muermo mayor de ser la mujer del primer ministro; o sea, la capitana del primer jardín de infancia para adultos del planeta.

O no se saben vestir (paradigma mundial, esa señora de Zapatero en zapatillas en una boda real); o no saben llevar los cuernos con dignidad (Jackie lo intentaba, pero tanto abundaban y tanto tiempo los soportó, que ni cuando los sesos del adúltero volaron por encima del Chanel, le cambió demasiado la cara); o se deprimen cuando el marido no se ha molestado en serlo y te deja en manos del Prozac, o como se llame la versión francesa (ver las desgracias de la señora no-señora Hollande)…

Que los caballeros presidentes deberían preferirlas guapas y calladas, es algo que figura en el párrafo primero del capítulo primero de “Cómo elegir primera dama florero y no dar el cante como lo dan algunos”, probable best-seller de servidora cuando tenga un rato y se decida a terminarlo. Los caballeros de la tabla redonda del poder saben muy bien eso de la gran mujer tras el gran hombre, pero cuando el poder les pilla desprevenidos y sin esa gran mujer que sentar en las grandes mesas, el que más y el que menos se conforma con la muchacha mona que ayudaba en las campañas primero y se vistió de novia después. Y así les va.

Ser primera dama tiene todos los inconvenientes de la fama y ninguna de sus ventajas. Si eres gorda y tienes aspecto de leñadora-granjera, como Nina Kruschcheva (señora de Jruschov) más vale que no salgas del Kremlim porque la historia te recordará de esa guisa para siempre. Si has salido del cine porno, o lo parece, como Verónica Lario (ex – señora de Berlusconi), no te pases con el botox  y tápate un poco esa delantera XXL que te ha dado Dios. Si lo tuyo es el easy-living y el “ya me peinaré luego, que tengo que dar de mamar al nene”, no abras la puerta de Downing Street cuando lo que hay detrás es un ejército de fotógrafos (Cherie Blair). Y en ese plan, que diría Umbral.

 

 

 

17 Responses to “La dama boba. Una colaboración especial de Pilar Pineda”

  1. Pilar, cada cosa se puede medir por medio de otra cosa, pero fuera de las cosas no hay medida alguna, así, cada magnitud es infinitamente grande e infinitamente pequeña al mismo tiempo. Y así, creo que las cosas que cuentas son, o están, infinitamente perdidas en la nube. “Cuando las comparaciones arriesgadas no son la prueba de la malicia de un escritor, son la prueba de que su imaginación está agotada”, dijo alguien.

  2. ¿Sabes quién lo dijo?

  3. La particular misoginia de mi socia, así, sin pulir, bruta como un campeonato de levantamiento de piedras, acabará con su buena reputación. Le he dicho muchas veces que debería gastar un carácter más “charmante” con sus congéneres, menos bélico. Pero hay asuntos que sólo le ponen cuerpo de intifada y así, a pedrada limpia, es como se siente feliz el alborotado interior de mi comadre. No se entretiene en odiar a las mujeres objeto, guerra trillada y sin estímulos, sino que odia fronalmente a las sujetas, muy sujetas a nombre y apellidos. Con posición y maridos, con asistentes, masajistas, monitores, intendentes, personal shoppers, secretarios/as, administradores, peluqueros/as, dietistas, preparadores… Las odia a todas, pero a esas más.

    Y anda que se le puede decir algo…

  4. Es un aforismo de Niezsche (no lo mencioné por no parecer pedante) y es algo más largo: “Cuando las comparaciones arriesgadas no son la prueba de la malicia de un escritor, son la prueba de que su imaginación está agotada. Pero en todo caso, demuestran su mal gusto”.

  5. “Cosas perdidas en la nube, imaginación agotada y mal gusto”… Tenía pensado acercarme a Torremolinos e invitarte a una rondita (en una de estas que voy a Leroy Merlin, por asuntillos de la casa) pero ese varapalo me ha quitado las ganas. Me beberé yo sola to que pensaba compartir contigo.

    Y me pregunto: ¿Por qué recurrir a una cita de Niezsche¿ ¿No se te ocurría nada de tu cosecha?

  6. Me parece que en un artículo sobre cadáveres alguien tiene que insuflarles vida y eso es lo que hace Pilar Pineda,gracia a su prosa estas mujeres me parecen un poco mas interesantes.
    Todas ellas pagaron el precio del poder,que es aguantar lo inaguantable,también lo hacen muchas en la vida diaria y por un sueldo,esas son el precio del comer.
    Pobrecitas…:-)

  7. Pero Ms Pilar,
    Entiéndame bien, no quiero ser insensible. Todo esto está muy bien. Privadas de la vida cuando todo (Él) lo tenían. Sean por causa de JFK & Marilyn y cien mil, Rainiero vs Kelly, agustico la Polo y la Krusheva… No le veo yo a usted crear un Príncipe y con los años afearle con el ande vassss alfonso doce!!
    Pero con lo bien que Vd escribe y comunica, my Lady Pineda, Hábleme de Vd, ¡Lo que realmente quiero saber es cómo le va con el ruso! 😉 y cómo es él.
    With Love

  8. Hay un dato que merece la pena no olvidar. A la Trierweiler le pusieron en fotos a la vista de todo el mundo las pruebas de la infidelidad de su marido. Es lo que ha precipitado este pequeño drama político-sentimental.
    Ninguna otra ‘primera dama’ (para seguir con la fórmula) tuvo que lidiar con ello tan abiertamente.
    Si no se hubiesen publicado las fotos, dudo que la ruptura se hubiera producido mientras Hollande estuviera en el Elíseo, que va a ser hasta 2017. Tampoco es mucho.

