Memorias del Atleti. Colaboración especial de Luis Eduardo Siles
Fue mi padre el que me hizo del Atlético cuando llegamos a Madrid desde Jaén en mayo del 68. El primer partido que vimos en Madrid, sin embargo, fue un Real Madrid 5-Sabadell 0. El periodista Miguel Ángel Aguilar, al que invité a pronunciar una conferencia en Huelva cuando yo dirigía el periódico ‘Odiel’, me trajo un libro sensacional que recopila las crónicas futbolísticas de Cuco Cerecedo. El libro incluía la crónica de aquel partido.
Pero desde el primer momento me percaté de que el Atlético era otra cosa. Una mañana de domingo, mi padre me dijo que nos íbamos al Manzanares a ver al Atleti. Y allí llegamos. Nos acompañó un tío mío, hermano de mi madre, madridista, que se burló de que el Atlético no tenía dinero para acabar de construir la tribuna cubierta, que era como un tejado en medio de un estadio que siempre me ha parecido el más bonito del mundo. Jugaban el Atlético y el Sabadell, y yo, en mi inocencia de niño, no sé si llegué a preguntarme si los equipos de Madrid únicamente disputaban partidos contra el Sabadell. Pero de pronto la megafonía del Manzanares dio una alineación que se clavó para siempre en mi memoria y que todavía puedo repetir de carrerilla y en escasos segundos: Rodri; Melo, Jayo, Calleja; Adelardo, Iglesias; Ufarte, Luis, Gárate, Irureta y Alberto.
Fui 13 años socio del Atlético. Vi a Ayala, Heredia, Pereira, Leivinha, o a Miguel Reina. Pero nadie me parece comparable a José Eulogio Gárate, y cuando pronuncio el nombre de Gárate la mente se me va a una noche oscura, lluviosa y fría de Oviedo, en la que en una oposición para Radio Cadena Española conocí allí a un joven que lo sabía todo de Gárate y del Atleti, que era muy del Atleti y muy sabio -tan sabio que el cabrón ganó la única plaza de la oposición-: Juan Antonio Tirado. Era noviembre de 1985 y Francisco Umbral, el Gárate de la prosa, había quedado esa misma noche finalista del Premio Planeta. El Atleti, Gárate, Umbral, Tirado y yo, paseamos sin prisa por las calles frías de Oviedo.
Cuando en 1987 me marché a vivir a Huelva me di cuenta de que, con el paso del tiempo, iba olvidándome de mis amigos de Madrid, de la familia, de la rutina, de mi entorno
Luis Eduardo Siles
madrileño. Pero nunca del Atleti. Cualquier domingo, a las cinco de la tarde, nada podía sustituir estar en el Vicente Calderón. Para colmo, Pepe Bermejo se había jubilado, y en Huelva no se escuchaba Radio España de Madrid, por lo que me quedaba sin las narraciones de los partidos del Atleti de Andrés de Sendra -que de todas formas se jubiló poco depués-. Un vacío desolador. Mi hijo, Eduardo, lloraba cuando perdía el Atleti por la televisión con la camiseta puesta de Bandai que yo le había regalado. Tiempo después se hizo del Madrid y ahora escribe en un periódico de Huelva grandes crónicas del Recreativo.
Vi la final que el Atleti ganó el viernes al Madrid hablando desde un móvil con mi hijo, con otro móvil con Tirado, y con mi padre, muy mayor, casi sordo, con la cabeza pegada a la pantalla del televisor. No estaban Gárate, ni Luis, ni Irureta, pero la sensación de emoción era la misma. Era esa exaltación interna, el pálpito, el golpeo del flujo sanguíneo, como si estuviera muchos años atrás viendo aquel Atleti-Sabadell.
En eso consiste la emoción del fútbol. Que pasan los años. Que pasa la vida, pero ante un partido importante todo es igual.
El Atleti es campeón. Tócala otra vez, maestro Tirado, como si siguiéramos paseando a través de aquella remota noche de Oviedo.
