El fin de la historia. Colaboración especial de Teófilo Ruiz

Carlos Marx

Carlos Marx

Cuando G.W.F. Hegel vio pasar bajo su ventana a las tropas napoleónicas, tras la batalla de Jena, creyó que había llegado el fin de la Historia y que en la figura del Emperador se consumaban los ideales de la Revolución Francesa, poniendo, por fin, de acuerdo Razón y Realidad. Sin embargo, Waterloo vino a demostrar lo equivocado de este planteamiento. Marx también avanzó otro fin de la Historia con la superación del capitalismo por el socialismo y la consecución de la sociedad comunista que traería la desaparición de la concepción explotadora del Estado burgués. Sin embargo, sus “hijastros” condujeron a millones de fieles seguidores no al nuevo paraíso terrenal, sino a la pesadilla del gulag.

Más recientemente, Francis Fukuyama profetizaba otro “Fin de la Historia”─con gran éxito de público y crítica─ ante la desintegración del bloque soviético: la superioridad del sistema capitalista liberal hacia innecesario que siguiera girando el motor de la Historia (el thymos platónico) y la Economía venía a sustituir a la ideologías, con la consiguiente extensión de la prosperidad por todas partes. Sin embargo, el tiempo es muy tozudo y sigue demostrando que la Historia continúa. Cierto que en la actualidad la Economía todo lo ocupa, para dar prueba fehaciente de que “La inhumanidad está sepultada bajo la racionalidad mundana de la contabilidad” (H. Marcuse. Industrialización y capitalismo en Max Weber). Fukuyama ha rectificado sus posiciones de 1992 y ha admitido que el modelo americano ─paradigma de su profecía─ tiene un problema (Después de los Neocons: América en la encrucijada). La generalización de la democracia y la prosperidad, pronosticada por el catedrático de Economía Política Internacional de la Universidad Johns Hopkins queda severamente refutada por los cientos de millones de parados y hambrientos que viven en este “paraíso terrenal” con remoquete tan siniestro como la industria textil de Bangladesh.

Pero sí. Hay un fin de la Historia. Es el fin del sueño de la economía social de mercado, ese equilibrio (inestable) entre los intereses de clase que se tradujo en el Estado de Bienestar, que perece superado por el hiperdesarrollo del capitalismo especulativo, apoyado en las inmensas posibilidades que facilita la Informática, en sus diversas aplicaciones, poniendo la “razón técnica” al servicio de los intereses de la “razón económica”. Parafraseando a Augusto Monterroso, podría aseverarse que al despertar de la pesadilla, cuando los mercados quebraron el capitalismo seguía en pie. Y no será por una superioridad de conceptos, sino por la naturaleza misma de las cosas: mientras sea necesario el intercambio de trabajo y conocimiento por una compensación para poder satisfacer las necesidades de cada individuo, estaremos en el mismo sistema, con independencia del nombre que le queramos dar o la forma que a él le convenga adoptar.

Para explicar la Shoah se ha llegado a decir que Dios se había retirado del mundo, que estaba dormido. Por esta “razón” un grupo de individuos, creyéndose elegidos para1368458574_703381_1368458658_noticia_normal una misión milenaria, dieron muerte atroz a millones de hijos del pueblo predilecto de Dios, que a su vez había cumplido el mandato divino de exterminar a todo pueblo que encontró en su camino hacia la tierra prometida. Ahora estamos ante otro Holocausto: en nombre de la eficiencia, la competitividad y, sobre todo, el beneficio, se practica una actividad depredadora donde el individuo es un simple dato contable; las muertes no son tan sangrientas, pero la crueldad es la misma; el Zyklon B ha sido sustituido por el paro; la muerte física por la nulidad civil. Evidentemente, todo parece indicar que se aburre con las insensateces de su criatura y se ha vuelto a dormir.

Sin creer que ha de cumplirse la inmanencia marxista que adjudica una “revolución” a las crisis de las dimensiones de la actual, si puede aceptarse que la cuerda se ha tensado hasta el límite de su capacidad de resistencia, con lo que la ruptura puede ser inevitable y con consecuencias imprevisibles.

 Teófilo Ruiz es autor de los libros “El milagro del Opus Dei” y “La muerte de Dioniso: Nietzsche o la voluntad de ser Dios”.

P.D. 2 La viñeta es de EL ROTO en “El País”.

