La marca España se desmarca
Hay dos Españas futbolísticas irreconciliables. Acabamos de ver como han sucumbido las dos ante la furia alemana, se han venido abajo los chiringuitos de Madrid y Barça entre la euforia de los hinchas de los rivales enfrentados. Como espectáculo quizá no sea edificante y permite esbozar teorías viejas y ciertas sobre el resentimiento como modelo de convivencia nacional. No seré yo quien lo critique, pues desde mi antimadridismo irredento anhelo la derrota de los blancos con quien sea y cuando sea. Ahora bien, convendría no perder la perspectiva de dónde estamos y qué se nos escapa de las manos. La felicidad es una hierba infrecuente y viendo jugar estas noches al Barcelona uno, del Atlético al fin, no sufría por la impotencia blaugrana, sino por lo que eso adelanta como hipótesis del futuro de la selección. El estilo de juego de la Roja es demasiado similar al del Barça como para suponer que la crisis profunda del once catalán no va a influir en la trayectoria del combinado de Vicente del Bosque. Si hay una entidad, un conjunto, una cosa que haya procurado alegría a la mayoría de los españoles es el equipo nacional de fútbol, y eso ha sido así gracias a una mixtura extraña entre buenos resultados y buen juego. Ganar es la primera fuente de gozo, pero cuando se gana deleitando al público y con el elogio general, el placer se torna incontenible. Efímero, claro, pero emocionante y fijado para siempre en la memoria: que nos quiten lo bailado. Con Quevedo: sólo lo fugitivo permanece y dura.
Los periódicos alemanes recogen con júbilo comprensible, y también con cierta saña, las derrotas de Madrid y Barça frente a Borussia Dormund y Baryern de Munich, entonando ya la canción de los fieros guerreros del norte que dan por acabado el breve reinado de los caballeros del sur. Quizá se apresuren, es posible que no. Todo es cíclico y la justicia poética es una flor sublime y frágil, una florecilla al borde del camino, que diría Hegel, expuesta a ser pisada por las botas marciales del soldado enemigo. En cualquiera de los supuestos no me gusta el eco de esos germanos soberbios que no solo dominan las huchas de Europa sino que sueñan nuevamente, y de modo legítimo, claro, con otra hegemonía en el balompié. Nunca me cayó simpática la selección alemana, ni en sus mejores días, y aun admirando su poderío, suspiré porque se le impusieran la Holanda de los 70, la Francia de los 80, el Brasil de siempre, propuestas poéticas todas ellas, no digamos ya la de la España reciente, a galaxias luz de la brava locomotora germana. De manera que a barajar y a ver si sale o no sale y por dónde el sol de un nuevo imperio futbolero. Ojalá que siga saliendo por la guapa Antequera.
Una hipótesis. El fútbol español ha vivido una burbuja que se aproxima a su fin. Hemos jugado por encima de nuestras posibilidades. Con lo que estamos disfrutando, me pregunto si tendríamos que pincharla nosotros (tocar las deudas millonarias de los Clubs) o tan solo esperar la lluvia de goles alemanes en nuestra portería (tocata y fuga de estrellas a otras ligas).
Su Antítesis. Muchos deportistas españoles son considerados la élite mundial del deporte, no sólo en el balompié, cada día en más pruebas deportivas tanto a nivel de club como de selección. Es un trabajo de años, desde las edades tempranas y es la base de nuestros deportistas.
Mi Síntesis. Algo así como… podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la Primavera.*
Corolario. Eppur si muove.
* versos que hago míos
Ojalá ahí, en el fútbol, nos las dieran todas. Es un juego, y quien quiera ver en ello trascendentalismo está errado y acaso también herrado. Yo, que me confieso vacunado contra ese tipo de fiebres, creo que lo único positivo en todo ello es el hecho de que la ciudadanía descarga humores en los campos de juego así como en los cosos taurinos. Es en la economía donde debemos triunfar y sacar pecho: las pelotas, los balones, las pelotitas…toda esa tribu de objetitos esféricos son una forma más o menos saludable de perder el tiempo.
1º) Pancracio, le encuentro a Vd. irresistible.
2º) Olvidan todos ustedes el factor Del Bosque
3º) Quizás perdamos… ¿Y bien? ¿Qué grado de pérdida daremos por bueno en el Mundial? ¿Quedar segundos? ¿
Quedar entre los diez primreos? ¿Quedar en el Bonnano, al caer la noche, cuando empiezan los tambores? Soñemos, soñemos con la manita: Copa de Europa, Mundial, Copa de Europa, Mundial, Copa de Europa… Yes, we can!