Juan Antonio: ¡Estupendo paseo por el recuerdo! La vida está hecha de esos fogonazos de la memoria. Es maravilloso recordar…, no en vano el término procede del latín cor, cordis = corazón. Recordar es volver a vivir en el corazón las cosas que nos pasaron. Ante ese influjo poderosos lo que era pormenor cobra protagonismo…, y una noche ovetense puede convertirse en el hilo conductor de alegrías y penas trascendidas, pero poderosas ante el reclamo de su evocación. Has rendido un h9omenaje a muchas criaturas, con ese breve artículo emanado de tu alma sencilla…, humanizada. Hay que recurrir siempre al pozo de los años mozos para cargar las baterías de nuestro corazón cada vez más viejo, más necesitado de esa ayuda poética del ayer.
Huelva… ¡qué lejana ciudad, tan clara, tan pura, tan blanca. Yo también me enamoré de sus pueblos, sobre todo de Ayamonte, de la frontera fluvial portuguesa. Con particular cariño para esa última frontera:
Pancracio Celdrán
Aunque no soy del Madrid ni del Atleti, ni siquiera soy muy futbolero, quiero decir que el viernes estuve con los rojiblancos. Disfruté mucho, creo que el Atlético fue un ganador muy justo y que el Madrid de Mou, como viene siendo moneda corriente, no supo perder ni estar. ¡Felicidades atléticos!
El Atlético de Madrid sí que es más que un club es una forma de vivir, una filosofía, una familia………….Enhorabuena
¡Qué manera de ganar! ¡Un abrazo de oso!
Buenas tardes, señor Tirado. Me parece muy acertado el comentario que nos ha dejado el señor Siles. Tal vez por su juventud, el comentarista ignore que en los años 60 y 70 el Centro de Deportes Sabadell tuvo un gran equipo, que se enfrentó muchas veces al Real Madrid y al Atlético, tanto en Liga, en Primera División, como en Copa. Yo recuerdo a Martínez, que fue un gran portero del Sabadell, y se llamaba así, Martínez, no Pep ni Rosell. Y recuerdo a Pini, un defensa central durísimo que estaba completamente calvo, a Arnal, a Montesinos, y a Cristo, porque en aquel gran Sabadell jugaba un futbolista llamado Cristo, que luego se retiró en un equipo andaluz, creo que en el Real Jaén. Yo vi el viernes la final de la Copa del Rey con mi amigo Ricardo, que celebró mucho que las dos hinchadas, la del Madrid y la del Atlético, aplaudieran incondicionalmente al glorioso himno de España y a Su Majestad. Porque esto es Madrid, es España, y la final la disputaron dos equipos españoles. Usted sabe, señor Tirado, que yo soy del Madrid, y por tanto lamenté el resultado final. Pero aprovecho para felicitar a todos los atléticos por haber conseguido la Copa del Rey, que es la Copa de España. Así que Viva el Atlético, y Viva España!!!
Aunque soy del Betis celebré la victoria del Atlético. Ambos somos equipos a rayas, ambos somos los vecinos pobres en casa del rico Epulón. Mi hermano, que soy yo mismo, es del Sevilla y del Madrid. Así somos nosotros, nos cuesta soportarnos, pero nos conllevamos con cierta elegancia. A la fuerza. ¡Viva el Betis y ya de paso el Aleti! Y saludos a los Pancracios, a Pancracio Pancracio que es un señor mayor, ameno y con lustre y a Celdrán que es casi igual de mayor, tan ameno como e ilustrado. Perfecto.
¿Qué te voy a decir, amigo Juan-Antonio? ¿Y qué le voy a decir al autor del artículo, Luis-Eduardo Siles, a quien no tengo el gusto de conocer?
Pues, simplemente, que la noche del viernes fue para mí un momento mágico, de esos que te retrotraen a sentimientos y ermociones directamente emparentadps con tu infancia.
Es curioso cómo un partido de fútbol (que al fin y al cabo no deja de ser eso, un juego) te puede deparar alegrías y disgustos que mi lado racional me dice debiera reservar para acontecimientos más trascendentes…
Se acabó el partido y, con la satisfacción del título conseguido, hay que enfrentarse de nuevo a la realidad, con un país que ha perdido el rumbo y un gobierno despreciable que se ha tomado su triunfo en unas elecciones ordinarias como un cheque en blanco para hacer lo que le venga en gana (es decir, lo que le venga en gana a los mercados y a los poderosos), con una Europa que está en las antípodas de nuestros sueños de demócratas, con la necesidad de rebelarse y defender palmo a palmo, como si de una guerra se treatase, las conquistas sociuales…
Todo eso es cierto. Pero, a qué negarlo,el viernes por la noche rocé durante un rato la felicidad.
