Mota: descojonarse con el alma. Colaboración especial de Jesús Nieto Jurado
El humor. Qué decir del humor. El humor es patrimonio del alma, y el alma sólo es de Dios. El humor es la inteligencia en sano, pues el resto es “listeza encabronada” o un cierto maquiavelismo en grado de tentativa. El humor reconduce la existencia al más noble oficio, que es el ocio. El humor aumenta endorfinas y una ristra más de cosas que van de la entrepierna a la glándula pineal.
Por ir resumiendo: que lo cachondo nos pone cachondos.
Quiere uno decir que vamos a hablar aquí de José Mota, universal y manchego, como nuestro común amigo Raúl del Pozo. Porque lo de José Mota en la TV pública el otro día, mientras nos lamíamos las heridas entre el cava y saladillo de las gambas descongeladas, fue un prodigio de televisión o de arte audiovisual. Sí, porque la caja tonta, a veces, sorprende en instantes precisos en los que se necesita un soplo de genialidad, una carcajada, un golpe de sonrisa que puede apuntar antes al alma que la risa estruendosa. Con todos estos mimbres José Mota, showman con motivo, productor de sí mismo, nos hizo esta Nochevieja un resumen fantástico/mítico/esperpéntico de un tiempo y de un país: de 2014 y de esta España destetada y carente de mucho.
José Mota no tiene la estridencia marujona de los Morancos, ni la risa del absurdo por acumulación de Tip y Coll: no, lo suyo es espectacularizar el humor partiendo a veces de la tragedia cotidiana del INEM, o de la caricatura amable y certera de los políticos (los políticos se hacen día a día su caricatura, y aquí Paz y después Gloria). Tampoco hace José Mota un festín del tic, como “Martes y 13”, ni de la imitación perfecta sin más (Latre sin Sardà). José Mota es un Fernán Gómez en el sentido pluriempleado o renancentista del término “FernánGómez”: es delgado como una espingarda, hiperactivo y pensador, y quizá sólo le hace falta promover un Premio de Novela y escribir sus memorias con esa melancolía inalcanzable que nos da a los cómicos.
Jesús Nieto
Escribo de José Mota por encargo y amistad: por encargo y amistad con Juan Antonio Tirado, y por una amistad, recién nacida y telefónica, con José Mota.
Y sí, yo, que empecé en los “mass media” con esto del humor puedo certificar en terceras personas eso del éxito o el fracaso. Soy un señor que roza una vejez apócrifa y que, usualmente, está de mala leche por divorcios que aún no han llegado: todas estas circunstancias me hacen un”gourmet” del humor que sólo premia la excelencia. Y Mota ha llegado a ella.
Mota es Tono y Mihura, y cuando quiere es, además, o Raphael o Manolo Escobar o todo ese chorro de prototipos manchegos que rozan el patrimonio universal de la UNESCO. Cuando imita no se va al gargarito, sino a una asimilación del alma del imitado y eso, querido amigo, es lo primero que aprendemos los actores que somos tan galanes como camaleónicos.
Mota está histórico y disponible en la web de RTVE. Vuelvan a descojonarse con el alma. Y así que pasen los (fin de) años…
Jesús Nieto Jurado es escritor, periodista, crítico literario, actor de doblaje y cómico. Colaborador de TVE, ha producido e interpretado diferentes espectáculos humorísticos.
Hablaba yo esta mañana con mi hermano Gerundio sobre el show de nochevieja de José Mota. Y ambos coincidiamos en que no hay a su altura ningún humorista en España. Y su figura no responde al estándar de la estrella sino al talento insistente del hombre hecho a sí mismo. Un milagro más de esa tierra espejismo de la Mancha, que nos ha dado a Almodóvar y a Sara Montiel, a José Luis Coll y a Raúl del Pozo.
Un pais de cuento ha estado genial, gracias por sacarnos una sonrisa. Te lo has currado, esperemos que este 2015 prepares otro.
Hablaba yo esta mañana con mi hermano Perfecto sobre el show de nochevieja de José Mota, etc, y hemos coincidido en que Nieto Jurado ha hecho un magnífico boceto retrato, pleno de barroquismo manchego, sobre el humorista. Un milagro de esa tierra que también lo es de Dulcinea, Sancho, Don Quijote y Pepe Bono.
El mejor cuento contado de la realidad tan presente,parodiada por un showman grande como no lo hay hoy en la actualidad¡¡Grande Jose Mota!!
Este artículo me parece tan sutil como un hilo de luna que deja su crítica en la lírica. Aunque sin duda alguna con la lucidez y la sátira quevediana.