 

12 Responses to “El fin de la historia. Colaboración especial de Teófilo Ruiz”

  1. Enorme texto y la foto de El Roto. Lo de la sosería no es más que una pose…

  2. Estos reiterados asertos alusivos al final de la Historia surgen de criaturas poco familiarizadas con la materia. Los estudiosos del mundo antiguo saben que la historia es un relato, siempre parcial, de lo que ha venido sucediendo con el hombre sobre la tierra. El hombre es el único sujeto de la Historia, y todo sale de él, y en él se reintegra: las pulgas siempre fueron a dar en el mismo perro, y como un boomeran vuelven los males a las mismas criaturas. Todo puede pasar, y más frecuentemente: todo puede volver a pasar, dada la obstinación humana en dar siempre con la misma piedra…, unas veces para torpezar en ella, y otras para agacharse, cogerla y lanzársela a alguien. Hay que huir de los grandes nombres, de los grandes acontecimientos…por una sola razón: porque no lo son, no son grandes. Está magnificada su figura, y su acción, por la pátina ennoblecedora del tiempo pasado. Visto en momento casi todo resulta miserable y canalla: la Revolución Francesa, y la Rusa, y la Inglesa. Napoleón, Lenin, Cromwell…son cañas a orillas de un río, que se mueven agitadas por el viento…, ¿Vamos a peor? Vamos a mejor, pero con el tremendo peligro que supone la superación tecnológica del hombre que ahora es capaz de verdad de acabar consigo mismo. Me preguntaron unos alumnos en mi época de profesor de Historia Comparada: ‘¿A qué se debe que en nuestro tiempo (1985) haya menos guerras que en la Antigüedad…?’ Y respondí diciendo que la guerra ha evolucionado: ahora el capitalismo se encarga de ajustar cuentas entre sí mediante el paro, el hambre, la banca y un manera de entender la democracia que es más terrible que el anarquismo porque ha convencido a la Humanidad Occidental de que todos somos iguales, con los mismos derechos, e identicos ante la Ley: Y es mentira.

  3. En Savar, Bangladesh, ya han dejado de contar muertos: 1.127. Los teóricos de la comunicación dirán que si las muertes del maratón de Boston han ocupado 10, 50, 100 veces más minutos en televisión, radio, Internet, es por la cercanía. No lo sé. Yo creo más bien que vemos el mundo sólo a través de las dos agencias anglosajonas. Aún así, Reuters emitió en directo para todas las televisiones el rescate de una trabajadora que llevaba 16 días atrapada. Entonces, las mismas televisiones y periódicos españoles que no han contado, o lo han hecho de tapadillo, que la empresa fabricaba para tiendas españolas, como El Corte Inglés, se lanzaron a contar el “milagro”. Contar el resto de la historia, obligatorio ejercicio periodístico, requiere perder el miedo, miedo a perder el anunciante, a perder el trabajo. Ese miedo nos rodea y se puede tocar en los trabajos, en la calle. Ese miedo tangible hace que esa cuerda no esté tan tensa, Teo. La historia está llena de avispados que dijeron “todo está en calma” justo el día antes de una revolución o una guerra civil, así que quizá forme parte de este nada selecto club. Pero creo que cuanto menos tenemos, más miedo acumulamos.

  4. Nos pasamos la vida pidiendo libertades, respeto a nuestras ideas, a nuestra forma de pensar, solicitamos de los demás libertad de culto, igualdad de sexos y derechos de todo tipo, y sin embargo no estamos dispuestos a conceder lo mismo a los demás
    Nos movemos en oleadas de manipulación como corderitos, opinamos de todo lo que se tercie, aunque desconozcamos el tema, y nos creemos mas inteligentes por dar una opinión, aunque no sea nuestra opinión, aunque sea una idea inducida, sin darnos cuenta que hasta los creadores de opinión tienen ideas buenas y malas, pero no todas sus ideas tienen que ser buenas, por lo que tenemos que aprender a diferenciar lo que realmente es una idea que cuadre con nosotros y nuestra forma de pensar, y lo que es una corriente inducida, que nos vuelve un Giñol del otro.
    Hay quien necesita de una nueva religión, quien se vuelve adepto de una secta, porque necesita ser dirigido. Y no cabe duda que tiene que haber dirigidos y dirigentes.
    Pero no todo es blanco o negro. Ni en la política, ni en la religión ni en nuestra vida diaria y todos hemos oído dichos como “Difama que algo queda” o “Que hablen de ti, aunque sea mal”
    Los verdaderos problemas son los políticos, la judicatura y nosotros mismos, y no precisamente por este orden.