Con mayúscula o con minúscula, me da igual.
Era media tarde y hacía calor. Cuando las finales se amontonan suele ser mayo y suele hacer calor en Madrid. Era el 25 de mayo, con gran presencia de guiris en la Plaza de Santa Ana y alrededores, presencia panchita -muy tímida todavía-en los barrios del cinturón… y calor.
tranquilidad: Si la gente no llamara “guiris” y “panchitos” a según que colectivos, tampoco yo, probablemente lo haría. Entre los que jugaban, nombres olvidados y nombres para la vitrina. Si la memoria no nme falla, el entrenador del Albacete era ya ese varón bien conjugado con cara de senador demçocrata ¡Ay Floro! ¿Eras tu? ¿Perdiste tú esa final, para que la ganaran los míos? Te quiero Floro, perteneces a esos guapos con mensaje acalórico y saludable, casi que me recuerdas un poco a Julian Assange.
Volvimos mi esposo y yo de la comida familiar y dejamos el televisor apagado. No podíamos con él. Incluso apagado, nos infartaba las venas principales. Porque tu puedes apagar la tele, pero lo que sucede más allá continúa más alá, con tele o sin ella. La encendimos en un momento equis (x) del segundo tiempo y vimos lo que necesitábamos ver: Habían marcado el Cholo y Kiko. Habían macado y no lo habíanos visto, pero había doblete.
No pudimos, juro por el cielo que no pudimos ni verlo. Nunca antes me había pasado, ni nunca después. Desesperda por el pánico y la hipertensión, ví a Iniesta colarse hasta donde se coló y hacer lo que hizo, que Dios les bendia a él y a su estirpe. Pero lo del Cholo y lo de Kilo, sencillamente, no pude verlo. Lo disfruté después, a toro pasao, a la manera de los cobardes.
Aldía siguente, faltaría más, me fui a Neptuno, a pedir perdón. tan joven. bella y jugosa yo, dentro de mi camiseta. Para qué seguir.
Soy del Sevilla y lamenté la derrota del Madrid. Ambos somos equipos lisos y ambos somos los vecinos ricos de los parias béticos y atléticos. Nosotros somos propiamente el rico Epulón. Mi hermano, que soy yo mismo, es del Betis y por extensión del Atlético de Madrid. Así somos nosotros, nos cuesta soportarnos, pero nos conllevamos con cierta elegancia. A la fuerza. En cuanto a los Pancracios, no son de mi incumbencia. Mi amor es Pilar Pineda, la amo desesperando, que es gerundio. ¿Dónde se esconde dama tan lisonjera?
A los seis años me pedía Iríbar de portero, pero aquel domingo de enero, peloteando contra el lateral de la iglesia, habría preferido estrenar el trajeado rojiblanco del Club Atlético de Madrid y no el conjunto bilbaíno de calzón negro que mi madre encontró de saldo en una de sus insistentes visitas por SEPU y los Guerrilleros.
Algún tiempo después cayó en mis manos, como un tesoro pirata, el llavero del 75 Aniversario del Club. Pronto conocería el Manzanares, con Dirceu, Rubén Cano y Ratón Ayala. Jose Angel Iríbar se me había olvidado.
Gerundio, usted a quién ama es a mí, y no a Pilar Pineda, que es un humano raso del género femenino en lo corporal y pseudomasculino en lo cerebral. Yo no me llamo como me llamo por casualidad, mi querido contertulio, sino que me llamo de la única manera posible. Yo soy el mejor cuerpo, el mejor alma, la mejor biografía y la mejor cuenta corriente. Yo soy el sueño de Vd., mi muy querido, y si ni siquiera es Vd. capaz de soñar lo mismo durante mucho tiempo, me transformaré tantas veces como sea necesario y a la velocidad necesaria. A la velocidad de sus deseos.
¿Y yo, qué? Búsquese mi gemelo gerundio su gerundia y venga a mí la amantísima Perfecta, que por algo llevamos la misma señal nominal sólo que con el género cambiado, como ha de ser. Nuestros dones son los mismos, con lo dicho del género. Reciba mi don, quiero su doña, ubérrima y perfectísima doña Perfecta.
