El país de Alicia

Javier Cercas

Javier Cercas, uno de los grandes novelistas españoles del momento, no escribe novelas. “El impostor” se reclama como novela y como tal se vende, pero eso responde a razones editoriales. El lector medio rechaza comprar un libro que no sea una novela, y si el lector medio no compra libros vamos dados. Aunque a la altura de estas primeras líneas no me importa rectificarme y decir que sí, que “El impostor” es una novela, pero no de ficción sino de la realidad. Un poderoso artefacto literario en cualquier caso. Javier Cercas logró una cumbre del género con “Anatomía de un instante”, un extraordinario relato sobre el 23 f. Nada nuevo, por cierto, ya Truman Capote nos deslumbró hace medio siglo con su impresionante “A sangre fría”. Por seguir matizando mi boutade inicial, se me antoja difícil escribir hoy pura ficción, los últimos libros de Luis Landero y Antonio Muñoz Molina así lo prueban.

 “El impostor” cuenta una historia fascinante, la de Enric Marco, el hombre que se hizo pasar por superviviente de un campo de concentración y que a partir de esa superchería se convirtió en adalid de la memoria histórica del nazismo. Cercas entrevista a Marco, investiga minuciosamente su vida y va poniendo en limpio que aquella es una continuidad de mentiras amasada con ciertas verdades básicas. Se inventa también como figura de la resistencia antifranquista y consigue llegar a ser secretario general de la CNT. Enric Marco es un palabrero con magia, un embaucador que va logrando poco a poco su sueño de convertirse en un tipo famoso, “mediópata” le llama Cercas, a través de una urdimbre de embustes. Su biografía arranca con relieve de novela. Nació en 1921 en un manicomio de Barcelona, donde su madre ingresó en el séptimo mes de embarazo. La madre, padecía esquizofrenia, y estuvo ingresada en el psiquiátrico durante décadas, hasta el final de sus días. La niñez de Enric es la de un niño marcado y su vida un recorrido de sombras y sufrimientos, con momentos estelares fruto de su inventiva y sus mentiras.

 “El impostor” es también y sobre todo una indagación moral, una aventura autobiográfica de Cercas que traza el retrato de Enric Marco con el

Enric Marco

sobresalto de que en cierto modo está dibujando el propio. Y el nuestro, el mío, por supuesto. Confiesa haber descartado durante mucho tiempo escribir el libro por miedo, por el miedo que da la intuición de que lo que se esconde en la peripecia del protagonista no es algo ajeno. Al tiempo que nos plantea sus dudas y detalla su proceso de indagación y escritura Cercas nos presenta sus ideas sobre la literatura. En el fondo, el impostor no es una singularidad, aunque su caso sea extraordinario, sino la metáfora de un tiempo, la transición, donde fue frecuente reinventarse, lo que en aquellos años se llamó cambiarse de chaqueta. De chaqueta y de piel, fue una mudanza colectiva que nos llevó (dice Cercas) a erigir la Transición sobre una mentira o colección de múltiples mentiras individuales.

Me parece un lugar común y una bobada esa frase hecha según la cual determinado libro se lee como si fuera una novela. Se parte de la base de que no hay placer mayor que aventurarse en una ficción. Bien, pues esta novela de la realidad, este formidable artilugio literario lo he leído con la pasión con que me he bebido las novelas, los ensayos y los poemas que han marcado mi biografía lectora.

P.D. “Absolutamente personal” es un corto preseleccionado para los premios Goya. Pongo mi palabra en su recomendación, desde la seguridad de que difícilmente defraudará. Como ver un cortometraje en una sala es asunto complicado, lo cuelgo aquí. No contaré de qué va, ya que solo a un sandio se le ocurre contar el argumento de un corto, es tanto como hacer la sipnosis de un chiste. Está dirigido por Julián Merino, un tipo de espaldas anchas y pose un poco a lo Hitchcock, pero en tamaño XXL. Lo tengo aquí al lado, es compañero realizador en “Informe Semanal”, pero no crean que lo recomiendo por eso. Comprobarlo es tan fácil como ver el corto.

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