Bonito juego de palabras y buen análisis. Quizá yo no sería tan pesimista, no olvidemos el factor entrenador. En el Barcelona, que es el que más se parece a la selección, la marcha de Guardiola ha coincidido con la llegada de su segundo, que ni siquiera ha podido cuajar por culpa de la enfermedad. En realidad al Barcelona lo ha entrenado un tercero. En España, en la selección, mientras tanto, sigue entrenando Vicente del Bosque. Creo que ese continuismo puede traducirse en la continuidad de éxitos, si bien es verdad que yo también le temo, y tampoco me gusta nada, a Alemania. Por cierto, creo que el estupendo Pancracio Celdrán (¿son de la familia los Pancracios?) se equivoca al quitarle importancia al fútbol. La tiene y mucha. Demasiada tal vez.
España una, grande y roja. Muerta la furia se acabó la rabia. Tiembla Alemania, que en la copa confederaciones te vamos a machacar. Desde Beckembauer acá Alemania no ha dado otro kayser que la Merkel y este-a da no pasa de ser una sombra patética de la vieja grandeza germana. ¿Qué opina de esto doña Perfecta? Me muero por conocer su opinión, desde que se nos dibujó sin bragas soy un alma en alegría que la persigue por roperos y tiendas de lencerías. ¿Estás ahí, Perfecta?
Soy del Barca de toda la vida, pero nunca he sido antimadridista y ante las “hordas” alemanas menos … me duele que el Barcelona haya perdido, pero igualmente deseaba que el Madríd derrotase a los germanos… mi concepto de este país es republicano y federal en lo político y en lo futbolístico, pero igual que me gusta la roja y como buén andalúz me gusta que mi patria siga siendo España, creo que en este país cabemos todos.
No tengo nada que comentar.
Pues si no se tiene nada que comentar, mejor callar. ¿Por qué no te callas, Mou? ¿Por qué no dices ni Mou (mu) Copos? Muy bien dicho lo de Ariza, menudo ejemplo. Todos republicanos federales, yo el primero. Y que viva el Barça.
Mi muy querido, si he andado sin bragas por obligación (cuando no hay no hay) ¡cómo no voy a hacerlo ahora por devoción, con esta lluvia de pólen que fecunda los asfaltos y los campos (incluídos los de fútbol). Tan desacostumbrada estoy a ese cilicio que mi culo protesta con erupciones y rasgadauras tan pronto pongo en contacto al uno con las otras. Tuve una vez un bonito conjunto de Christian Dior en rojo Shangai, que le dicen ahora. Tan bonito, que me lo ponía para pasear por la Barceloneta a media tarde. Un policia municipal se me acercó una vez y me dijo que, aunque no sabía muy bien por qué, aquello no era apropiado para pasear por la playa. Me río yo de los que ahora van presumiendo de amor a la roja.
Y ahora que te leo, amiga Pineda, yo jamás encontraría irresistible a un hombre que se confiesa vacunado contra el fútbol, lo que no quiere decir que los no vacunados (luego enfermos de pasión) sí que lo sean. Dicho de otro modo: No todos los que adoran el fútbol son irresistibles pero todos los irresistibles han de amar apasionadamente el fútbol.
El fútbol es el sexo de las masas, una cópula colectiva que no tiene, por imposibiidad física y metafísica, otra forma de existir.
Comprendo muy bien el amor de mi gemelo por doña Perfecta. No soy fetichista, como él, pero adoro los trapos verbales con que se viste y se desnuda esta adorable cabellera, quiero pensar que morena, morenaza de las que rasgan la luna con olor a membrillo y a viva mi Beti güeno. Que mi gemelo sea del Sevilla solo sirve para constatar que nadie es perfecto, ni siquiera él que tantos moños se pone. Cosa distinta es ser perfecta, pues ese ser lo hay, escribe aquí, delante de estos mortales, le llaman Maruja Torres de derechas y escribe con renglones torcidos. Es mi diosa. ¡Viva la roja! Esa roja irresistible que es doña Perfecta, la de derechas, ¡anda ya!
Don Gerundio, ¡qué rubor! Me siento pluscuamperfecta, de tanto requiebro! Soy morenaza reconvertida, es decir, rubia platino a lo Donatella, si bien más agraciada y menos rica. Conservo los ojos verdes, que debo a mi muy anciana madre, y allí donde otras se abotonan el abrigo, yo me abotono dos volcanes de lava muy encendida, todavía activos. Dos carretas de tirar por la calle de enmedio tantas y tantas veces, Gerundio mío, que ya podía Vd. rezar porque un buen marido aacaricie esa arena volcánica antes de que nos sorprenda la próxima glaciación.