Conozco a una Gerundia que bien podría hacer migas con su gemelo o siamés, visiblemente falto de estímulos, a lo que se ve. Pero teniendo mi gerundia, como tiene, tantísimo de Lina Morgan, y teniendo el suyo, como tiene, otro tanto de Pablito Calvo metido en canas, no parece que se puedan esperar de la pareja grandes grandezas. Tan solo redundancias, flatulentos guiones de televisión o algún anuncio sencillo de almohadas cervicales. Calderilla sentimental.
Siendo el caso que existe en el mundo una Gerundia que, además, tiene tantísimo de Lina Morgan, sea para mí la tal y quédese usted, doña Perfecta, con mi hermano don Perfecto. Así iremos mejor, cada oveja con su pareja y quedaréme yo con dama tanto y tan bien gustada por mí, pues ha de saber, doña Perfecta, que soy lejano fan de la dama de las revistas. Hágame el favor de presentarme o pedirle que se presente a la Gerundia y todo será fiesta para mí.
De eso se suponía que estábamos hablando, del Club más grande que han conocido los tiempos, no de otra cosa. El magreo virtual que se pegan aqui algunos/as me parece propio de “Mujeres, hombres y viceversa”, o tal vez de Gran Hermano, ninguno de los cuales me interesan un comino.
El Atleti siempre tuvo alma. Y algunas veces grandes equipos. Ahora tiene un buen equipo y el alma de siempre. Y, por eso, ha ganado la final merecidamente. ¡Felicidades desde Chamartín!
El Madrid tuvo alma y, muchas veces, grandes equipos. El alma se le ha escapado. Ahora vive anclado a la burbuja de la construcción (ACS).
Prefiero a Marlon Brando, mil veces, antes que a Pérez. El Padrino.
No había nada más que verle ayer. Patético.
Me solidarizo con la Señora del Atleti.
Con todo respeto a la Señora del Atleti y con la venia: Señora, nosotros no somos del Atleti, pues somos del Betis y del Sevilla y creemos que eso no nos inhabilita para intervenir en este blog, por otra parte tan rico en comentarios. Sepa que el magreo virtual lo concebimos como preámbulo del magreo real y éste a su vez como aperitivo de lo que haya de venir, que sin duda será bueno. Déjenos pues piropearnos con doña Perfecta y deje que doña Gerundia comparezca, si lo quiere, en este espacio virtual y virtuoso. Decimos, además, que no nos extraña la filiación madridista de seitaridis, pues el travestismo futbolístico solamente es comparable al político. Tenga un buen día Señora del Atleti, y procura, pese a todo, que sea más “real” que virtual.
Me invoca Tirado como comentarista en mi condición de seguidor desapasionado e intermitente del Real Madrid y recuerdo que David Trueba, un atlético confeso, publicó hace unos años una novela con el título de “Saber perder” que narraba, entre otras derrotas cruzadas, la peripecia de un joven futbolista que recién despuntado en el fútbol argentino ficha por un equipo de Madrid dispuesto a comerse Europa y acaba, después de una temporada con más luces que sombras tanto en lo deportivo como en lo personal, discretamente cedido a un equipo inglés. Me pilló la lectura de esa novela en una situación vital en la que había perdido yo unas cuantas cosas y quizá por ello empaticé especialmente con sus personajes, y con el autor, que debió escribirla en un momento de perder lo suyo también, y no solo por ser del Atleti.
Hace falta ser muy torpe o muy inocente para pensar que un personaje con la trayectoria de José Mourinho no sabía lo que se traía entre manos con el partido frente al Atleti, pero entre sus numerosos logros pasados no se encontraba el saber lidiar con una derrota merecida en una final como la de la Copa, y a los madridistas, incluso a los que lo somos “pero poco” como decía Mihura, nos ha tocado que el Special One haya venido a completar su educación sentimental en el banquillo del Bernabéu. Que buen personaje hubiese hecho Mou en la novela de Trueba.
Visto lo visto, puede que pese a todo el antipático Mourinho siga sin saber perder, pero el equipo, palmarés aparte, ya se ha visto en muchas de éstas. Felicitaciones a Juan Antonio y al resto de la tribu atlética con el consejo de que paladeen esta victoria que tiene el sabor de lo excepcional, como todas las colchoneras.