  9. Querido Luna, ¿qué razones tendría yo para “crear un príncipe” y luego reprocharle nada.

    La inquina que subyace en lo que ecribo es que, si lo miramos bien, esa breve lista de señoras es un insulto a la razón, a los valores elementales del mundo moderno. Creo en la meritocracia, firme y decididamente, y por eso es justo que hombres o mujeres de cualquier condición social, si demuestran que lo merecen -y lo demuestran la democracia y los votos- puedan gobernar naciones (de la misma forma que pueden dirigir empresas, ejércitos, etc.) Pero ¿qué coño han hecho las consortes, aparte de casarse con o ligarse al mandatario de turno?

    Analicémoslo bien, no han hecho nada, ni ganado nada, ni demostrado nada, y de la noche a la mañana, porque hay que buscarles una ocupación, se las ve absurdamente imvolucradas en misiones de paz, en tareas de diplomacia internacional, de mecenazgo (caridad, para enternos), de relaciones públicas… Tienen presupuestos millonarios, presupuestos del erario público, por cierto (no quiero señalar) y gastos representativos de vértigo. Viven gratis, visten gratis, viajan gratis, se permiten todo tipo de caprichos… Y sólo porque se casaron con la persona adecuada (que sí ha hecho méritos, se supone, para alcanzar ese estátus). ¿Cömo es posible que el mundo siga aceptando esa estupidez como si fuera normal?

    Si el insípido de Hollande va a ser el primer Presidente single de la historia, pues óle sus huevos, que no tiene pinta de tener muchos. Como señala Im, si no llega a ser por las fotos, la “Señora Hollande” (encima ni eso) hubiera seguido a su rollito, yendo, viniendo, saludando y chupando del bote.

    Puesto que me pregunta Vd. por el ruso (el idioma) y se despide hablando de amor, creo que le debo otro post más personal y menos reivindicativo.

    Best personal regards

  10. Una pena, luna, porque sabía bastante ruso (que estudiaba en Alicante) pero el traslado ha Málaga ha significado, lógicamente, que lo abandone temporalmente. Espero continuar lo antes posible.

    También es una pena haber dedicado mi vida a cosas que decian los tiempos que tenía que hacer (mis tiempos) y no haberla dedicado a lo que los tiempos de mi madre le prescribieron a ella: Un hogar, unos hijos, una vida feliz, sin la más mínima ambición personal, en un territorio pequeño y querido ¡Ay, aquella casa!

  11. “HA Málaga”… ¡aaaggghhhhhh

  12. Vis. Dicen que a todo Awsterlistz le sigue su Waterloo. Bien. La antillana escapó a la guillotina, fue invencible en Awsterlistz y ya imbatible en Waterloo. La vida es breve, identifique al consorte. La France, L`Armèe, Josephine.
    No le conozco ni a usted ni a su circunstancia, salvo lo que aquí se escribe. Que ya es mucho. Que Vd. está llena de personajes con verdad. Que Vd. hace casa en su aposento. Dese un tiempo Pilar Pineda. Mire a los de Torremolinos y trate de contenerse.
    El Sur es nostalgia… si la vida es resistir. Давай!

  13. Ella baila sola

  14. Y el último tango, en Málaga.

  15. Pido disculpas, porque lo que viene a continuación nada tiene que ver con el artículo que firno (o si). Pero es que estoy leyendo y me pregunto:¿Este hijodeputa de Emanuel Kant… de qué me conocía?

    “El carácter sanguíneo tiene predominante sensibilidad para lo bello. Sus alegrías son, por tanto, rientes y vivas. Si no está alegre, es que se halla disgustado. Conoce poco la calma satisfecha. La variedad es bella, y el gusta del cambio. Busca la alegría en sí mismo y en torno suyo. Regociza a los demás y su compañía es grata. Comparte fácilmente el estado moral ajeno. La alegría de los otros le contenta y el dolor le enternece. Su sentimiento moral es bello, pero sin principios, y obedece siempre a las impresiones momentáneas que los objetos en el producen. Es amigo de todos los hombres, o, lo que es lo mismo, nunca propiamente un amigo, aunque sea de verdad bondadoso y benévolo. No finge. Hoy os tratará con su afecto y cortesía peculiares. Mañana, si estáis enfermos u os sobreviene una desgracia mostrará su interés verdadero, no hipócrita. Pero se escurrirá suavemente hasta que las circunstancias hayan pasado. Nunca debe ser juez. Las leyes son para él, comunmente, demasiado rígidas, y se deja sobornar por las lágrimas. Es un tipo curioso: nunca completamente bueno y nunca completamente malo. Comete excesos y es vicioso más por complacencia que por inclinación. Es liberal y benéfico, pero lleva mal la cuenta de lo que debe, porque si es muy sensible para el bien, lo es muy poco para la justicia. Nadie tiene tan buena opinión de su propio corazón como el. Aunque no le estiméis mucho, no podéis menos de amarle. El mayor peligro de su carácter es caer en lo frívolo, y entonces es alocado e infantil. Si la edad no disminuye acaso la vivacidad o le infunde más juicio, está en peligro de en convertirse en un viejo verde”.

    (Lo bello y lo sublime)

  16. Muy largo, aburrido y…vanidoso. “La vanidad solicita el aplauso, es volandera y tornadiza, pero su conducta externa es cortés… Lo bello es lo que deleita sin conceptos” (E. Kant, “Lo bello y lo sublime”).

  17. Largo quizás, pero aburrido no creo. En cualquier caso, no es mío sino del maestro.

    Y en cuanto a la vanidad, descubrí que me gobernaba hace mucho tiempo. Pero, puesto que si no puedes vencerlo, te debes unir a ello, la saboreo y la disfruto.

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