El año que ganamos el Mundial

1278887045_extras_albumes_0Como los más viejos del lugar, estoy más hecho para la derrota que para el triunfo. Sé muy bien como afrontar el destino truncado, pero me falta el talento de los ganadores naturales. Qué fácil les resultará comprenderme a los de mi generación y las anteriores, aquellos que se lamían las heridas con la España vencida de José Emilio Santamaría en el Mundial del 82, o la España del penalty fallado de Eloy. Mucho antes, la del error garrafal de Cardeñosa. En fin, tantas Españas muertas, tantas idas y venidas por el callejón de los desastres que ahora concluyen para siempre. Otra España nació hace ya un par de años en Viena, la del talento sin trauma, la de la desenvoltura, el toque y el tiki-taka (¡honor aquí, desde el recuerdo, al gran Andrés Montes, porque la vida puede ser maravillosa!). Albert Camus, que fue portero antes que figura del existencialismo literario, dejó escrito que: “No hay lugar en el mundo donde un hombre pueda sentirse más contento que en un estadio de fútbol”. En ese rectángulo mágico nos hemos movido esta noche millones de españoles, todos éramos Iniesta en el momento soñado en que el balón traspasaba por fin la red holandesa. Todos éramos Casillas en los instantes decisivos en que el portero alejaba la fatalidad.

Al terminar el partido he cogido a Alicia en brazos y la he sacado a la cercana plaza de Olavide, para que fuera partícipe de una fiesta que por su misma condición de exagerada e inexplicable ha sido vivida por la niña con naturalidad asombrada. En seguida he recibido un mensaje de Paloma, una amiga incondicionalmente dotada para la alegría. María, mi mujer, exiliada del reino del fútbol ha vivido el partido a ritmo de infarto y ha paseado feliz a la niña por nuestra querida plaza. Allí hemos estado Teófilo, Celia, Sara enjugando en sidra nuestras lágrimas de felicidad. He llamado a mis padres, a mi hermano, y luego no he querido llamar a nadie más, para quedarme un poco a solas, entre el griterío, con mis sueños de chaval, allá por el setenta y pocos, cuando no deseaba nada tanto como que el Atlético de Madrid ganara la copa de Europa y España el Mundial. (Acabo de recibir un mensaje de José Antonio, desde la luna de Madrid: “Esto es una bestialidad, Juan Antonio”). Confieso que hacía mucho que había dejado de barajar ese sueño, hasta que la llegada de Luis Aragonés al banquillo de España volvió a remover el cubilete de las fantasías. Ahora, en la hora feliz y tranquila de la victoria pongo en letras de oro el nombre de Vicente del Bosque, en su sencillez de hombre grande. Y permitidme un poco de autocrítica, cariñosa y bobalicona, hacia quienes pusimos en entredicho la presencia bajo los palos de España de Iker Casillas, el héroe victorioso con quien es natural que se queden las princesas de cuento.

En esta hora, dos y diez de la madrugada, en que España se baña en la euforia, mientras escribo en la placidez con aire acondicionado de mi gabinete, quiero fijar aquí la reflexión que planteaba el escritor Alejandro Gándara en su blog, tras la victoria sobre Alemania: “Y ahora qué hace uno con esta alegría, a ver. Es el problema de los desbordamientos, de lo que es más grande que el cuerpo y que el cuerpo no puede alojar. Esta euforia. Uno no puede estarse con este contento a solas, quedárselo dentro, abrazarlo y entregarse a alguna plenitud; entre otras cosas porque no lo abarca. Así que sale afuera, busca su expresión, busca cómplices, busca un lugar donde asentarlo y apaciguarlo. Lo que pasa es que no se consigue. Y por ello suele degenerar en violencia y en Cibeles sin orejas, en cualquier catarsis brutal, con el sólo objeto de hallar límite, reposo, al fin. (Con la tristeza, cuando desborda, pasa algo parecido, pero la tristeza es implosiva)”.

Y colorín, colorado la historia de la roja en Sudáfrica ha terminado. El pulpo tenía razón. ¡Qué mariconazo el pulpo! ¡Qué tío tan salado! Qué gusto ser campeones.

15 Responses to “El año que ganamos el Mundial”

  1. Nos merecíamos, necesitábamos, una alegría de esta naturaleza. El fútbol ha culminado los éxitos españoles en otros deportes de equipo. Baloncesto, balonmano, copa Davis, natación sincronizada…y algunos más que no se me vienen, ahora, a la cabeza.
    Es la expresión de que algo se está haciendo bien. Desde los años 90 la política deportiva está siendo muy acertada. Y es justo proclamarlo. Es la expresión, también, de que JUNTOS PODEMOS. La euforia es infinita y hay que compartirla. En este blog de un poeta futbolero nos juntamos gente de muy diversas ideas. La idea de Del Bosque y sus chicos es única. Es la idea de gente buena en su trabajo y de buena gente. Y es un placer inmenso para mi alegrarme con todos vosotros.
    ¡Campeones!