La grandeza del futbol español, comenzó con el acercamiento de la mujer al futbol. Oleadas de hinchas, que disfrutan de un juego diferente.
Como la grandeza del AC MILAN empezó con las tifosi questo Piccolo detalle no fue por vender mas abonos, sino por acercar la belleza a los campos, cosa que se vio anteriormente en brasil. Que tuvo su época de dominación durante años mientras enseñaron al mundo los tanguitas de hilo dental.
Pero nos podemos alguno imaginar una Alemana en tanga con la “Arielita”. No señores y señoritas, lo del futbol alemán es solo un espejismo temporal.
Pero a vuestra España le falta, un himno.
Amore libero per tutti.
Pues le estoy pillando el gustillo a esto de escribir, viendo jugar al balón, pierdo el sentido, tanto tío bueno en un recinto cerrado, sudando corriendo de lado a lado detrás de la pelotita. Uhmmmm…
Mis disculpas a Pilar Pineda y La Bayon por sacar fuera de contexto y intentar manipular sus opiniones.
En un país en el que todos somos entrenadores, seleccionadores y árbitros, el futbol y la ilusión tiene para muchos años.
Pero no estamos creando una gran brecha entre clubs grandes y pequeños por el reparto de la tarta, creando una lucha entre los Goliat y los David.
Si, dos Españas futbolísticas irreconciliables.
¡Viva el Betis! ¡Viva el Sevilla!
Dado el atracón de feminismo que tuve que soportar durante mi infancia y juventud (mis padres me gastaron la peor de las bromas con la mejor de las intenciones) he llegado a la edad adulta con más ganas de fútbol de las que me correspondería por cuota. Para mí, la vida pública debería de ser todo fútbol y algo de información sobre el tráfico (puertos cerrados y tal… ) Todo es vverdad durante esos noventa y pico minutos celestiales, el dolor, la incertidumbre, el odio, el éxtasis. La carne sangra de verdad, el corazón duele y se infarta, los orgasmos, a veces múltiples, llegan al cielo… ¡Sii.. sigue… no pares, no pares, ahh, sig…. ¡¡¡Síiiiiiii!!!!!
La escenificación es mía, pero la metáfora fue de Valdano, aunque ninguno de los dos tenemos gran mérito; el símil es muy afortunado. Por cierto, Perfeto y Gerundio, ¿son Vds. siameses? Porque si es así sería un gustazo y un desafío escribirles una carta de amor.
Dése el gusto, muchacho, dése el gusto. Somos uno y el mismo, lo que no es igual. Y en cuanto a usted, ¿es Anónimo por parte de madre, de padre o lo lleva como nombre de pila?
¿Por qué, por qué, por qué?
¡Ay serendipias, que no paráis…! No entiendo por qué apareció así, porque ponía otra cosa. Sin embargo, la casualidad/causalidad de un lío informático me ha bautizado de esta hermosa e impune manera. De ahora en adelante seré anónimo, unánime, homónimo, exánime, enésimo… Esdrújulo siempre
Qué es Valdebebas? Quién es Mou? Cómo se va al V. Calderón?
Soso, que hay que ver que eres soso de verdad! Mou es como los finales de fiesta, como los mejores oscars, como el desenlace de las películas… es la emoción, lo interesante… Anoche, sin ir más lejos, tuvimos que soportar media hora de prima de riesgo, de ministro de justicia, del otro ministro que ha dicho una estuipdez, de los españoles frente a las alergias y un etcétera soporífero para, finalmente, verle a él ¡¡¡A EL!!! Más de veinte minutos para él y sólo para él… Me pregunto por qué no le dan una o dos horas en prime-time, porque eso sí sería satisfacer el interés general (que es lo que se supone persiguen los telediarios) y además nos haría felices. Pero ya se sabe que la televisión es una mierda y que hacen las parrillas pensando en sabe Dios qué chorradas.
¿Pur qué no un canal en abierto sólo para Mou? ¿Pur qué?
Compañeros,no soy nada nada futbolera,no pertenezco a ese grupo de féminas que se pirrian por el fútbol,pero me duele que cualquier equipo español pierda ante los germanos,ya que suficiente tenemos con el poder de decisión de Alemania sobre la economía y política de España. Hartita me tiene los alemanes. En cuanto al Mou,lo único que puedo decir es que no me gusta nada que se meta con un ídolo nacional como es Casillas,es como meterse con Rafa Nadal o Pau Gasol, magníficos embajadores de España en el extranjero.