Nadie lo ha dicho aún, pero la felicidad de Neptuno llegó con Alicia. ¡Viva Alicia!
Joaquín tiene razón. Alicia nació en noviembre de 2008. En 2010 el Atlético de Madrid ganó la Europa League y la Supercopa de Europa. En 2012 obtuvo la segunda Europa League y la segunda Supercopa de Europa. Y en 2013 acaba de lograr la Copa del Rey tras vencer al Real Madrid. Cuando Alicia nació el Atlético de Madrid llevaba 12 años, tras conseguir el doblete, sin ganar absolutamente nada. Añadamos a esto los trofeos de la selección española, pues que Alicia es rojiblanca y de la Roja: un Mundial y una Eurocopa. Cuando Torres pateó para España el gol de la primera Eurocopa, la de 2008, Alicia pegaba patadas de manera incansable (y no es metafórico) en la barriga de María. De modo que tiene razón Joaquín y quizá esté feo que yo lo remache: Alicia ha venido con un balón debajo del brazo. ¡Viva Alicia!
Adivinanza casera y sin ningún ánimo de ofender.
¿De cual de los dos equipos de Madrid son, o podrían ser, o hubieran sido de estar vivos, los siguientes artistas y/o cantantes?
Camilo Sexto
Pedrito Rico
María Jesús y su Acordeón
Torrebruno
Francisco
Paloma San Basilio
Karina
David Bustamante
Bertín Osborne
JOAQUIN SABINA
MANOLO GARCIA (EL ULTIMO DE LA FILA)
JAVIER RUYBAL
CONCHA BUYKA
ROD STWART
TOM WAITS
PATTY SMITH
KIKO VENENO
LOU REED
Como sé que estaba difícil, os he echado una manita con las mayúsculas. 😉
Vamos a ver, Tirado.
Este blog está degenerando. En primer lugar, es atosigante lo de tanto Atleti. Cierto que es un digno, y merecido, campeón de Copa. Y cierto también, como señaló Simeone, que es un referente para la gente que está perdiendo la esperanza, que es mucha. Aunque haya que esperar 14 años.
Pero están apareciendo algunos comentaristas muy raros. Por ejemplo, los tales Don Perfecto y Don Gerundio. Dos onanistas virtuales, pajilleros irredentos, que no sé que hacen aquí. Salvo que se trate de desanimar a gente como Copos, Lamet, el General, Sin Reflejo, Ana R., Pilar Pineda…y otros que no recuerdo ahora mismo. Es más, si la cosa sigue así, dudo que vuelva a comparecer el ilustre Pancracio Celdrán. No le veo participando en este blog que, un día, tuvo enjundia.
Esto se ha convertido en blogueobasura.
Adiós.
Recuerdo, también, a Macaón, Pancracio, LGM, Santiago López, Maria Emilia…
¡Joder, qué desastre!
¿Para qué sirven los putos captchas, Tirado?
Utilízalos. Te estás desprestigiando. Como Informe Semanal.
Adiós otra vez.
Tengo al señor Seitaridis, más italiano, me cuentan, que griego, por hombre de luces largas. Y de cruce, de cruce de piernas más que nada, pues me dicen que es seductor y tipo lisonjero que se las ha tenido hasta con Sharon Stone y a veces me temo que incluso puede haber llegado a mayores con doña Perfecta, la mujer soñada de mi hermano Gerundio y, vamos a reconocerlo, soñada también por mí. No pienso desmentirlo en lo de pajillero irredento, que no es oficio del todo desdeñable, siempre que se combine con prácticas más copulativas. No contestaré a don Seitaridis el griego que era italiano o el atlético que es madridista por alusiones, sino por elusiones, y ya me gustaría a mí, y sospecho que a mi hermano, tener poderío para desanimar a un foro tan animoso como este. Sea feliz, amigo.
Por alusiones. A mi hermano: haga usted el favor, gemelo mío, de meterse en sus cosas y a mí no me cite ni para bien ni para mejor, ni con doña Perfecta ni sin ella, ni bajo la advocación de Seitaridis ni de la del Niño de la Capea. Y a Seitaridis, que más le cupiera ver la viga en ojo propio, que la pajilla (Torrente) en el ajeno.