La república de Felipe

Felipe y LetiziaLo sorprendente de las disputas de estos días entre monarquía y república es que muchos de los partidarios de la continuidad monárquica suelen hacerlo desde la racionalidad de considerar que el problema de España ahora mismo no está en la forma de Estado y que Felipe VI se presenta como un hombre con cualidades suficientes para ejercer ese poder representativo, mientras que la mayor parte de los republicanos, o al menos los que más se hacen ver y oír, defienden la república desde una posición hasta cierto punto mística. He aquí, pues, la paradoja de unos “monárquicos” pragmáticos y posibilistas, frente a unos “republicanos” que se atienen a mandatos emocionales, en último extremo irracionales. Una monarquía racional y una república mística representan el oxímoron perfecto. A mi entender la monarquía está tan fuera de la lógica del tiempo que solo puede existir a través de un importante consenso y siempre que extreme su transparencia, ejemplaridad y funcionalidad. Y aun así no veo una continuidad ni una legitimación monárquica, en su estricto sentido, en ningún supuesto, ni aun en el caso de que se celebrara un referéndum y como parece muy probable ganasen sus partidarios frente a los de la república. Soy el primero que no está dispuesto a apostar por la continuidad de Felipe si este nos sale “rana” o incompetente. No va con la lógica del tiempo aguantar veinte, treinta o cuarenta años a un señor incapaz o corrupto o lelo, a quien nadie ha elegido. Gran Bretaña tiene una tradición verdaderamente monárquica, de monarquía sinónimo de democracia, y quizás pueda soportar a un rey inepto, aquí me parece que eso no es posible. Por tanto, Felipe es, en cierto y otra vez paradójico modo, un rey republicano, en el sentido de que no tiene garantizado el cargo y solo se hará acreedor a la continuidad en tanto la mayoría del pueblo entienda que es valioso. Naturalmente que es posible hacer un referéndum y que se hará y posiblemente sin tardar demasiado y que el propio rey quizás sea el principal interesado en ello, pero eso no quiere decir que haya que hacerlo en este momento exacto del cuento, porque la Constitución no obliga a tal cosa y hay otros lobos aullando detrás de la casa y la canción del “derecho a decidir”, la misma que se oye como el llover en el caso catalán, es obvia en una democracia directa, pero diferida en una democracia representativa, que es la que tenemos.

Existen distintos equívocos sobre la república. Uno es hacerla sinónimo de democracia, en consonancia con lo ocurrido en 1931. Entonces existía tal correspondencia, hoy no. Me parece que muchos de los que piensan en la república suelen hacerlo figurándose una república presidencialista, que esté a la par o incluso por encima del poder ejecutivo, a la francesa tal vez. Pero eso sería cambiar el orden político devenido de la transición y en mi opinión sus resultados prácticos serían muy dudosos. En la práctica ese cambio sería más significativo que el de monarquía república. En el caso de que la jefatura del Estado republicana la encarnara un presidente con similares poderes al rey, para ese viaje tal vez no necesitaríamos alforjas, ya que podría ser elegido, como en Alemania, por el Parlamento o aun siéndolo en sufragio directo sería para un poder poco fáctico, en la práctica simbólico. En esa coyuntura, y por lo que a mí respecta, entre un hombre como Felipe, instruido desde su infancia para su cometido, con una buena formación intelectual, desenvoltura idiomática y un respeto ganado en muchos países, como continuador de la obra de don Juan Carlos, y cualquiera de los prohombres y “promujeres” de nuestro patio político creo que no merece la pena el riesgo de cambiar las reglas del juego. No es esa la urgencia política de España. A mí ni la república ni la monarquía me despiertan la libido. Si partiéramos de cero sería republicano por puro sentido natural, pero no partimos de cero, vivimos en un tiempo, una circunstancia y una realidad determinados con suficientes problemas como para extremar el debate entre galgos y podencos, aunque hay que reconocer que esa ha sido frecuentemente la deriva histórica de España: pelear sobre fruslerías y olvidar lo sustantivo.