    Realmente ¿no nos estaremos mereciendo todo lo que nos ocurre?

    Seguiremos siendo “Ordas de linchadores” o concederemos a los demás el beneficio de la duda y la presunción de inocencia, que también pediríamos para nosotros y los nuestros.

    Hoy he escuchado la frase Mágica, crear corrientes de opinión, ¿pero por que tengo que pensar como los demás? ¿Por que tenemos que pensar como los demás?
    Ah señor Armada, no todos los males de este mundo vienen de la Cocacola y de El corte Ingles, que tampoco creo el dia de los enamorados.

  5. Joaquín, yo no tengo miedo, ningún miedo. No estoy indignada, nunca lo he estado. Tampoco estoy decepcionada, ni escandalizada. Debo de ser la única, o una de las muy pocas, a las que le gust el mundo como está. Me gusta, me encanta, me parece fascinante ese ir y venir de fuerzas: aquí la crueldad, allá la generosidad, interactuando, moivéndose, intercambiando los papeles… Y entre medias los vivos, creyéndose protagonistas de un tiempo verdaderamente único. No se si la historia tendrá fin, pero nuestro momento histórico no es nada, sólo parte del río. Sabe Dios cómo será el río de vuestros nietos, y el de los nietos de vuestros nietos.

    Esta es, ahora que lo pienso, una de las cosas que más me incomunica con el resto de mis contemporáneos, esa certeza obsesiva que tienen todos sobre su singularidad (¡oh, nuestra época SI es especial)- Vivo en la despreocupación más absoluta, aunque otros lo llaman un individualismo enfermizo. Un día haré una lista con las profecías que me tocó leer en mi época de estudiante. El mundo será socialista o no será, decían algunos. Y otros, que Africa entera acabaría siendo unran potencia internacional… En fin, no recuerdo ni una sola línea, NI UNA SOLA, pronosticando el fin del bloque soviético. Lo que son las cosas….

  6. Dicen que enterrados bajo los adoquines de la comercial Rue de Faubourg-Saint Honoré yacen más de 40.000 cuerpos. Hay ideas que matan. Como ocurre en la realidad sin ideas que nos recuerda nuestro Armada.
    Ser Jean Valjean, tomorrow come. Ser Javert, at the end of the day. Qué papelón, elegir o dejarlo al azar.
    Por mi parte, decir que el mundo nació conmigo. Cuando muera _ me anuncian que moriré, pero os aseguro que no tengo experiencia previa _ el mundo morirá conmigo.
    Lo que creí de mi sola experiencia, otros ya lo sabían antes. Todo lo que conozco lo he aprendido, lo he copiado de vosotros y de los demás que se parecen a vosotros. Confieso que nunca he estado solo. Así es como nunca he llegado a tener una sola idea propia. Las ideas que me vienen ya son copias. A partir de ahí, intento aportar algo.
    Uno innova y los demás le seguimos. Hay que copiar. Te diría más. Copia lo que funciona. Pero copia y ponle algún detalle en el que te reconozcas. Eso es aprender, socializar, aculturarte.
    Otra opción. Si eres muy muy list@, adelante, innova y crea. Y cuando te hartes, si no produces o no funciona, cuando ya antes se había hecho, ¿entonces qué haces?. Copia. Sin dejar de soñar.
    Es mi impresión personal, vulgar, muy particular. ¿A qué viene esto? Simple digresión.
    Do you hear the people sing?

  7. ¡Santo cielo, cómo me ha dejado la luna! Por vivir en Alicante me siento cerca de Valencia y lo valenciano, pero esta vez me ha parecido que me hablaba la luna de Thiruvananthapuram, que está en el sur de la India, cerca de Sri Lanka.

    ¿De dónde salieron esos muertos, luna? ¿De la ocupación nazi? ¿De trifulcas anteriores? Yo también creo que el mundo morirá conmigo, es más, estoy segura, pero mientras voy y vengo, mientras lo ocupo, pues siento curiosidad por las cosillas. Ahora mismo, sin ir más lejos, me gustaría saber qué significan Ser Valjean y Ser Javerts, porque a tomorrow y a the end of the day sí que llego. Interpreto en “intento aportar algo” ese atisbo de humanidad que nos recorre por dentro, y mira que a algunos nos gusta presumir de descastaos, de que yo soy yo y hasta mi circunstancia me sobra. Pero ¡ay!, que decía mucho Benavente, somos el corpus, el conjunto, la humanidad, uno aportando, el otro chupando, pero ahí andamos, amasaditos incluso sin querer.