No se a qu´santo hablan ustedes de humor. cuando el género de Jose Mota es Jose Mota . El es un género sin más, un número primo, un unicornio del espectáculo al que los menos dotados se empeñan en clasificar por la vía rápida. Pues claro que no se parece a Los Morancos (!Virgen Santa!) , ni a Martes, ni a Trece, ni al lucero del alba, famoso cómico-cósmico patrón de los que desayunan carajillo y Marca. Mota es un big bang generoso (allí estaba su viejo compadre Juan, currando y cobrando, que falta le hará), un mirlo de colores bondadosos y optimistas. Es más amorista que humorista, porque nos quiere, aunque disimule y pretenda que solo nos quiere hacer reir.
Se nota que este es un foro de creyentes. En la página anterior el doctor Cebolla aseguraba que Torres es Dios, otro contaba que Dios es de los nazis, y hoy leo que el alma (¿mi alma?) pertenece a Dios. Aviado estoy que no soy de Torres, ni nazi y no sé si tengo alma. ¿Ríen los dioses? Que sepa solo Zeus y familia bromeaban y reían mientras el bello Ganimedes servía licores. No tengo conocimiento que las llamadas sagradas escrituras mencionaran risas tales de nuestro señor Jesucristo, tan siquiera una sonrisita. Sí era irónico, incluso sarcástico, pero no se le conoce chanza alguna. Aunque el benedictino español Jorge de Burgos, allá en el tenebroso medievo, sospechara que sí se reía y formó la que formó, según nos cuenta don Umberto Eco. Todas estas ficciones distraen. La verdad que no frecuento mucho los televisivos programas de humor. Un género, en ocasiones subgénero, que suele dejarme flojo de pulsaciones. Hace pocos días un amigo, por correo electrónico, me envió una “cómica” actuación, especie de soliloquio, de un tal Leo Harlem, asegurándome que era “buenísimo”. Lo desconocía así como su cotización. Tras verlo me quedé algo incómodo. Pensé, lo mismo me equivoco, en lo agobiante, duro y extenuante de su trabajo. Lo imagino prácticamente todo el día buscando agudas frases, palabras nuevas, situaciones ingeniosas, ensayando gestos delante del espejo, caminando y hablando sólo, tomando un café y gastando servilletas. Y quizá, de tanto en tanto, meditando si tanto esfuerzo merece la pena.
Sé que hay quien piensa que el humor es algo que nos permite sobrevivir, también sé que hay risas que destilan vapores de aburrimiento y sonrisas que son como de oveja pastando. Creo que la mejor risa es a costa de uno mismo, no en público, en soledad. La verdadera risa es la risa del que está sólo. En las peores circunstancias, cuando ya no queda nada, ahí nace el humor. Dentro de mi ligero conocimiento José Mota, su trabajo, su persona, me cae bien, aparte de que su familia tiene una panadería-pastelería cerca de donde vivo, “La Golosa”, gente sencilla, amable, de barrio. Bueno, eso del tío de la vara me parecía algo violento, quizá un poco grotesco. Pero creo en la verdad de la buena pluma del autor del texto.
El hombre es el único animal que sufre tan intensamente, que ha tenido que inventar la risa. Cuando el hombre rompe a reír, sobrepuja a todos los animales por su vulgaridad. En otro tiempo se preguntaba: ¿qué es lo que hace reír?, como si hubiese, fuera de nosotros mismos, cosas que tuvieran la propiedad de hacer reír.
Con todo respeto, el espectáculo de José Mota no fue mal espectáculo, pero Mota, sin ser malo, no es gran cosa. Cuando se disolvió la sociedad Cruz y Raya se fue al garete la mejor parte, la más ingeniosa y creativa y quedo la más trabajadora, pero con menos chispa. Con todo respeto, José Mota no le llega a las canillas a Juan Antonio Muñoz. Con todo respeto, insisto, por el bien del humor español (¡yo sí creo en el humor, señor Macaón!) que regresen Mota y Muñoz en comandita. Si Mota es Coll, Muñoz es Tip. Y Tip era más alto, más largo y mejor humorista que Coll. Con todo respeto a los admiradores de Mota.
Me gusta José Mota, aunque exactamente no podría definirlo muy bien. Obviamente no todo el humor que hace me gusta, sketchs como el Berroche ó el de la vara me parecen hasta deprimentes. Pero aquellos de personajes históricos me hicieron reír muchas veces, aunque fueran repetitivos. Tiene, en mi opinón, un humor barroco difícil de idear por otros humoristas, además de ser un magnifico imitador. No le he visto en su show de Nochevieja, pero tengo el recuerdo del programa que hacía en Tele 5 y sencillamente me parece un showman genial.