  2. Han sabido competir y eso nos aparta de los viejos fantasmas. Ser favoritos ha perjudicado la magia de 2008, pero lo importante era cumplir con el objetivo.

    Me llega algo tarde, como a tí Juan Antonio, el sueño que tuve una vez cuando España jugó su Mundial y yo tenía 16 años, pero la dicha es buena.

    Pulpo a feira para todos. Invita Iniesta.

  3. Estamos viviendo una alegría colectiva y compartida con naturalidad por todo el que quiera sumarse. He visto a cientos de adolescentes, niños, jóvenes españoles, rumanos, europeos…con banderas de España. Todos unidos detrás de un bloque humano compacto que juega, brilla y saber estar en el campo y fuera de él. Buen modelo para los jóvenes el de un tío que mete el gol que nos da el Mundial y se lo dedica a su amigo fallecido. Que sensación de solidez da el saber que estamos en manos de un hombre con experiencia, centrado en el trabajo y que transmite confianza real como es Del Bosque. Y que diferencia con esos otros peloteros y entrenadores que llegan arriba y sucumben al divismo o a los malos modos.

    Andrés, igual que Alicia, vive con naturalidad eso de que somos los mejores. Ya lo vivió en la Eurocopa 2008. ¡ Hasta intenta vestir a su perro con la rojigualda ¡
    Ah ¡ y no se me olvida una felicitación ampliada, doble, más grande, si es que es posible para ti por tu alma rojiblanca. Por La Roja y por ese pedazo de Forlán ¡¡
    Campeooones ¡¡¡

    Que tomen nota los políticos de lo que es trabajar a largo plazo por un proyecto humano colectivo

  4. Confieso que hasta ayer mismo creía que la Copa del Mundo pertenecía a unas pocas selecciones merecedoras por su carácter divino y que constituirían la aristocracia en la república del fútbol.
    Ayer mismo cambié de paradigma, al entrar para quedarse, la selección española en la aristocracia del fútbol.

  5. No pude enviarte el grito del Oé oé oé, porque recien llegada de un viaje me senté a ver el partido y luego me quedó abrir maletas, etc. Ya sabes.

    Pero qué gusta da, sí, sentirse campeoines. Y sobre todo gracias a un grupo de caballeros, compacto y solidario,que ha sabido combinar perfectamente la habilidad (Ramos), la rapidez de reflejos (Villa), el compromiso asumido inicialmente desde las esquinas(Xavi), la oportunidad (Torres) y la inteligencia y habilidad (INiesta). Me alegro de que haya sido Iniesta
    quien marcase. Se merecía un triunfo personal, por su saber estar, su saber hacer, su inteligente direccion de juego y su humildad.

    En fin, ya semos campeones. Y tú podrás gozar un poco más intensamente de la vida a partir de ahora, y enorgullecerte de que Alicia ha vivido a sus tres años lo que tú no has podido hasta los 60.

    Viva España y la seleccion española.

  6. Por primera vez en la historia, el sueño de ‘la Roja’ se materializó este domingo en la catedral del fútbol de Sudáfrica, el Soccer City de Johannesburgo, donde el equipo de Vicente del Bosque, se adjudicó el campeonato del Mundo.

    En España, la fiesta comenzó desde primeras horas del día y la tensión y los nervios del partido desencadenaron la euforia colectiva con el golazo de Andrés Iniesta, a escasos minutos de que concluyera el encuentro.

    La gran final de la selección española congregó a miles de personas en restaurantes, terrazas, parques y casas frente al televisor y nos deparó un partido que quedará para siempre en el corazón de los españoles y aficionados al fútbol.

    A nuestra Selección Española: “Gracias por darnos esta alegria”.

  7. No he visto un solo partido, ni un solo gol, ni creo haberme perdido nada que ME interese… sin embargo, sospecho que probablemente sea más patriota, en el sentido habermasiano de patriotismo constitucional, claro, que muchos de los que han enarbolado las omnipresentes banderas estos días.

    También siento cierta pena al ver las causas que nos (mejor dicho, os) unen. Lástima que no pongamos las mismas ganas, energías, interés, alegría, afán de celebración,… en otras causas, a mi modo de ver humanamente más valiosas.

    ¿¿¿Será alguna forma de alienación???