26 Responses to “La república de Felipe”

  1. Lo viejo o lo nuevo. El pasado o el porvenir. La memoria o el olvido. Unas pocas semanas y el debate entre Monarquía o República quedará diluido como un azucarillo, mientras sus majestades los Reyes remueven la taza del té de las cinco -hay que modernizarse también en esto- buscando una respuesta imposible en los posos del café. Arquetipos decorados de modernidad para una España que a fuerza de ser profunda ha tocado fondo y se ha visto obligada a dar un triple salto en este circo que hemos levantado entre todos. No me molesta el debate entre República y Monarquía, no me asustan las palabras ni los conceptos que sostienen con ventilación asistida a esta maltrecha democracia. Me preocupan los asistentes que se agolpan frente al espectáculo dejándose llevar por la inercia del momento histórico. Me inquietan quienes siguen ensayando la misma actuación perversa entre bambalinas mientras, ahí fuera, la función cambia de colorido con tal de mantener una buena entrada. Me inspira tristeza que cuando el espectáculo toca a su fin nos quedemos en los rostros sonrientes de los artistas y que sea el espejo el único testigo de como el maquillaje desaparece cada noche bajo el mismo paño húmedo del siguiente día. Esta penúltima función hemos tenido suerte. El nuevo Rey está sobradamente preparado, y ha incorporado un ordenador portátil en su despacho oficial. Estoy mucho más tranquilo. Tampoco supe qué decirle al cliente americano que pasó ayer tarde por la carpintería. Al preguntarle qué opinaba él sobre la Monarquía o la República me dejó a cuadros. “Puesto que hay palacios -dijo- lo mejor es que no estén vacíos”.

  2. Juan, es tan bueno y tan, tan necesario, que deberías sacarlo de “Alicia” y darle aire, mucho aire. Es buenísimo, y no estoy hablando de literatura ni de articulismo.

  3. Me parece muy bueno tu articulo amigo… pero permiteme te diga que a mi entender el tema de Monarquía o República, y sobre todo en España, no es ninguna fruslería por cuestiones más que obvias.

  4. El no dice que sea una fruslería, sino por qué ahora no parece conveniente mover los cimientos. Pero en fin, dice eso y mucho más, porque los puntos de fuga de J.A. son múltiples y las miradas sobre este texto sencillo y perfecto también deberían serlo.

  5. Felipe VI deberá ganarse ahora el respeto de los españoles como Don Juan Carlos hizo la noche del golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. La memoria es frágil, pero aquella larga noche hubo miedo, mucho miedo entre la gente. El rojerío acudió a refugiarse a las casas de familiares o amigos sin carnet de partido político o que habían seguido el tópico y reiterado consejo de “no te metas en política”, a las viviendas de personas ajenas a las sospechas de algunos policías y de los militares aún adictos al viejo régimen. El reto de Felipe VI es descomunal en una España diferente a la que heredó Don Juan Carlos, pero también dificilísima. Porque España nunca es fácil, y por eso obsesionó a don Miguel de Unamuno, a Ramiro de Maeztu o a Ortega y Gasset. Don Felipe afronta numerosos desafíos, muy complicados, pero tal vez el más grave sea el planteado por el soberanismo catalán. La ceremonia de proclamación del nuevo Rey se impregnó el jueves de contenido histórico y sobriedad. Una parte del país enarbola la bandera republicana, pero Felipe VI merece un margen de confianza. Su éxito sería el de España, el de todos.

  6. Por qué no hablas de literatura? La literatura lo es todo!!

  7. Porque la literatura es al gin tonic lo que la normativa al bicarbonato. Y esto que escribe JA, es normativa pura, preceptos…. Deberían estudiarse este y otros artículos igual de buenos en los colegios de secundaria. Y encima es un texto apetecible, está rico y entra bien (para ser bicarbonato)

  8. Lo siento, me he perdido.

  9. Veréis: aquí lo sustantivo va por desgracia indisolublemente unido a la institución monárquica por cuestiones históricas y presuntas corruptelas que no son moco de pavo, mientras tanto hay gente que pasa hambre física, niños que no se nutren como debieran, gente que no llega a final de mes, destrucción sistemática del estado del bienestar, eliminación paulatina de la clase media que es la clase lubricante….. en fin que os voy a contar.. y princesas niñas que cobran mas que cuatro familias por hacer 0 al mes y por derecho de herencia; esto no es ético ni moral y desgraciadamente va unido a la monarquía…, pero entiendo que hay gente que todavía vive muy bien…

