Allegro molto

Acompañamiento personal y procesos de crecimiento, procesos históricos, procesos lentos, proceso de inculturación, proceso de transmisión de la fe, evolución de los procesos, procesos participativos… son algunas de las referencias que, en una lenta y sosegada lectura, podemos ir encontrando sobre el término procesos en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium del Papa Francisco.

Los procesos, el proceso, es clave para la transformación y la renovación de la Iglesia Católica. La conversión misionera se nos presenta como un proceso, en el marco del método misionero, como un largo camino, no como un “ahora y ya”, que es lo que esta sociedad pretende transmitirnos, un equivocado gusto por lo inmediato y lo urgente.

Llama la atención que Francisco, al referirse al anuncio evangélico, nos interpela ante lo que puede ocurrirnos con cualquier proceso pastoral: “Aunque estos procesos son siempre lentos, a veces el miedo nos paraliza demasiado. Si dejamos que las dudas y temores sofoquen toda audacia, es posible que, en lugar de ser creativos, simplemente nos quedemos cómodos y no provoquemos avance alguno y, en ese caso, no seremos partícipes de procesos históricos con nuestra cooperación, sino simplemente espectadores de un estancamiento infecundo de la Iglesia” (EG 129).

Es una cuestión trasversal en toda la Exhortación, el ser creativos, el superar las dificultades, el ser partícipes, el evitar el estancamiento de la Iglesia. Pero no un estancamiento cualquiera, sino además “infecundo”, puntualiza el Papa. Debemos considerar esta cuestión, integrándolo en nuestros métodos misioneros. Cuántas parroquias, cuántos párrocos, cuántos planes pastorales podemos encontrar llenos de lo “inmediato” y de muy pocos “procesos”, llenos de actividades para “llenar” y muy poco de participación y corresponsabilidad comunitaria.

Nos situamos entre aquellos que afirman que “el tiempo es superior al espacio” y los que determinan que “el espacio es el único tiempo”. Entre los primeros se encuentra el Papa Francisco, siendo recomendable la lectura de los numerales 222 al 225 de Evangelii Gaudium. En ellos nos ofrece indicaciones que son muy necesarias como aportes a nuestro trabajo pastoral diario, con apertura de la mirada.

El tiempo es superior al espacio,

• permite trabajar a largo plazo, sin obsesionarse por resultados inmediatos.
• ayuda a soportar con paciencia situaciones difíciles y adversas, o los cambios de planes que impone el dinamismo de la realidad.
• ocuparse de iniciar procesos más que de poseer espacios.
• privilegiar las acciones que generan dinamismos nuevos en la sociedad e involucran a otras personas y grupos que las desarrollarán, hasta que fructifiquen en importantes acontecimientos históricos.

El objetivo debe ser claro, preocuparnos para generar procesos que construyan pueblo. No es cuestión de buscar réditos fáciles, rápidos y efímeros. Debemos marcar una diferencia, que está fundamentada en el Evangelio, en el propio proceso evangelizar, en la semilla que hoy plantamos y que quizá nunca veamos crecer. Pero ahí quedará… porque incluso en la peor tierra, en el propio pavimento, siempre surgirá y surge vida, con una nota especial: vida con la alegría del Evangelio.

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