  8. Escribo, también, en la madrugada. Imitando a nuestro bloguero predilecto que, por cierto, se olvida de citar a otra vieja y conocida gloria del periosismo deportivo español desaparecido hace meses: Juan Manuel Gozalo.
    Pero escribo, porque me he vuelto a leer su post. Y veo, con sorpresa, que recoge una cita textual de un señor que se llama Alejandro Gándara y que dice: “…en Cibeles sin orejas, en cualquier catarsis brutal…”
    ¿Brutal? ¿No habíamos quedado (hace unos cuantos post) en que brutal era un latiguillo, inventado por el institucionalismo dominante, para anestesiar a “la ciudadanía” (otro latiguillo) como no podría ser de otra forma?
    Al bloguero se le ha ido la cabeza al citar a dicho personaje con dichas palabras. Mantras. Le sugiero que cambie su “hoja de ruta” o que se recoja, inmediatamente, en la residencia Los Nogales, que me han dicho que está muy bien.
    Claro que ante algunos comentaristas quedo perplejo. La falta de rigor en Meg es de preocupar: ni Alicia tiene tres años, ni el bloguero 60. ¡Así nos va! Por este camino no me sorprendería que vuelva a salir ZP.
    Otrosí digo:
    Juan Ra: sí, es “la” principal forma de alienación.
    Felices vacaciones. No escribiré más a no ser que me sienta directa e impropiamente concernido. Jajajaj.
    Besitos para todos.

  9. La roja me ha conquistado. Llegó el mundial a casa con cierto hastío. Fue Carlos, con sus tres años, el que hizo hueco a la selección. Primero que quería ir a España, después que quería una bandera, que Villa, Villa, campeón, que quería ir al “jurgol” , que si Villa había marcado un gol y que quería conocer al “Guaje Villa”. En fin, un lenguaje de un niño de tres años que en casa no habia oido porque no somos aficionados al fútbol. Comprendimos, entonces, que en la guardería tenía por profesora a una auténtica futbolera y así fuimos contagiándonos de su alegría.

    La última de Carlos: Holanda es una chica…?

    Creo que te lo dije Juan Antonio no hace mucho por el facebook: seré futbolera cuando Carlos empiece a pedir “jurgol”. Parece que, con la roja, ha llegado ese momento.

  10. Sin saber todavía, no lo pretendo, el origen de “todo esto” , por qué el futbol no sólo mueve montañas sino que es capaz de hacer explotar un país, quiero decir que estoy encantada y maravillada de esar en el ajo y participar de esta alegría. Me he sentido, y sigo con resaca, cómoda en esta fiesta que ya dura días. Viva y exultante. Siempre lo extraordinario de la situación, ha estado acompañado de la naturalidad. Natural es vibrar en comunión, identificarte con un grupo y a la vez con el vecino, natural es la sencillez y la normalidad de los jugadores. ¡Cómo es posible que estos mismos jugadores estén endiosados en sus clubes respectivos y ahora aparecen como jóvenes deportistas normales que ninguno de ellos desentona!. Me siento cómoda también con el talante del entrenador, con las palabras que se destacan: labor de equipo, valores, buenas persona…Estoy encantada con lo obvio, que ya por fin, se ha normalizado, nuestra bandera. Esto es obra de las nuevas generaciones, más libres que nosotros de viejas cadenas, Lo normal, tener una bandera, gracias al fútbol se ha impuesto. Todo ha sido estupendo y además nos va a durar cuatro años. Viva la alegría compartida, viva la explosión de los instintos y los sentimientos y por supuesto, el buen fútbol y la VICTORIA, que al final es la que hace historia, en este caso.

  11. Lo contingente señorea demasiado en fútbol como para confiar en él. El fútbol carece de la virtud de lo justo, (lo bello es lo justo), aunque tal vez sea esa la razón de que endrogue a tanto y diverso público. Personalmente la futbolería ni me arrastra, ni pervierte. Sí entretiene, que no es poco negocio. Como el asunto, visualmente, lo vigilo de soslayo así mejor me quedo con ciertas locuciones de los habladores (¿se llaman retransmisores?) del espectáculo:
    … “han arrojado la cuchara”…
    … “saca el telescopio”…
    … “no sé que pasará con el melón”… …
    … “se ha metido en la bombilla”…
    … “les cuesta abrir la lata”…
    … “deja una muesca más en su revólver”…
    … “cómo grita la olla”…
    … “las croqueta que hace”… (¿o ha dicho crocreta?)
    Cómo está la semántica futbolera, parece la de nuestros chavales de ESO. Creo que se copian.
    Cierto que también escucho expresiones felices: … “el partido está encanallado”… (qué sugerente, me hizo ver todo el partido y distinguir a los más “canallas”).
    … “se ha ido sin sudar”… (sudor es amor o amor es sudor).
    Otra creo que la escuché en la SER: … “no son hombres bajitos, son hombres tranquilos”… (vago aroma a película oscura con guión de Faulkner).