  10. La jefatura del Estado debe estar unida a la imparcialidad absoluta. Eso sólo puede garantizarlo la Corona, puesto que el presidente de la República tendría que pertenecer necesariamente a uno de los dos grandes partidos. Además: sería más cara, puesto que cada 4 años se elegiría a un presidente nuevo…con su familia, amigos, intereses. Es mejor, por razones prácticas, una Jefatura vitalicia. La Monarquía ha sido la forma de regirse de nuestro país desde el año 415 de nuestra era. Otras formas de gobierno, como la dictadura y las efímeras repúblicas, han supuesto para España más problemas que soluciones a los intereses del pueblo.
    Nada de esto va en contra de la afirmación lúcida del amigo TIRADO: ‘He aquí, pues, la paradoja de unos “monárquicos” pragmáticos y posibilistas, frente a unos “republicanos” que se atienen a mandatos emocionales, en último extremo irracionales’.

  11. Una se pone pedante y pasa lo que pasa… Intentaba yo defender el contenido en este artículo frente a la forma, que suele ser la gran tirana de la literatura. El joven Nieto Jurado cultiva entusiasta lo segundo y pone menos celo en lo primero, mientras que Tirado, que ya tiene galones y hace lo que le da la gana, se ha ido en este texto niquelao a por la sustancia. Y encima la forma, sobresaliente.

    Lo dicho, pedante

  12. El pedante es Nieto, tranquila.
    ¿La literatura es todo?¡joder!

  13. De todas las oportunas reflexiones del uno (y de otros) me quedo con esa que dice “a mí ni la república ni la monarquía me despiertan la libido”. A mí tampoco. Tan falto de interés como telenovela mejicana o melodrama portugués. Escucho lo mismo: es un tipo muy bien preparado. Esto tiene historia: en los siglos X y XI se introdujo la costumbre, que tuvo fuerza de ley en Francia, Alemania e Inglaterra, de perdonar de la horca a los criminales que sabían leer. ¡Tan útil creyeron que era para el Estado tener erudición! Guillermo el Bastardo, conquistador de Inglaterra, introdujo en esa nación tal costumbre, que se llamó beneficio de clerecía. Por mí que aspiren y logren la gloria de las cucarachas (buen tono el de Solyloqio).

  14. Eso sospechaba yo, pero me agrada encontrar aquí a un supporter tan autorizado. Debo volver al Croacia-Méjico, a la vera del apuesto Rafa Márquez. Descansen ustedes.

  15. -¡Oh Prometeo tráeme la luz!

  16. A la atención del señor Ruiz Ariza:

    La realidad se puede ver y se ve desde diversos prismas, y no todo es tan terrible como usted pinta, pero ciertamente lo que dice y le cito es verdad: “hay gente que pasa hambre física, niños que no se nutren como debieran, gente que no llega a final de mes, destrucción sistemática del estado del bienestar, eliminación paulatina de la clase media que es la clase lubricante… ” Ahora bien, mi pregunta es: “¿Ese estado de cosas lo resolvería la República? ¿En base a qué criterios y presupuestos? ¿República presidencialista o república testimonial? ¿República de derechas, de centro, de izquierdas? Tal y como está el patio lo más lógico es que nos inclináramos a una república presidida por Aznar, Cañete o por un estilo. Como mucho podría pensarse en un Felipe González o un Almunia. ¿No me irá usted a decir que imagina a Pablo Iglesias como presidente de la República? Al menos no a través de los votos… De modo que la demagogia o la ensoñación está bien, pero la realidad es terca. Tengo buen día.

  17. La escritura a veces no aclara las cosas. Del razonamiento del General Rodrigo sólo me interesa si nos dice que tiene un buen día, de lo que me alegro muchísimo, o que a Ruiz Ariza le desea que tenga un buen día. Considero que esa duda, que ha quedado en el aire sin resolver, resulta mucho más interesante que todo el debate Monarquía-República. Para que quede claro: Que tengan todos ustedes un buen día. Aunque eso de que tenga un buen día no sé de dónde viene. Antes se decía simplemente buenos días. Buen día, insisto, para todos, dicho así, con sencillez, y sinceridad.