    Luna masculuna (intuyo) haz el favor de cuidarte, que te veo un poco sombrío. Yo ahora me quito las penas estudiante ruso, habida cuenta de que con el marisco y el Alvariño se me hinchan las piernas, y como te veo tan dado a los idiomas, a lo mejor te mola

  8. el otro día escuché en Lágrimas en la lluvia, el programa de Intereconomía, que más bien parecen Intereconomomias, a un señor que decía echar de menos a Charlton Heston, y que Charlton Heston era un máquina porque había dicho que vivimos en un mundo de víctimas y no en un mundo de héroes, que era el suyo, donde el estaba en su salsa. A Heston no le puedo saludar ya, como hizo recientemente una presentadora de radio con un peripdista difunto (le mandó un abrazo) pero me hubiera gustado preguntarle porqué sus besos en el cine eran como un alpargatazo, una cosa muy bruta, y por qué le dio por ahí con los dichosos rifles, que por su culpa tuvimos que soportar un documental muy coñazo del amigo… ese, que no me acuerdo, el americano.

    Otra disgresión, no se qué esperábais…

  9. ¿Y qué se hizo de Lara Sol? ¿A qué tanto repique y peticiones al oyente, por favor hblen de las cincuenta sombras de Gray, y de pronto se va y no se supo más y nada dice de las malditas sombras? Pero, ¿a Lara las sombras le gustaban o las detestaba? ¿Se ha quedado con todos nosotros? ¿Alguien conoce a Lara? No, no me digan lo de Torremolinos, que tantas casualidades no me los creo. Y el Roto, por hablar de esto, maravilloso. Qué horror de bueno que es el hombre. Un genio.

  10. Españoles, Marx ha muerto. Si no tienen Vdes., con qué ilusionarse, se comprende, pueden comparse las Sombras de Gray, las señoras, o la Historia de la Roja, Iniesta de mi vida,con mñas emoción, los caballeros.Marx ha muerto, y a su capilla ardient han acudido sus allegados, y familiares mas cercanos, mostrando su pesar… El president del gobierno ha enviado un telegrama de condolencia a la familia.y por la acapilla ardiente han desfilado numerosas personalidades de la vida pública. Que sería de la vida pública sin los desfiles

  11. (continuacion)
    los parias no han desaparecido de la tierra, o si, pregunto?
    A veces llaman parias a gente que vive en su cultur y a su modo, y comen lo que siempre se ha comido en su entorno, mijo, maiz, o lo que sea. No son menos felices ni nmás por vivir a su manera. Otra cosa son los genocidios o las cat’astrofes, como lo de Bangladeh, que si deben avergonzar a la humanidad, pero la gente por ahí es feliz, con su ganado, sus cabañas, sus cosechas, incluso en los suburbios y con su miseria, lo ue anosotros nos parece miseria, son felices, y9 he visto a gente feliz por todas partes. Solamente imbéciles nos hemos empeñado en no ser felices. lLo dijo PUnset hace ppoco, n estos tiempos, la gente prefiere la justicia al a la felicidad.

  12. Magnifico articulo, pero mientras elucubramos sobre el fin o no de la historia, el hambre, la miseria, la injusticia… siguen azotando a la humanidad… e inevitablemente la cuerda se romperá cuando ya la tensión sea insoportable; soy de los que piensan que la historia se repite, pero las revoluciones y las guerras son los partos necesarios, queramos o no, porque esa es la naturaleza de los embarazos del devenir histórico, y los partos siempre son mas o menos dolorosos, pero necesarios… porque sino la criatura nacerá muerta o quizás la madre muera en el intento…es lo que hay, es la naturaleza misma del ser humano la que crea la historia… un rodillo imparable que lo aplasta todo para volver a resurgir de sus cenizas como el ave fénix, es nuestra naturaleza en definitiva… nada que hacer… o quizás sí, procurar que el nacimiento de la criatura sea lo mas “plácido posible” por el bien de ella y de la madre… pero no podemos parar el proceso… el natural devenir de la historia. Dicho esto, creo que las sociedades siempre evolucionan o revolucionan hacia mejor, y pienso que lo que venga superará lo que ya esta caduco y proporcionará a la humanidad un nuevo renacimiento… hacia ello hay que moverse ,sin miedo y con decisión y sabiendo que no será fácil pero sí necesario e ineludible.

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