    Por los demás ¿qué puedo decir?: éxtasis, delirio, pandemonium, el diablo rojo con su horquilla de fuego, el atónito perpetuo, el moro de Huelva y el cojo manteca, gavillas de hilos de saliva, la aritmética de la selva y la fórmula del árbol. En fin, el ruido y la furia.
    Tengo que decir que mi preferido equipo ha sido el de Honduras. El país más pequeño, más pobre, y más necesitado de llamada. Creo que no marcó un sólo gol. Me suelo identificar con los derrotados, solidaridad de hermanos. ¡Pues claro que me encantó que ganase España! Por variados motivos y solidaridad también. Solidaridad con la alegría nacional común.
    Supongo que Gándara debe saber que la verdadera alegría (o risa, o sonrisa) es cuando se es a solas, lo demás es literatura u otras necesidades.

  12. Queridos comentaristas, gracias a todos por vuestras intervenciones. Estáis sembrados. Y algún leve matiz: MEG, me maravilla que de pronto me hayas echado 11 años. El 9 de julio, dos días antes del evento global cumplí 49, eso sí, tengo la cabeza blanca, por las canas. Alicia cumplirá 2 años el 20 de noviembre, día internacional de los derechos del niño. Ah, Macaón, bienvenido, puro aire fresco tu prosa. Por cierto tiene gracia que diga inclinarse por los derrotados quien es y no lo esconde seguidor del Real Madrid. ¡Caramba!

  13. Bueno, pues a ver si a la venvcida (la de tres), el capcha no me ningunea el comentario. ‘alguién me puede decir porque pasa esto¿.Pero bueno Meg como se te ocurre echar encima de nuestro bloguero favorito 11 años más¿, menudo disgusto que le habrtás dado, con lo de por sí ya es, con esto de los años ,tampoco nada acertada con Alicia la niña de verdad…. Bueno que felicidades y alegría futbolera para todos y me incluyo por la gran satisfacción que ha dado la selección española. ¡ha sido inenarrable, Viva, por la victoria , además de por el saber estar de los jugadores,de, humildad, unidad, y” en suma de buena gente.”-¡Campeones.¡

  14. Después de muchos palos en la vida y cuando mi hijo me dijo que España iba a ser campeón de Europa, le dije, partido a partido hijo, partido a partido. Después cuando jugábamos la final, le dije todavía no ha acabado. Como un padre sobre protector e intentando evitarle una decepción, tal era su cara de ánimo y felicidad.
    Al ser campeones del Europa y dejándome contagiar por su alegría, ya que no le había contagiado mi exceso de prudencia, me calle y sonreí participando de su sueño.
    Cuando me dijo con alegría que íbamos a ganar el mundial, nuevamente intente evitarle una decepción y solo le dije, partido a partido hijo, partido a partido.
    Pero el sábado me dijo papa ya puedes comprar unas cervecitas para mañana, y las compre con gusto, me había contagiado no solo del optimismo de mi hijo, me había contagiado también de los colores de las banderas colgadas en los balcones, de los banderines en los coches, y me di cuenta, que todo el mundo, compartía un optimismo, compartía una bandera y compartían un país. Por lo que salimos toda la familia a dar un paseíto a escuchar los cánticos espontáneos y los claxon de los coches engalanados por las banderas.
    Un taranteo ya familiar se escuchaba y decía “yo soy Español, Español, Español, Español”. Y lo sentía.
    Al llegar a casa el lunes, me encuentro a mi hija pequeña, esperando con su bufanda y su bandera y me pedía que la llevara a ver el recorrido de la selección.
    Con su bandera como capa ondeando al aire en la moto y gritando los dos como locos, nos dirigimos a Cibeles, a disfrutar del bullicio y la alegría de todo un país.
    Pero el remate final fue cuando teniéndola a hombros para que pudiera ver entre la multitud, veo a Torres con su bandera adornada con el escudo del atlético de Madrid.
    Y yo que no era futbolero, ahora lo soy, por que como Torres, es de bien nacido ser agradecido, por que el deporte une a la gente sana y a un país sano.

  15. muchas gracias por estas palabras tío, qué razón tienes yo me quede sin voz esa noche ¡Muchas gracias por este regalo españa! Aquella noche me fui al centro y grite “españa, españa, españa” me sentí muy orgulloso

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