  18. (…) Además, yo responsabilizo directamente al debate Monarquía-República del desastre que ha sufrido la Selección Española en el Mundial de Brasil. La Roja tiene una idea del fútbol, mientras en España falta una idea de país. Si miramos la historia, los mayores fracasos de la Selección se han producido en épocas políticamente convulsas para España. La Selección no se clasificó para los Mundiales de 1970 y 1974, los últimos en los que no estuvo presente, época que coincidió con la decadencia del Régimen, la muerte de Franco, la restauración de la Monarquía, la incipiente democracia, la escalada terrorista de ETA y los primeros momentos de la Transición. España contaba en aquellos años con futbolistas extraordinarios, como Gárate, Miguel Reina, Amancio, Luis Aragonés, Violeta o Del Bosque, y otros muchos, que vieron pasar su carrera casi ajena a los Mundiales.La Selección, pues, no ha sido nunca ajena a las circunstancias institucionales y políticas del país. Pero La Roja, con sus triunfos, ganadora de una Eurocopa, un Mundial y otra Eurocopa, sí ha contribuido a cohesionar el país y dar uniformidad a la bandera. Ahora la Roja vive un momento de extrema fragilidad tras las humillantes derrotas frente a Holanda y Chile y su prematuura eliminación del Mundial. En Brasil han irrumpido nuevos héroes. Como los alemanes Muller y Kroos. O Neymar. Alemania ha mostrado un fútbol superlativo, Holanda se parece a la naranja mecánica, y Brasil ha unido a su talento una forma eficaz de juego. Del Bosque lo ha dicho: “Ni somos salvadores de la patria, ni pisoteamos la bandera”. Pues eso. A La Roja la han eliminado entre Don Juan Carlos y Pablo Iglesias. Que tengan un buen día.

  19. Yo la pregunta que me hago es… Parece que hay dos tipos de sistemas: monarquía o república. ¿Qué tipo de república están reclamando? ¿La de EEUU o Venezuela, en la que el presidente es casi todopoderoso? ¿La de Francia o Rusia, en la que si no coincide el signo político es un problema, y que cuando no es un problema es porque coinciden o porque uno de los dos es de paja? ¿Como en Alemania? ¿Como en Italia?

    Hablar de república es como hablar de pan. No queremos tostadas, queremos pan. pero aclaran si queremos pan de cereales, caliente, frío, recién hecho, del que no se pasa…

    ¿Qué poderes debería tener el presidente de la república? ¿Los mismos que Felipe? ¿Menos? ¿Más? ¿Costaría más dinero? ¿Menos? ¿Quién nos asegura que la gente elegiría a una persona más inteligente o educada para el cargo que Felipe?

    República es no decir nada. Sabemos quién es la monarquía, qué es y cuáles son sus funciones. O más o menos. Antes de hablar de república deberíamos preguntarnos de qué república nos están hablando. Con qué poderes.

  20. La pregunta que me gusta, cada uno tiene la suya, es ¿República para qué? Para recibir por fin, digo yo, esa confirmación de modernidad que la monarquía nos escatima, porque tener reyes y nobleza es una cosa antigua, como de películas de época. Además, y eso suena muy razonable, no tiene sentido fiar las virtudes de una persona a su adn y dejar a esa persona un puestazo tan bien pagado y con tantas ventajas, con lo difícil que está el trabajo (algunos inconvenientes también tiene el cargo, seamos sinceros).

    Confiar en Felipe de Borbón es, así pues, tan injusto como darle horas de televisión a Isabel Pantoja Jr. (no se sabe que haya hecho más méritos que los de ser hija de quien es) o a la ciudadana Gloria Camila Ortega, en su mismo caso. Por poner ejemplos, vaya, sin ningún ánimo. Llevo toda mi vida viendo cómo hijos y familiares de gente importante y famosa se benefician de su apellido y se colocan en la pole de las ventajas sólo porque sí, en cualquier caso, antes de demostrar si valen o no. La gente acepta que el entorno en el que el alevín o alevina se criaron garantiza su buena educación y desparpajo, su saber estar, su desenvolverse eficazmente en circunstancias adversas, su destreza con el lobby, sus recursos… También acepta que los amigos (incluso los enemigos) del padre o madre importantes harán el resto, es decir, terminarán de consolidar la carrera del debutante sea la que sea, y contribuirán a su éxito personal y profesional. Yo agradezco el entusiasmo del pueblo llano por esa otra monarquía hereditaria del famoseo, porque el derecho adquirido por herencia nos garantiza cantantes, presentadores, DJ’s, modelos, misses y actores/actrices solventes y competentes, mientras que otras opciones nos habrían obligado a crear nuevos planes de estudio y a convocar oposiciones y/o referendums (se dice referenda) para cubrir todas esas funciones. De haber prosperado esa modernidad in extremis de nuestros modernidad republicana, No existirían, pensémoslo bien, ni Fonsi Nieto, ni Enrique Iglesias, ni Rosario Flores o Lolita, ni los mencionados Pantojas y Pantojos, ni Terelu Campos, ni Julio Aparicio Díaz, ni Fran Rivera, ni tantos. Los fanáticos de la república, que también deben de serlo de la igualdad de oportunidades, deberían convocar un referendum para votar si queremos o no que se aparte a todos estos privilegiados (búsquese el sentido latino de la palabra privilegio, que significa ley restrictiva y privada) de la vida pública y sobre todo de la televisión pública, que bastante tiene ya. Así las cosas, creo que ni Pablo Iglesias debería llamarse Pablo Iglesias, porque esa proximidad nominal y casual con el padre del socialismo le da una sospechosa ventaja de cara a su carrera, que como sabemos no es otra que la de ser más Pablo Iglasias que nadie. Porque como un nuevo Enrique Iglesias elegido por sufragio no le veo.

  21. Lo bueno, si breve… aprendí. A veces se me olvida.

  22. El razonamiento de Pilar Pineda debiera ser llevado a los frontispicios de los templos griegos. ¡Qué lucidez, que facundia, que clarividencia e inteligente análisis! Nunca la falta de talento había alcanzado tan altas cotas. Como el rey al déspota venezolano cabría decir: ‘¿Por qué no te callas…?’.

  23. ¿Y que nadie preste su palabra en honor de S.M., La Legítima, nuestra Reina Elena I de España? Que por ser primogénita de Don Juan Carlos I habría de heredar el trono. Y cuyo delito al nacer es el de ser mujer en un país sálico.
    Diremos que somos pocos, contra un país de guiris, si este país no ha olvidado su historia, los que recordemos nuestro sentir en la legitimidad en la línea de sucesión dinástica que le corresponde al Príncipe Don Froilán.

  24. El “rey republicano” es una contradicción en el término. La república siempre será más democrática que la monarquía, por el principio de representación.Esa cantinela de que hay repúblicas dictatoriales y monarquías democráticas y que la contradicción es entre dictadura o democracia, la inventó el “estalinista” Carrillo para hacernos comulgar con la rueda de molino de la aceptación de la bandera monárquica durante la transición. Y así le fue al PCE que pasó de ser “el Partido” ,durante la dictadura, a ser un grupo casi marginal en la democracia.Lo siento querido amigo pero la monarquía fue una imposición del régimen franquista que luego entró a formar parte del “paquete” constitucional a modo de “trágala”.Nunca hemos podido pronunciarnos los electores. Ahora hubiese sido posible a través del art. 92 de la Constitución, referéndum no vinculante, como se llevó a cabo con ocasión de la entrada de España en la OTAN. Es posible legalmente conocer la opinión de los españoles,otra cosa es que los catalanes, en exclusiva, voten por la autodeterminación, rompiendo la soberanía nacional que es única. y lo más grave para mí es el art. 56.3 de la carta magna que establece la irresponsabilidad de la persona del rey.Es anacrónico en el derecho comparado europeo, solo responde a la herencia dictatorial recibida.

  25. Felipe acabará siendo ese rey en bicicleta que sale a tirar la basura. El mundo entero, la franja hipster especialmente, nos envidiará.

  26. Dicen también que este verano se irá de vacaciones a Agua Amarga, al chalet de un sueco adinerado que lo cede gratuitamente a príncipes y reyes buenos y enrollaos (ya han estado allí Máxima y Cía. y la familia real sueca (como era lógico). También otros aristócratas sencillos, de los que llevan a los niños subidos a hombros y les compran un Frigopié.

    Así las cosas, les veremos haciendo cola en esas fuentecillas playeras donde uno se enjuaga los pies y las chanclas.

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